Los cabos sueltos del ¡®caso Narvarte¡¯ se ensanchan ocho a?os despu¨¦s del homicidio m¨²ltiple
Nueva informaci¨®n sit¨²a el tel¨¦fono de un sospechoso, hijo de un agente de la Fiscal¨ªa, en la escena del crimen a la hora de los hechos
Un nuevo cabo suelto enreda a¨²n m¨¢s el complejo caso Narvarte, el asesinato de cuatro mujeres y un hombre en una casa del barrio de la Ciudad de M¨¦xico que da nombre al suceso, el 31 de julio de 2015. El homicidio m¨²ltiple de Mile Mart¨ªn, Yasenia Quiroz, Alejandra Negrete, Nadia Vera y Rub¨¦n Espinosa se sald¨® con la detenci¨®n y sentencia de tres personas, Daniel Pacheco, Abraham Torres y C¨¦sar Omar Mart¨ªnez, que ahora cumplen condena. Sin embargo, desde el principio hubo algo que no encaj¨® en el crimen. Una investigaci¨®n independiente promovida por los familiares de las v¨ªctimas defendi¨® el a?o pasado que al menos hubo dos implicados m¨¢s.
Nueva informaci¨®n adelantada ahora por Milenio, que EL PA?S ha podido confirmar con fuentes del Ministerio P¨²blico, sit¨²a a un cuarto implicado en la escena del crimen a la hora de los hechos, Alejandro N. Su tel¨¦fono, terminado en los n¨²meros 7078, estuvo presente en la zona entre las 14:29 y 15:11, el lapso de tiempo en el que los forenses acotaron que las cinco v¨ªctimas fueron torturadas y asesinadas. Ese mismo d¨ªa, a las 21:32, el m¨®vil vuelve a ser localizado en el lugar, cuando la Polic¨ªa ya hab¨ªa llegado al departamento y realizaba sus pesquisas.
Nadie ha llamado a declarar a Alejandro N., denuncian los familiares de las v¨ªctimas. Las autoridades han pasado por alto los datos que le sit¨²an en la escena del crimen. Alejandro N. es hijo de Luis Javier Garc¨ªa Salda?a, un agente de la Fiscal¨ªa General de Justicia de la capital, la misma que investiga los asesinatos. Garc¨ªa Salda?a es, a su vez, suegro de uno de los condenados, C¨¦sar Omar Mart¨ªnez, y conocido de otro, Abraham Torres. Estas conexiones, sin embargo, no constituyen un conflicto de intereses a ojos del Ministerio P¨²blico. La misma fuente afirma que Garc¨ªa Salda?a no est¨¢ ligado a la investigaci¨®n del caso Narvarte y que ¡°categ¨®ricamente no hubo participaci¨®n¡± de Alejandro N. El Ministerio P¨²blico s¨ª se?al¨® que Garc¨ªa Salda?a fue llamado a declarar como testigo hace siete meses.
Para la familia no es suficiente. ¡°?Por qu¨¦ el portador del n¨²mero 7078 regresa al lugar del los hechos? ?Qui¨¦n le avis¨® que a esa hora ya hab¨ªan llegado los polic¨ªas de la SSP [Secretar¨ªa de Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana] y ministeriales de la entonces PGJ [Procuradur¨ªa General de Justicia]?¡±, cuestiona un comunicado difundido por Milenio. La hermana de Alejandro N., Rosa Ivette N., era pareja de Omar Mart¨ªnez, con quien viv¨ªa y ten¨ªa una hija. Cuando la polic¨ªa registr¨® su domicilio despu¨¦s del crimen, Garc¨ªa Salda?a estuvo presente, seg¨²n el diario mexicano, en ¡°calidad de abogado¡±. Garc¨ªa Salda?a asegur¨® que solo hab¨ªa tratado ¡°en cuatro ocasiones¡± con el novio de su hija, aunque los registros telef¨®nicos evidencia una comunicaci¨®n reiterada entre ambos antes y despu¨¦s del crimen, incluidos d¨ªas relevantes de la investigaci¨®n como las detenciones de Mart¨ªnez y Daniel Pacheco. Otro de los condenados, Abraham Torres, tambi¨¦n conoc¨ªa a los hermanos.
Estas conexiones constituyen una prueba para los familiares de las v¨ªctimas de que la posici¨®n de Garc¨ªa Salda?a dentro de la Fiscal¨ªa le permiti¨® ocultar y desviar informaci¨®n necesaria para las pesquisas. La labor de la ya extinta Procuradur¨ªa General de Justicia, quien inicio la investigaci¨®n, ha sido fuertemente criticada estos a?os por una serie de omisiones, errores y falacias que apuntan a un posible encubrimiento de funcionarios de Seguridad o de grupos criminales que pudieron participar en el m¨²ltiple homicidio.
Las piezas clave del rompecabezas
El 31 de julio de 2015, cinco personas se encontraban en el interior del departamento 401 del 1909 de la calle Luz Savi?¨®n: Mile Mart¨ªn, modelo, Yasenia Quiroz, estudiante, y Nadia Vera, activista, viv¨ªan all¨ª; Alejandra Negrete, empleada del hogar, trabajaba en la casa, y Rub¨¦n Espinosa, fotoperiodista, estaba de paso. Espinosa y Vera son las piezas clave del rompecabezas. Ella era activista, ¨¦l, fotoperiodista. Ambos hab¨ªan trabajaban en Veracruz, un Estado en el que en aquellos a?os las autoridades persegu¨ªan, asesinaban y desaparec¨ªan a las voces disidentes de forma sistem¨¢tica. Dejaron la regi¨®n por amenazas y presiones a ra¨ªz de su labor. En una entrevista concedida meses antes de su muerte, Vera ¡°responsabilizaba¡± al Gobierno de Veracruz de cualquier cosa que pudiera pasarle.
Sus familiares nunca han dudado de que esa es la raz¨®n por la que fueron asesinados. La llamada v¨ªa Veracruz: una posible participaci¨®n de funcionarios del Gobierno del exgobernador del Estado, Javier Duarte, en la masacre ¡ªdetenido desde 2017, condenado por delitos de asociaci¨®n delictuosa y lavado de dinero e investigado tambi¨¦n por desaparici¨®n forzada¡ª. La Procuradur¨ªa, el organismo predecesor de la actual Fiscal¨ªa, fue acusada tambi¨¦n de filtrar informaci¨®n a la prensa que apuntaba a asuntos de drogas o prostituci¨®n, hoy completamente desmentidos, para alejar el foco sobre la labor social de Vera y Espinosa. El caso se convirti¨® en un espect¨¢culo medi¨¢tico.
Este lunes, los familiares protestaron en la sede de la Fiscal¨ªa, con quien han roto el di¨¢logo ante lo que consideran negligencias, como no investigar la relaci¨®n de Garc¨ªa Salda?a y su hijo con el caso. ¡°Esta Fiscali?a lamenta que las familias hayan declarado suspendido el dia?logo, pero la institucio?n mantiene su disposicio?n a continuar la comunicacio?n y la colaboracio?n con ellas¡±, ha sostenido el organismo en un comunicado.
Los cabos sueltos del caso que no dejan bien parado al Ministerio P¨²blico son abundantes. La versi¨®n oficial defiende que el d¨ªa del homicidio, los tres condenados llegaron al lugar, asesinaron a balazos a las v¨ªctimas y huyeron en una Chevrolet Suburban. La investigaci¨®n independiente revel¨® que otro veh¨ªculo, un coche gris tipo sed¨¢n, acompa?¨® al Chevrolet ¡°durante todo su traslado¡±. En ¨¦l viajaban otras dos personas, los otros presuntos implicados, seg¨²n este relato.
Esta hip¨®tesis podr¨ªa arrojar luz sobre algunas de las inc¨®gnitas que nunca han logrado esclarecerse. Por ejemplo, una huella en un charco de sangre en la casa que no correspond¨ªa al tama?o de los pies de ninguno de los tres detenidos identificados inicialmente. O restos de sudor en un cable, que los asesinos usaron para estrangular a dos de las v¨ªctimas, que no correspond¨ªan al ADN de ninguno de los condenados. Tambi¨¦n que en los 22 tomos del expediente a los que tuvieron acceso, los investigadores independientes comprobaron que la Fiscal¨ªa omiti¨® ¡°una l¨ªnea telef¨®nica clave para identificar a los responsables¡±. Un c¨²mulo de irregularidades que han conducido a ¡°la p¨¦rdida de evidencia clave¡±.
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