La huelga de los gigantes del autom¨®vil en EE UU pone en alerta a las armadoras mexicanas
Las patronales del sector adelantan que los miles de empleos que en M¨¦xico dependen de la industria automotriz de exportaci¨®n se ver¨¢n afectados si el par¨®n se prolonga durante semanas
Para Sergio Aguilar esto se siente como un d¨¦j¨¤ vu. En 2019, el empresario y sus colegas padecieron las consecuencias de una huelga de 40 d¨ªas entre el sindicato de trabajadores United Auto Workers (UAW) y la armadora General Motors (GM) en Estados Unidos. M¨¦xico, y en especial el estado hogar de Aguilar, Coahuila, dependen de las cadenas de suministro que cruzan la frontera norte todos los d¨ªas para poder producir autopartes y exportarlas. Ese a?o, la huelga all¨¢ afect¨® a miles de trabajadores ac¨¢, recuerda Aguilar, y ahora es muy probable que suceda de nuevo.
La UAW, organizaci¨®n que representa a 146.000 empleados de GM, Ford Motors y Stellantis, no ha llegado a un acuerdo para mejorar los contratos que expiran este mismo viernes y el paro ya ha comenzado. Entre otras demandas, la UAW pide un aumento salarial del 46% en cuatro a?os, adem¨¢s de una mejor calidad de vida, hecha posible por una semana laboral de 32 horas con 40 horas de salario, mejores pensiones con prestaciones definidas y compensaciones por la inflaci¨®n. Las tres empresas tienen plantas hermanas en M¨¦xico que se conectan en cadenas de suministro, por lo que una suspensi¨®n del trabajo en el norte impactar¨¢ a miles de trabajadores en el sur.
¡°Nosotros tomamos la experiencia previa como aprendizaje y ahora ya estamos listos¡±, dice Aguilar, quien es presidente de la Asociaci¨®n de Industriales y Empresarios de Ramos Arizpe, organizaci¨®n que representa a ensambladoras y maquilas en el municipio de Coahuila que concentra una alta actividad industrial. Las empresas producen faros, tanques de gasolina, interiores, paneles de puertas y bolsas de aire, entre otras partes de coches. Durante la huelga de 2019, fueron 48.000 trabajadores los que fueron a paro. En esta ocasi¨®n, son 143.000. A partir de esa experiencia, y de nuevo durante la pandemia, las ensambladoras mexicanas aprendieron a tener mejores inventarios y a tomar medidas con el personal que aminore el choque.
En Ramos Arizpe operan plantas de Stellantis y GM, dos de las tres empresas que no han podido llegar a un acuerdo con sus trabajadores. La tercera, Ford Motors, tiene una f¨¢brica hermana en M¨¦xico y ser¨¢, seg¨²n Aguilar, la primera en ser afectada. ¡°La armadora que m¨¢s puede sufrir de manera inmediata es la planta de Ford en Chihuahua, porque ellos reciben los motores que se fabrican en Estados Unidos para terminar de ensamblar la unidad¡±, explica Aguilar al tel¨¦fono, ¡°si no tienen estos motores van a tener que parar la planta¡±.
En ese caso, las empresas comienzan a tomar medidas como ¡°mandar de vacaciones¡± a sus empleados en M¨¦xico, asegura Aguilar, o rotar a las cuadrillas de manera que trabajen menos para que no se acumule el inventario que no se est¨¢ utilizando en EE UU.
Las exportaciones son uno de los pilares de la econom¨ªa mexicana y, seg¨²n los datos m¨¢s recientes, las autopartes vendidas en el extranjero hilan tres meses al alza. Durante el primer semestre del a?o, M¨¦xico desbanc¨® a China como principal socio comercial de EE UU y, solo en Coahuila, 65.000 empleos dependen directamente de la industria automotriz de exportaci¨®n. Aguilar estima que un 10% de ese total, es decir, cerca de 6.500 empleos, se ver¨¢n afectados por esta huelga.
¡°La industria automotriz en M¨¦xico miramos con mucho temor¡± la huelga, cuenta Ra¨²l Moreno, quien hace cinco a?os se mud¨® del Pa¨ªs Vasco a liderar una empresa automotriz en Quer¨¦taro, M¨¦xico, un estado con un racimo de empresas globales que producen, no solo partes de coches, sino de aeronaves. Moreno, quien ahora lleva su propia consultora, remite a un estudio de la firma Anderson Economic Group que estima las p¨¦rdidas econ¨®micas para EE UU de una huelga de 10 d¨ªas en 5.000 millones de d¨®lares. ¡°El impacto puede ser brutal¡±, dice Moreno, ¡°por lo que no creo que vayan a permitir que se extienda mucho¡±.
Por su parte, Aguilar dice que el promedio de duraci¨®n de este tipo de huelgas, con datos que van hasta 1970, es de 10 semanas. ¡°En el peor escenario de que s¨ª dure las 10 semanas, M¨¦xico empezar¨ªa a sentir la afectaci¨®n para la semana tres¡±, se?ala el empresario. Aunque la apuesta de M¨¦xico por suministrar de autopartes a su vecino del norte ha sido muy exitosa, Aguilar advierte: ¡°por este tipo de situaciones es muy importante no poner todos los huevos en la misma canasta y empezar a tener otro tipo de industria tambi¨¦n como motor de econom¨ªa¡±.
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