La segunda vida del tarot pintado por Leonora Carrington que revela su universo m¨¢gico
El hijo mayor de la artista retoma las 22 tablillas en las que la pintora consign¨®, con todo su universo simb¨®lico, los arcanos mayores del tarot para convertirlas en una baraja real de edici¨®n limitada
Leonora Carrington pint¨® su propio tarot. En 22 tablas de 14 cent¨ªmetros por 16, una por cada arcano mayor, derram¨® su bestiario hecho de caballos y hienas, de perros y p¨¢jaros. Como si los personajes fueran saltando de sus cuadros, los fue ubicando en esas cartas que habr¨ªan de sintetizar sus pasiones, sus deseos, sus predicciones.
A la carta de La Estrella, que suele hablar de los dones y de los sacrificios, le entreg¨® una cabellera alocada, que encarnaba su propio reclamo de libertad. A El Mago, la carta de los inicios, de los aprendices, le puso un negro intenso de fondo, el nigredo de la alquimia, que habla de la putrefacta, de la depuraci¨®n necesaria para empezar el proceso de exploraci¨®n. A la carta de La Luna, la carta de los poetas, de la madre c¨®smica, de la noche oscura del alma, que en todos los tarot suele estar vigilada por dos animales, le pint¨® un perro y una hiena. La hiena que desde ni?a la obsesion¨®. ¡°Algunos relatos del medioevo dicen que la hiena tiene dos piedras en los ojos y si alguien la mata, le saca las piedras y se las pone bajo la lengua puede predecir el futuro¡±, recuerda en su libro sobre Leonora Carrington, la escritora mexicana Elena Poniatowska.
Leonora, la hechicera hechizada de Octavio Paz, la Sorci¨¨re (la bruja) de Andr¨¦ Breton, el personaje m¨ªtico, ¡°encarnaci¨®n del m¨¢s vehemente surrealismo¡± de Alejandro Jodorowsky, consign¨® todo lo que aprendi¨® desde ni?a sobre la religi¨®n dru¨ªdica irlandesa, sobre la alquimia y la magia en su tarot pintado. ¡°Mi madre se empez¨® a interesar por el tarot gracias a las conversaciones que ten¨ªa con su amigo h¨²ngaro, el doctor Desiderio Lang, que hab¨ªa llegado como refugiado pol¨ªtico a M¨¦xico. ?l era un hombre muy arrogante, dec¨ªa cosas sin miedo, ten¨ªa un conocimiento basto de alquimia y de cabala y a trav¨¦s de historias te dec¨ªa cu¨¢l era tu suerte¡±, rememora Pablo Weisz Carrington, uno de los dos hijos de la pintora que, para los tiempos en que ocurr¨ªan estas conversaciones y eran pintadas estas cartas (1955), ten¨ªa ocho a?os. Weisz, junto al Consejo Leonora Carrington, ha decidido darle una nueva vida a esas cartas pintadas por su madre y apilarlas a la manera de una baraja de tarot moderno en una edici¨®n limitada.
Esos otros saberes, esos universos simb¨®licos y m¨¢gicos no eran extra?os en ese momento entre los artistas. El surrealismo hab¨ªa puesto una especial atenci¨®n en el hipnotismo, espiritismo, el sue?o, la astrolog¨ªa, la adivinaci¨®n. ¡°Secretos del arte m¨¢gico¡±, as¨ª hab¨ªa titulado Andr¨¦ Breton, amigo de Carrington, el primer manifiesto surrealista. El hermetismo se hab¨ªa convertido pues en parte fundamental de la creaci¨®n art¨ªstica.
¡°Los surrealistas recuperaron el sentido original de la palabra alquimia para evidenciar que la transmutaci¨®n de los metales era solo la met¨¢fora de un proceso mucho m¨¢s profundo en relaci¨®n a la materia de la creaci¨®n... La alquimia, pues, es poes¨ªa en el sentido m¨¢s fuerte del t¨¦rmino. Y el surrealismo es realmente una transmutaci¨®n alqu¨ªmica¡±, se puede leer en la tesis doctoral de Mar¨ªa Jos¨¦ Gonz¨¢lez Madrid, de la Universidad de Barcelona, sobre el surrealismo y los saberes m¨¢gicos de Remedios Varo, la artista, amiga incondicional de Leonora y compa?era de sus exploraciones hechiceras.
De todos los saberes, el tarot hab¨ªa capturado una atenci¨®n especial de parte de los surrealistas, que hab¨ªan analizado la versi¨®n de Marsella y la hab¨ªan transformado para hacer una nueva baraja de creaci¨®n art¨ªstica y, aunque Leonora Carrington nunca se reconoci¨® propiamente como parte de este movimiento, s¨ª que se identific¨® en esta apertura hacia lo menos evidente.
Sus desaf¨ªos al mundo de la realeza brit¨¢nica, de donde proven¨ªa, a la burgues¨ªa correcta mexicana en la que hab¨ªa aterrizado, no solo pasaba por actos transgresores como, quitarse los zapatos en medio de una cena con reconocidos personajes y untar con mostaza sus pies, o pintar las paredes del departamento del cineasta Luis Bu?uel con sus manos manchadas de sangre menstrual, en respuesta a una invitaci¨®n rom¨¢ntica a salir. Sus desaf¨ªos pasaban tambi¨¦n por las formas de lo sutil, de lo simb¨®lico, por darle en su cuerpo y en su vida una cabida plena a lo m¨¢gico. Leonora encontraba en ello una forma de resistencia individual.
¡°Ella quer¨ªa tener sus propias cartas y por eso las pint¨®. El tarot era como un documento. Cada imagen era una s¨ªntesis de las acciones del ser humano. La carta de La Muerte no era la muerte, era el cambio, la transformaci¨®n, que es muy distinto al concepto que tenemos nosotros. Cada carta ten¨ªa su poder, cada imagen evocaba condiciones e ideas humanas, arquetipos¡±, explica Weisz Carrington.
¡°Un elemento transversal de Leonora Carrington es este mundo simb¨®lico tan extenso que habitaba. No solo lo pinta, lo construye en su forma de estar en el mundo. Este tarot es un reflejo de ello. Es un tarot que tiene su propia impronta, que tiene que ver con su propia fauna y flora, con su propia alquimia. Sus usos del color tienen un sentido muy propio. La carta de La Sacerdotisa, que suele ser azul o violeta, en este tarot es roja, y el rojo es el conocimiento hecho sabidur¨ªa, hecho carne. Tambi¨¦n muestra el lugar que le da a las mujeres dentro de su visi¨®n¡±, explica, por su parte, la poeta boliviana experta en tarot Micaela Mendoza a quien le fue encomendado el libro que acompa?a esta edici¨®n limitada del tarot de Leonora.
Los 22 cuadros peque?os de la artista, entregados en esta edici¨®n a manera de cartas, no solo es una forma de desentra?ar de cerca su obra, es la posibilidad de viajar con ellas a sus momentos m¨¢s emblem¨¢ticos, siempre acompa?ados por las cartas del tarot. ¡°Dos d¨ªas antes del parto una carroza dorada ¡ªsalida de una de las cartas del tarot¡ª anuncia la nueva vida¡±, recuerda Elena Poniatowska en su libro Leonora, en la v¨ªspera del nacimiento de su primer hijo, Pablo. ¡°Las dos pintoras (Leonora y Remedios) leen libros de alquimia que siempre le han fascinado a Leonora, e interpretan en el tarot. En los arcanos se sintetiza la historia que las une¡±, suma la escritora como testigo de esa trascendencia que para la pintora ten¨ªan las cartas.
La primera vez que se supo p¨²blicamente que la artista ten¨ªa un tarot propio fue en 2017, en la exposici¨®n Leonora Carrington, Cuentos M¨¢gicos, que se hizo para conmemorar el centenario de su natalicio en el Museo de Arte Moderno de M¨¦xico. Las im¨¢genes originales con l¨¢minas de oro y plata hab¨ªan aparecido en una colecci¨®n privada y por primera vez se exhib¨ªan.
Pablo Weisz Carrington no sabe c¨®mo fue que un objeto tan preciado para su madre sali¨® de su casa en la colonia Roma Norte, de Ciudad de M¨¦xico ¡ªen donde la artista vivi¨® 70 a?os y cuyo testamento le fue heredado a ¨¦l, su hijo mayor¡ª y terminaron en una colecci¨®n privada. Pero s¨ª sabe que m¨¢s all¨¢ de que estas im¨¢genes est¨¦n consignadas en los libros, la apuesta por revivir su tarot, volver sus cartas un mazo de verdad, que se puede usar, es una apuesta por hacer que su legado art¨ªstico y m¨¢gico, que su rebeld¨ªa, trascienda de forma cotidiana en la vida de muchos de los amantes de su obra.
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