Ucrania est¨¢ cansada de escribir sobre la guerra
EL PA?S habla con Andrei Kurkov, el escritor ucraniano m¨¢s traducido, y Haska Shyyan, una de las voces m¨¢s prometedoras de la nueva generaci¨®n de autores del pa¨ªs invadido por Rusia, sobre la vida y la literatura bajo el conflicto armado
Andrei Kurkov est¨¢ cansado. Se lleva la mano a la cara, se frota los ojos, mira al suelo, amaga un bostezo. El escritor m¨¢s traducido de Ucrania es un hombre con una misi¨®n. Desde que en febrero de 2022 Rusia invadi¨® su pa¨ªs no ha parado. Escribe art¨ªculos y ensayos sobre la guerra diariamente, habla en la radio, da conferencias sobre la brutalidad del conflicto, participa en eventos culturales como este, la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, como una suerte de embajador no oficial de su pa¨ªs. Ha volado desde Nueva York, donde estar¨¢ dos meses dando clases de literatura y pol¨ªtica en la Universidad de Columbia. ¡°Es agotador¡±, suspira. A ¨¦l lo que le gustar¨ªa hacer es sentarse en su casa del pueblo y terminar el libro que tuvo que abandonar cuando Vladimir Putin empez¨® a bombardear Kiev d¨ªa s¨ª, d¨ªa tambi¨¦n.
¡°Sue?o con escribir ficci¨®n otra vez, pero todav¨ªa no es f¨¢cil. Lo he intentando varias veces y no he podido¡±. ?Por qu¨¦? ¡°La realidad es mucho m¨¢s fuerte que la ficci¨®n, tienes miles de tragedias reales a tu alrededor, no necesitas inventar historias. Pero cuando lidias con tragedias reales tienes una responsabilidad distinta. Ha sido un a?o muy duro, estoy muy cansado de escribir sobre la guerra, de hablar sobre la guerra, pero a la vez s¨¦ que es mi misi¨®n. M¨¢s de 40 escritores ucranianos han sido asesinados por Rusia [como Victoria Amelina, homenajeada durante la FIL], as¨ª que ellos ya no pueden hablar sobre la guerra. Los que quedamos, debemos hacerlo¡±. Otra treintena de autores han cambiado la barricada cultural por la primera l¨ªnea del frente y combaten contra las tropas rusas.
Kurkov naci¨® en San Petersburgo cuando la ciudad todav¨ªa llevaba el nombre del principal ide¨®logo de la revoluci¨®n bolchevique, Leningrado. Se mud¨® a Kiev de adolescente. Sin salir de la ciudad, ha vivido cada mitad de sus 62 a?os en dos pa¨ªses distintos. El primero se llamaba Uni¨®n Sovi¨¦tica. El segundo pas¨® a conocerse como Ucrania. ¡°Soy m¨¢s viejo que la Ucrania independiente¡±, bromea. La desaparici¨®n de ese antiguo imperio, aquellas fronteras desdibujadas, la crisis de identidad, los conflictos a flor de piel, la peligrosa idea del esplendor del pasado perdido, se ven m¨¢s claros en su biograf¨ªa que en un atlas de geopol¨ªtica.
La lengua materna del escritor m¨¢s importante de Ucrania es el ruso. El nacionalismo ucraniano le considera un traidor por escribir en el idioma del enemigo. Putin lo coloc¨® en una lista negra en 2005 y desde 2014 es ilegal entrar en Rusia con uno de sus libros. ¡°Soy alguien que irrita a mucha gente¡±, sintetiza ¨¦l. ¡°Represento a las generaciones m¨¢s viejas. La gente considera que mi generaci¨®n est¨¢ desapareciendo lentamente. Llevo 24 a?os siendo un comentarista de la pol¨ªtica, la historia y la cultura ucraniana en todo el mundo. Creo que es momento de parar y que alguien m¨¢s haga este trabajo¡±.
Haska Shyyan (43 a?os) es uno de los rostros de esas nuevas generaciones de las que habla Kurkov, los herederos literarios de un pa¨ªs en ruinas. Su segunda novela, Behind the back, que no ha sido traducida al espa?ol, gan¨® el Premio de Literatura de la Uni¨®n Europea (UE) en 2019. Frente a la solemnidad del escritor, ella habla de la guerra con resignaci¨®n y un punto de humor tr¨¢gico. No se considera en una misi¨®n, pero da por descontado que, cuando la invitan a eventos como este, es para hablar del conflicto.
Escribir bajo las bombas
Shyyan y Kurkov son los dos ¨²nicos autores ucranianos que han venido a la FIL invitados por la UE, un gui?o de complicidad para fomentar el acercamiento del pa¨ªs a Bruselas. La guerra los ha afectado de formas distintas. Los incesantes bombardeos de los primeros meses obligaron a Kurkov a dejar su casa de la capital y refugiarse con su familia en un peque?o pueblo de los Transc¨¢rpatos, cerca de la frontera con Eslovaquia. En octubre de 2022 pudo volver a su hogar: ¡°Celebramos el a?o nuevo en Kiev bajo los bombardeos, escuchando las explosiones¡±. Desde entonces no ha parado de viajar para dar a conocer la realidad ucraniana en el mundo exterior. ¡°Todav¨ªa me siento un poco vagabundo¡±, reconoce.
Shyyan hizo el camino inverso. Cuando la guerra escal¨® y Putin mand¨® a sus tropas contra todo el pa¨ªs, ella decidi¨® dejar su casa en Bruselas y regresar a su pueblo, cerca de la frontera con Polonia, junto a su marido y su hija. ¡°Decidimos volver porque, de alguna manera, se sent¨ªa seguro. Mucha gente est¨¢ volviendo despu¨¦s de casi dos a?os de la invasi¨®n. Es una forma de apoyo, un acto de esperanza¡±. Para ella, que tiene la suerte de vivir lejos del frente, la guerra se siente en las peque?as cosas. En la p¨¦rdida de la ¡°dimensi¨®n infantil de la vida¡±, de una despreocupaci¨®n de la que antes hac¨ªa gala y ahora ha dado paso a peque?os rituales diarios de prevenci¨®n de riesgos. ¡°En mi pueblo natal tengo la sensaci¨®n de tener menos ansiedad, de estar m¨¢s a salvo, aunque entiendo que no es objetivo, hay alarmas antia¨¦reas, misiles de tanto en tanto. Creo que todos los ucranianos tienen el sentido del peligro mucho m¨¢s bajo de lo que deber¨ªa estar, especialmente para los est¨¢ndares de Europa del oeste¡±.
La escritora se descubre constantemente organizando su casa. ¡°Nunca he sido el tipo de persona que deja todo impoluto, pero siento una necesidad f¨ªsica de dejar el apartamento limpio, de justificar la normalidad, dar una vida confortable a mi hija y mi familia es algo que se ha vuelto una parte muy importante de mi vida. Puede sonar muy antifeminista, destruye completamente la imagen de diva bohemia que he estado fomentando por a?os¡±, dice mientras se r¨ªe con una carcajada contagiosa. No es la ¨²nica a la que le pasa. A muchos de sus vecinos les ocurre: da una peque?a sensaci¨®n de control, aunque sea falsa, en medio de la realidad ca¨®tica de la guerra.
Hay peque?as cosas que en tiempos de paz no parecen tan urgentes. Las comidas familiares, las bebidas despu¨¦s del trabajo, las cenas con los amigos. ¡°Antes no lo valor¨¢bamos mucho, pod¨ªan ser una carga, te cansas de ellas, pero cuando miras atr¨¢s te das cuenta de lo importante que eran. Ahora hay una gran necesidad de la gente de estar juntos. Miras fotograf¨ªas y ves que hay dos personas que ya no est¨¢n. Siempre que quedo con alguien tengo la sensaci¨®n de no saber cu¨¢ndo ser¨¢ la ¨²ltima vez que nos veamos, o si tendremos la oportunidad de volver a vernos. Antes era algo m¨¢s como una met¨¢fora rom¨¢ntica, pero ahora se siente mucho m¨¢s fuerte, m¨¢s real. Ahora tomamos fotos no para lucir bien en ellas, sino para recordar que nos tenemos los unos a los otros¡±.
La nueva normalidad
Ucrania vive d¨ªas extra?os. Entre los frentes de la guerra enquistados, los bombardeos, rastros de masacres, funerales y noticias de muerte y ciudades arrasadas desde hace casi dos a?os, el d¨ªa a d¨ªa transcurre en la b¨²squeda de algo parecido la normalidad. ¡°El pa¨ªs sigue teniendo un dinamismo muy fuerte, a pesar de todas las cosas terribles que est¨¢n pasando. Tiene mucha vitalidad, un esp¨ªritu de creer en el futuro. Los negocios abren, las escuelas funcionan, todo el mundo est¨¢ muy alerta y muy motivado. De alguna manera, sientes que est¨¢s donde tienes que estar¡±, dice Shyyan.
Kurkov coincide: ¡°En Kiev ahora la gente pretende que la situaci¨®n es normal: los restaurantes y caf¨¦s est¨¢n abiertos, los teatros y cines est¨¢n llenos, pero es muy estresante. La gente se traumatiza a diario por las alarmas antia¨¦reas: tienes que ir a un refugio, decidir si quieres estar en la calle o necesitas esconderte¡±. El trauma, la paranoia, han llevado a una crispaci¨®n de la vida p¨²blica, dice el escritor: ¡°La gente est¨¢ muy radicalizada, nada tolerante, hay mucha violencia dom¨¦stica. La gente est¨¢ llegando al l¨ªmite. Intelectualmente, si discrepas, aunque sea poco, puedes volverte un enemigo, porque todo el mundo piensa: ¡®Los que discrepan de m¨ª est¨¢n del lado de Putin¡¯. No es cierto, pero la gente no est¨¢ abierta ahora a discutir sobre los peque?os detalles¡±.
Ambos escritores creen que solo hay una forma de acabar la guerra: con la victoria de Ucrania. La derrota, dice Kurkov, significar¨ªa que ¡°la Uni¨®n Europea ha fallado, que Estados Unidos ha fallado, que el mundo democr¨¢tico ha fallado¡±. El autor habla de tres niveles de la contienda. En el primero se libra una batalla imperialista que busca la conquista del territorio, el poder, la expansi¨®n de una idea de pa¨ªs sin las libertades m¨¢s b¨¢sicas. El segundo constituye una guerra contra la identidad cultural y nacional ucraniana: ¡°Putin quiere destruir Ucrania, tomar la tierra, las personas y volverlas rusas¡±. El tercero, una partida de ajedrez geopol¨ªtica entre los viejos bloques: ¡°Reg¨ªmenes autoritarios como Ir¨¢n, Korea del Norte o Rusia contra el occidente democr¨¢tico, contra los pa¨ªses con respeto por los derechos humanos, elecciones reales, etc¡ Si esta guerra se pierde, todos esos niveles se pierden. Significar¨¢ que Am¨¦rica acepta que Ir¨¢n, Korea y Rusia pueden dominar la pol¨ªtica internacional¡±. ¡°Si Rusia no va a ser derrotada, no solo militarmente, sino como un imperio, la guerra no va a acabar, incluso si se consigue un tratado de paz. Conducir¨ªa a un conflicto mucho mayor¡± que se extender¨ªa poco a poco por los pa¨ªses vecinos, coincide Shyyan.
Kurkov ha rechazado la idea de escribir ficci¨®n hasta que acabe la guerra. Shyyan, al contrario, est¨¢ trabajando en su siguiente novela. La empez¨® antes de la invasi¨®n y cuenta la historia de una Ucrania distinta, de un pa¨ªs que comenzaba a abrirse al mundo despu¨¦s de a?os de conservadurismo en una suerte de ¡°belle ¨¦poque¡±. Durante la d¨¦cada anterior a la invasi¨®n, ¡°todo el mundo llamaba a Kiev la nueva Berl¨ªn¡±, cuenta la autora. ¡°Era una capital vibrante con much¨ªsima gente joven. Es un fen¨®meno que amo¡±.
Recuerda que los mismos chavales que por las noches acud¨ªan a fiestas alternativas en los ambientes underground de la ciudad, durante el d¨ªa agitaban las conciencias sobre las desigualdades sociales del pa¨ªs, formaban ONG¡¯s, colectivos pol¨ªticos, organizaban charlas. ¡°Para m¨ª era muy importante escribir sobre esta vida urbana en Ucrania porque era un nuevo fen¨®meno. Luego vino la invasi¨®n y me pregunt¨¦: ¡®?Es una novela urbana y fr¨ªvola m¨¢s sobre j¨®venes pas¨¢ndolo bien? ?Qu¨¦ valor tiene?¡¯. Despu¨¦s entend¨ª que es un libro sobre una suerte de para¨ªso perdido. Es muy importante conservar algo que se ha ido para siempre. Cuando Ucrania gane la guerra, cuando la paz venga, la despreocupaci¨®n incondicional de esa generaci¨®n ser¨¢ algo que se habr¨¢ ido para siempre. El ambiente ya nunca ser¨¢ el mismo¡±.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.