Alejandro Celorio, el abogado que lidera el litigio contra las armas en EE UU: ¡°La industria armamentista tiene sangre en las manos¡±
El letrado de la Canciller¨ªa habla del fallo hist¨®rico de esta semana, de lo que sigue en la batalla legal y c¨®mo afectan al caso las elecciones en ambos lados de la frontera
M¨¦xico se acaba de apuntar una victoria legal sin precedentes. En una decisi¨®n hist¨®rica, la Corte de Apelaciones del Primer Circuito dio la raz¨®n a la representaci¨®n mexicana y afirm¨® que s¨ª tiene argumentos suficientes para demandar a los gigantes de la industria armamentista en Estados Unidos, despu¨¦s de que un ...
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M¨¦xico se acaba de apuntar una victoria legal sin precedentes. En una decisi¨®n hist¨®rica, la Corte de Apelaciones del Primer Circuito dio la raz¨®n a la representaci¨®n mexicana y afirm¨® que s¨ª tiene argumentos suficientes para demandar a los gigantes de la industria armamentista en Estados Unidos, despu¨¦s de que un tribunal de Boston desechara la demanda en primera instancia en octubre de 2022.
El pa¨ªs latinoamericano reclama que algunos de los nombres propios m¨¢s importantes de la industria armamentista se han beneficiado durante a?os del tr¨¢fico ilegal de armas, un monstruo que se alimenta de pr¨¢cticas comerciales negligentes y del hambre insaciable de los carteles de la droga por aumentar su poder de fuego. M¨¦xico estima que el da?o asciende a 15.000 millones de d¨®lares. Los fabricantes sostienen que tienen inmunidad y que un estatuto promovido en el Gobierno de George W. Bush ¡ªla Ley de Protecci¨®n al Comercio Legal de Armas (PLCAA)¡ª los blinda ante cualquier reclamo que llegue a los tribunales.
Alejandro Celorio, el hombre que coordina la estrategia legal de M¨¦xico en el litigio, habla de la importancia del fallo emitido esta semana, que tumba por primera vez el argumento de la inmunidad de las armer¨ªas, y de las batallas que siguen en el frente legal. ¡°La industria armamentista tiene sangre en las manos¡±, afirma el consultor jur¨ªdico de la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores. ¡°Saben que sus productos est¨¢n en nuestro pa¨ªs y no han hecho nada remediarlo ni prevenirlo¡±, agrega en entrevista con EL PA?S.
Pregunta. ?Qu¨¦ implica este fallo para M¨¦xico?
Respuesta. La primera implicaci¨®n jur¨ªdica es que superamos por primera vez esta ley de inmunidades. No estoy seguro, pero creo que no hay un precedente de un fallo como este en una corte de apelaciones. Es hist¨®rico. Estamos hablando de un gobierno extranjero. Y superamos este obst¨¢culo gracias a una excepci¨®n que establece, en t¨¦rminos b¨¢sicos, que M¨¦xico tendr¨¢ oportunidad de probar que las empresas demandadas ayudan e instigan el tr¨¢fico de armas. Eso es may¨²sculo, porque significa que otros pa¨ªses seguramente podr¨¢n analizar si esta decisi¨®n de la Corte de Apelaciones del Primer Circuito les da una ventana para demandar, como Jamaica, Canad¨¢ u otros pa¨ªses que sufren de lo mismo.
La implicaci¨®n m¨¢s directa y concreta es que va a avanzar nuestro litigio. No s¨®lo tendremos oportunidad de presentar nuestras pruebas, vamos a poder pedirles a las empresas demandadas que nos compartan sus evidencias. En otro caso contra las tabacaleras, por ejemplo, se obtuvieron los correos electr¨®nicos de los directivos que, sabiendo que causaban un da?o a la salud, segu¨ªan insistiendo en mostrar el consumo de tabaco como algo de moda. Ese es el tipo de informaci¨®n que vamos a obtener en el litigio. Puede ser una mina de oro.
P. ?Por qu¨¦ se le dio la raz¨®n a M¨¦xico?
R. El juez de primera instancia dijo, en t¨¦rminos generales, que por m¨¢s simpat¨ªa que sent¨ªa por la causa de M¨¦xico, ten¨ªa que rechazar la demanda porque hay una ley de inmunidades que proh¨ªbe iniciar el juicio. El problema era PLCAA. No era una cuesti¨®n de si M¨¦xico pod¨ªa demandar o si el foro era conveniente. Cuando nosotros presentamos nuestro escrito de apelaci¨®n, no hablamos de otra cosa, m¨¢s que de PLCAA y por qu¨¦ no es aplicable. Se?alamos que no tiene efectos extraterritoriales, que hay una violaci¨®n directa a la prohibici¨®n de exportaci¨®n de ametralladoras y que las empresas demandadas violan leyes estatales y federales.
La Corte de Apelaciones retom¨® toda esa informaci¨®n y cuando las partes presentamos nuestros argumentos, el pasado 28 de agosto, los tres jueces cuestionaron a los representantes de las armer¨ªas, entre ellos uno de los abogados del entonces presidente Donald Trump, cu¨¢nto sab¨ªan de las ventas directas, de c¨®mo funciona su comercio, qui¨¦nes les compran y ad¨®nde llegan las armas. Esa audiencia fue determinante. Nosotros hicimos nuestro trabajo al presentar el caso, pero creo que pes¨® m¨¢s el inter¨¦s de los jueces en rascarle un poquito y la incapacidad de las empresas demandadas de desvincularse. Ellos dec¨ªan que participan muchas personas en la cadena de producci¨®n y de da?o en M¨¦xico. Y lo que les contestaron los jueces es que eso, en materia de da?os civiles, no tiene nada que ver. No importa si participa uno o miles, mientras haya un nexo de causalidad, hay responsabilidad.
Tiene mucha trascendencia porque M¨¦xico ha sentado un precedente. Cuando haya otros casos de personas o empresas que quieran desvincularse de su responsabilidad civil, bajo el argumento de que alguien m¨¢s intervino o un grupo criminal intervino, no van a poder hacerlo tan f¨¢cil. Si t¨² hiciste algo negligente, entonces eres responsable. Por eso, esto es tan hist¨®rico y demor¨® tanto tiempo. Supuso un an¨¢lisis muy complejo.
P. ?Cu¨¢les son las batallas legales que vienen?
R. Es posible que las empresas demandadas soliciten una revisi¨®n a la corte de apelaciones. Eso implica que todos los jueces del Primer Circuito revisen la decisi¨®n de los tres jueces que vieron nuestro caso y decidan si dejan firme la decisi¨®n o la revierten. Ese es un primer obst¨¢culo.
Un segundo escenario es que las demandadas recurran a la Suprema Corte de Estados Unidos. Tienen 90 d¨ªas para hacerlo. Es importante destacar que la Suprema Corte no toma todos los casos y no es seguro que lo atraiga. El Gobierno de M¨¦xico est¨¢ preparado para ese escenario.
Cuando la decisi¨®n de la corte de apelaciones quede firme, el caso regresar¨ªa a la corte de Boston. Pero esperamos muchas reacciones de las demandadas, van a meter m¨¢s recursos. Va a ser un proceso largo, una carrera de desgaste. Este es apenas el primer round.
P. ?Ha notado cambios en las pr¨¢cticas de las armer¨ªas a partir del caso o siguen siendo un eslab¨®n crucial en esta cadena de violencia?
R. No han cambiado nada. Lo que s¨ª ha cambiado es el Gobierno de Estados Unidos. Vemos m¨¢s acciones de EE UU para detener y prevenir el tr¨¢fico de armas. En 2022 se aprob¨® por primera vez una ley para sancionar el tr¨¢fico de armas. Antes no era un delito. Entonces, s¨ª ha habido cambios, quiz¨¢ sean coincidencias afortunadas, pero me parece que mucho tiene que ver con el esfuerzo de M¨¦xico en este litigio y en otros foros.
P. ?Usted dir¨ªa que la industria armamentista de Estados Unidos tiene sangre en sus manos?
R. Sin duda. Tienen sangre en sus manos. No directamente, porque no los podemos acusar sin evidencia de que est¨¦n coludidos con el crimen organizado. Por eso, esta demanda civil es por negligencia. Est¨¢n comerciando con un producto dise?ado para matar, herir y destruir. Saben que sus productos est¨¢n en M¨¦xico y no han hecho nada para remediarlo ni para prevenirlo. Hay unos principios de derechos humanos y empresas, que hablan del deber de las empresas de evaluar el riesgo y mitigarlo. Ellos saben bien la violencia que estamos sufriendo.
P. ?Qu¨¦ va a exigir M¨¦xico a las armer¨ªas en caso de ganar?
R. Tres cosas. La primera es que cesen de inmediato sus pr¨¢cticas comerciales negligentes: que dejen de vender a prestanombres, que realicen los cambios necesarios para evitar que se facilite el tr¨¢fico. Lo segundo son medidas de corto y mediano plazo, como cambios en sus decisiones de distribuci¨®n, que se autodisciplen, que monitoreen qui¨¦nes est¨¢n vendiendo sus productos y a qui¨¦nes. El tercer punto es, como en toda demanda civil por da?os, solicitar una compensaci¨®n. Habr¨¢ una etapa en el juicio de cuantificaci¨®n del da?o. Nosotros estimamos que el Gobierno de M¨¦xico ha sufrido un da?o que ascender¨ªa a 15.000 millones de d¨®lares. ?Por qu¨¦ tanto? Porque hay estudios que hablan de que M¨¦xico invierte entre el 5% y el 20% del PIB para responder a la violencia. M¨¦xico no sufrir¨ªa de violencia armada si tuvi¨¦ramos menos armas y estas armas provienen del tr¨¢fico il¨ªcito facilitado por la negligencia de estas empresas.
P. Alicia B¨¢rcena lleg¨® el a?o pasado como secretaria de Relaciones Exteriores. ?Qu¨¦ ha cambiado con la nueva canciller?
R. La estrategia legal sigue en sus mismos t¨¦rminos. Ella ha imprimido un sentido adicional a lo que estamos haciendo. Ella habla de una pol¨ªtica exterior consistente, congruente, de la tradici¨®n de M¨¦xico en temas de desarme y contra el tr¨¢fico de armas. Nos ha pedido explicar mejor de qu¨¦ se trata el caso, acercar el litigio a la gente y decirles por qu¨¦ es importante. Tambi¨¦n nos ha ayudado a llevar el caso a otros foros. Bajo su gesti¨®n, se present¨® una solicitud de opini¨®n consultiva ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, eso nos ayud¨® mucho. La pr¨®xima semana hay otro foro en Inglaterra sobre comercio de armas. Nos ha pedido que llevemos lo que estamos haciendo a m¨¢s lugares. Su llegada fue una adici¨®n positiva a lo que ya se estaba haciendo.
P. Es el ¨²ltimo a?o del sexenio y hay elecciones en junio. ?Le preocupa que eso pueda afectar la continuidad de la demanda?
R. No me preocupa. En t¨¦rminos de presupuesto, estamos cubiertos para este a?o y solicitaremos los recursos para 2025. Esto debe continuar. La sugerencia a la siguiente Administraci¨®n ser¨¢ que M¨¦xico no se baje de este esfuerzo. Ser¨ªa claudicar, pero ser¨¢ decisi¨®n del pr¨®ximo Gobierno.
En cuanto a los cambios que pueda haber en la Canciller¨ªa, nosotros somos reemplazables. Si me piden mi puesto, se lo dejar¨¦ a alguien m¨¢s que lo haga igual o mejor que yo. Este es un esfuerzo del Estado mexicano. Y va a demorar porque seguramente esto va a tardar dos o tres Administraciones hasta tener una sentencia firme y una compensaci¨®n de da?os.
P. ?Las elecciones en Estados Unidos y un potencial regreso de Trump a la presidencia pueden influir en el caso?
R. Espero que no. Las decisiones judiciales se toman con base en la ley, pero al final los jueces y las jueces son seres humanos. Hemos sido muy insistentes y cuidadosos en aclarar que esta no es una demanda contra la Segunda Enmienda [el derecho a portar armas en Estados Unidos]. Eventualmente, la campa?a del precandidato Trump, si es candidato, seguramente va a sacar un hashtag diciendo M¨¦xico quiere nuestras armas y el asunto se va a politizar. Est¨¢ bien. Es su juego, no hay cuidado. Ya lo tenemos presupuestado.
Si llega a haber un se?alamiento sobre lo que estamos haciendo, lo que diremos es que estamos recurriendo a tus cortes, en tu idioma y bajo tus reglas, y que la corte de apelaciones dijo que s¨ª podemos demandar. Cada vez que alguien se?ale que M¨¦xico quiere quitarle las armas a los estadounidenses, nosotros les responderemos que se las queremos quitar a los carteles, que est¨¢n empoderados y que trafican con fentanilo y otras sustancias. Y les diremos que, en lugar de quejarse, deber¨ªan ayudarnos.
Los ciudadanos estadounidenses se tienen que dar cuenta de que estamos peleando por lo mismo. Nosotros no nos metemos con su derecho a portar armas, lo que queremos es que los criminales no lo hagan. Incluso, la Asociaci¨®n Nacional del Rifle y otros tendr¨ªan que respaldarnos. No lo hacen por cuestiones de lucro y dem¨¢s. Pero la narrativa la tiene ganada M¨¦xico.
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