¡®La Mataviejitas¡¯ se declara inocente en una entrevista en televisi¨®n: ¡°Los verdaderos asesinos andan en la calle¡±
Encarcelada desde 2006 por 17 asesinatos de mujeres en Ciudad de M¨¦xico, Juana Barraza da su testimonio a ¡®Canal 14¡¯ en el que denuncia ¡°injusticias¡± y haber sido v¨ªctima de violaci¨®n y tortura tras su detenci¨®n
La narrativa del caso de La Mataviejitas parece no tener fin. Al documental La Dama del Silencio ¡ªde Netflix¡ª y el cap¨ªtulo ¡®Las dos vidas de Juana Barraza¡¯ ¡ªde la serie documental Cenizas de Gloria, de Vix¡ª que el a?o pasado reviv¨ªan la historia criminal que sacudi¨® a la sociedad mexicana entre finales de los a?os noventa y principios de los dos mil, por los asesinatos de mujeres de entre 70 y 90 a?os de edad en sus propias casas en Ciudad de M¨¦xico, ahora se suma la postura de la principal sentenciada del caso, Juana Barraza Samperio. En una entrevista de casi una hora a un canal de la televisi¨®n p¨²blica, Canal 14, se exime de ser responsable de los 17 cr¨ªmenes por los que fue condenada a 759 a?os de c¨¢rcel y denuncia ¡°injusticias¡± en su proceso judicial. Mientras tanto, Araceli V¨¢zquez Garc¨ªa, detenida como sospechosa en 2004 ¡ªdos a?os antes que Barraza en un procedimiento judicial plagado de irregularidades¡ª tambi¨¦n sigue en la c¨¢rcel.
¡°Yo ya estaba sentenciada, ya estaba yo aqu¨ª [en el penal de Santa Martha Acatitla], ya llevaba dos a?os y segu¨ªan matando se?oras. Entonces, ?d¨®nde est¨¢ que soy la homicida serial?¡±, cuestiona Juana Barraza. Cuando habla del momento de su detenci¨®n se le seca la boca. Narra que defendi¨® su inocencia ante los polic¨ªas: ¡°Perd¨®name pero siempre he trabajado sola y soy luchadora, no soy asesina, y las pruebas las tengo y se las he dicho, que me prueben que me agarraron vestida de enfermera¡±. Sin embargo, confirma que en el proceso judicial admiti¨® su culpabilidad:
¡ª?Usted se declara culpable?, le pregunta la entrevistadora.
¡ªS¨ª, cuando me hicieron firmar los papeles y cuando me ense?an las fotos de mis hijos, ah¨ª s¨ª me derrumb¨¦. [Me dijeron] que si no firmaba esos papeles los que iban a pagar los platos rotos eran mis hijos, entonces yo me qued¨¦ y dije: ¡®Mis hijos¡¯.
Una ni?ez marcada por la violencia
Durante los primeros minutos de la entrevista, Juana Barraza describe el entorno de violencia en el que vivi¨® su ni?ez. Entre l¨¢grimas cuenta c¨®mo su madre la golpeaba y que en una ocasi¨®n le lanz¨® un cuchillo que le dej¨® una marca en su mano derecha. ¡°Una infancia bonita no la tuve, porque mi mam¨¢ me golpeaba mucho. Siempre me insultaba. Me acuerdo una vez que me tir¨® al suelo, me pate¨® y me dijo que maldec¨ªa la hora en que yo hab¨ªa nacido [¡] Si yo com¨ªa es cuando estaba mi padrastro, porque es cuando ve¨ªa que ten¨ªamos que comer, pero si no estaba mi mam¨¢ me daba de comer puro chayote picado con sal. Le dec¨ªa a mi pap¨¢, porque yo siempre le dije pap¨¢, y ella me pegaba muy feo. La prueba est¨¢ as¨ª [muestra su mano derecha cerrada], que aqu¨ª me avent¨® un cuchillo y yo par¨¦ la mano as¨ª y aqu¨ª me lo clav¨® y desde entonces traigo esta cicatriz y cada que la veo yo me acuerdo¡±.
Describe que a los 11 a?os su madre la ¡°vendi¨®¡± a un se?or a cambio de unas cervezas. ¡°A los 12 tuve al ni?o, que me mataron, el jovencito. Al principio yo no lo quer¨ªa porque yo no sab¨ªa c¨®mo cuidarlo, no sab¨ªa lo que era tener un beb¨¦ [¡] y mandaron a traer al se?or este y dijo: ¡®Es m¨ªo [¡], yo la voy a tener en mi casa¡±. Cuenta que viv¨ªa encerrada en un cuarto con su hijo y que constantemente ten¨ªa los ojos hinchados por los golpes que ¨¦l le propinaba, debido a que ella se resist¨ªa a que la ¡°agarrara¡±. Fue libre hasta que su t¨ªo y su t¨ªa fueron a rescatarla. Puso unos tabiques y unos botes y se fue con el ni?o a casa de ellos.
Denuncia violaci¨®n, extorsi¨®n y tortura
Juana Barraza se?ala que fue v¨ªctima de violaci¨®n tras su captura y que tambi¨¦n la golpearon. ¡°Cuando me dieron los papeles a firmar [en el juzgado], no les firm¨¦ nada [¡] Les dije: Si yo firmo estos papeles es como estar aceptando mi responsabilidad y yo no lo hice, pero en la Procuradur¨ªa [de Ciudad de M¨¦xico] lo hice porque me atormentaron, me golpearon, me violaron y me amenazaron con mis hijos, si no tampoco les hubiera firmado. ¡®?Usted cree que los golpes no duelen?, ?la violaci¨®n no duele? Tanto mugroso, tanto baboso¡¯, le digo. Nada m¨¢s porque tienen hijas y creen que nunca van a pasar un dolor as¨ª y van a sentir lo que yo sent¨ª, y ese es mi dolor que me cargo, nada m¨¢s ese es mi dolor. No es tanto la c¨¢rcel¡±.
Barraza afirma que inicialmente le pidieron 200.000 pesos para dejarla libre. ¡°Aqu¨ª el que sale es el rico porque el pobre se queda. Como yo no pude pagar el dinero que me ped¨ªan¡ Desde que me detuvieron me dijeron: ¡®Deme 200.000 pesos y se va, se?ora¡¯. Yo me les qued¨¦ viendo y me empec¨¦ a re¨ªr. S¨ª me burl¨¦ y les dije: ¡®?Usted cree que si yo tuviera ese dinero iba a seguir trabajando para mis hijos?¡±.
A finales de marzo de 2008, Juana Barraza Samperio fue sentenciada en el Juzgado 67 del Reclusorio Femenil de Santa Marta Acatitla a 759 a?os de prisi¨®n. Ella narra que tra¨ªa consigo una Biblia y que en un momento le gan¨® la risa. ¡°Como no hice nada, yo lo tom¨¦ como un d¨ªa corriente, tranquila¡±, asegura.
Relata que el secretario de acuerdos que ley¨® la sentencia era un joven que se puso a llorar en el momento. ¡°Le dije: ¡®?Por qu¨¦ lloras si a la que est¨¢n sentenciando es a m¨ª?¡¯, y ¨¦l dice: ¡®No, se?ora, admiro su valor. Otra en su lugar se hubiera desplomado¡¯. Le dije: ¡®Mire, en primera, no me desplomo porque no hice nada. En segunda, si lo hubiera hecho, dir¨ªa yo, bueno, hasta con gusto lo pago, y me pongo a llorar porque es una sentencia muy larga, pero yo no hice nada. ?C¨®mo quieren que se los explique? No hice nada¡±, cuenta en la entrevista con Canal 14.
Tambi¨¦n afirma que se dirigi¨® a los medios de comunicaci¨®n para decirles ¡°la verdad¡±, pero que estos no publicaron su mensaje: ¡°[Les dije] que los verdaderos asesinos andan en la calle, no nosotros y por qu¨¦ se hab¨ªan ensa?ado conmigo. Ahora, si no estaban tan seguros ustedes, ?por qu¨¦ el Ministerio P¨²blico estaba comprando gente para que viniera a declarar para que me echara la culpa?¡±.
Las pruebas
Una de las pruebas que la Procuradur¨ªa General de Justicia de la capital mexicana ten¨ªa en contra de Araceli V¨¢zquez Garc¨ªa se convirti¨® en una evidencia en contra de Juana Barraza. Se trata de la huella en un vaso en la escena del crimen de una de las v¨ªctimas, Gloria Enedina Rizo Ram¨ªrez, de 81 a?os, cometido en 2003. El entonces subprocurador Renato Sales dijo que result¨® ser de Barraza y por eso a V¨¢zquez nunca le pudieron atribuir ese crimen, de acuerdo con la investigaci¨®n del documental La Dama del Silencio.
Una huella m¨¢s de Barraza apareci¨® en la escena del asesinato de otra de las v¨ªctimas, Mar¨ªa Guadalupe Gonz¨¢lez Juanbelz, por el cual Jorge Mario Tablas Silva ya hab¨ªa sido sentenciado. Tablas fue procesado por cuatro homicidios de adultas mayores, de los cuales dos se le cayeron a la Procuradur¨ªa, y muri¨® en prisi¨®n, seg¨²n la misma investigaci¨®n.
El impacto del caso de La Mataviejitas tuvo un nuevo impulso a mediados del a?o pasado, con el estreno del documental La Dama del Silencio: el caso Mataviejitas, en Netflix. La pel¨ªcula, basada en una investigaci¨®n exhaustiva, presenta la historia de Araceli V¨¢zquez Garc¨ªa, detenida dos a?os antes que Juana Barraza Samperio como presunta responsable de los cr¨ªmenes de mujeres de la tercera edad y quien lleva 19 a?os en la c¨¢rcel esperando a que la Justicia mexicana revise su caso.
El documental revela que, m¨¢s de 17 a?os despu¨¦s de que el caso se diera por cerrado, los expedientes judiciales desclasificados por primera vez de Barraza y V¨¢zquez muestran desaseo, manipulaci¨®n y opacidad en la averiguaci¨®n oficial, marcada adem¨¢s por decenas de detenciones arbitrarias.
El anhelo de Juana Barraza
Si pudiera salir de la c¨¢rcel, el deseo de Barraza es estar con sus nietos y una de sus hijas. ¡°Eso es lo que m¨¢s pido, ante la sociedad es lo que m¨¢s pido¡±, asegura. ¡°Si no hice maldades antes menos ahorita, ya que estoy m¨¢s vieja y enferma. ?Para qu¨¦?, ?para que se me suba el az¨²car y la presi¨®n? No, gracias. Si ya la he salvado muchas veces, esta vez yo creo que no la salvo¡±, promete.
Dice que ya es tiempo de que se sepa ¡°la verdad¡± y apunta de nuevo a los medios. ¡°La culpa la tienen los medios de comunicaci¨®n porque fueron los que me pusieron el apodo. Que ya me dejen en paz, ya me dieron una sentencia¡±.
¡°Aqu¨ª estoy pagando un delito que ni siquiera [comet¨ª], pero pues ni modo. Por algo estoy aqu¨ª¡±, afirma.
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