Hermila Galindo, la mujer que fue en contra de la Constituci¨®n de 1917
La Carta Magna que se promulg¨® el 5 de febrero de 1917 dejaba en un l¨ªmite borroso la participaci¨®n de las mujeres en la pol¨ªtica y su derecho a votar y ser votadas
A pesar de que en su ¨¦poca el sufragio femenino se encontraba en disputa despu¨¦s de invalidarlo en la Constituci¨®n de 1917, Hermila Galindo continu¨® con la lucha por los derechos de las mujeres y se present¨® como candidata a diputada; la primera en la historia de M¨¦xico. Galindo fue una luchadora social cuyo talento en la oratoria, e ideas revolucionarias y en contra de la dictadura, le otorgaron su lugar en la historia mexicana como una de las impulsoras de los derechos de la mujer y la feminista m¨¢s importante de su tiempo.
Hermila Galindo naci¨® el 2 de junio de 1886 en Lerdo, Durango, al norte de M¨¦xico. Qued¨® hu¨¦rfana de madre a los tres d¨ªas y de padre a los 16 a?os, por lo que se crio bajo la tutela de su t¨ªa ?ngela Galindo. Comenz¨® a colaborar con el grupo Las admiradoras de Ju¨¢rez, en el norte del pa¨ªs, y se traslad¨® a Ciudad de M¨¦xico en 1911, donde fue profesora de taquigraf¨ªa y secretaria particular de Eduardo Hay, un general cercano a Francisco I. Madero.
Con el mandato de Madero, las mujeres pensaron que pronto se permitir¨ªa el voto para ellas; pero la esperanza desapareci¨® tras el asesinato del l¨ªder. Galindo continu¨® con su participaci¨®n en la pol¨ªtica y se uni¨® al club Abraham Gonz¨¢lez, en donde ten¨ªan, como una de sus principales ideas, luchar por la emancipaci¨®n de la mujer moderna. Una vez que asesinaron a Madero y su vicepresidente Pino Su¨¢rez, Hermila Galindo, conocida por su talento con la oratoria, fue elegida como la representante del club para dar el discurso de bienvenida a Venustiano Carranza en 1914. Los argumentos de Galindo impresionaron a Carranza, de quien m¨¢s tarde se convertir¨ªa en secretaria particular.
La lucha por la intervenci¨®n femenina en la pol¨ªtica continu¨® con diferentes tipos de actos. A partir de 1915, Galindo fue una defensora constante del constitucionalismo y el feminismo con la publicaci¨®n de su revista La mujer moderna.
Con gran participaci¨®n en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs, Galindo mostraba su inter¨¦s y preocupaci¨®n en que se ejerciera el voto femenino y que la mujer contribuyera con las decisiones gubernamentales. Aseguraba que era necesaria mejor educaci¨®n para las mujeres para as¨ª lograr su emancipaci¨®n pol¨ªtica y ayudar a la reconstrucci¨®n nacional.
Uno de los proyectos del gobierno de Carranza era revisar la constituci¨®n de 1857 para actualizarla. Entre los puntos a discutir estaban el voto universal o que las ¨²nicas exigencias para poder emitir el sufragio fueran que los ciudadanos supieran leer y conocieran la funci¨®n electoral. Carranza necesitaba los votos as¨ª que ampli¨® el voto ilimitado sin que se restringiera a clase social o nivel educativo.
Con anterioridad, la sociedad las Hijas de Cuauht¨¦moc ya hab¨ªa exigido el sufragio. Esta organizaci¨®n fue la primera sociedad pol¨ªtica feminista en M¨¦xico. Fundada a finales de 1910, exigi¨® intervenir en los comicios. Recalcaban que la constituci¨®n de 1857 no las exclu¨ªa, puesto que en ning¨²n sitio se especificaba algo sobre el sexo de los votantes.
Mientras se decid¨ªan los cambios constitucionales, Galindo tambi¨¦n luchaba por darle voz a las mujeres. Present¨® sus argumentos en los dos congresos feministas que se llevaron a cabo en Yucat¨¢n y expuso ponencias en las que hablaba de igualdad entre hombres y mujeres, la urgencia de la educaci¨®n sexual para ellas, la importancia de ejercer el voto ¡ªmismo que deber¨ªa ser un derecho¡ª y del valor que ten¨ªa que las mujeres se involucraran en la redacci¨®n de leyes que tambi¨¦n las reg¨ªan, ¡°las mujeres necesitan el derecho al voto por las mismas razones que los hombres, es decir, para defender sus intereses particulares, los intereses de sus hijos, los intereses de la patria y de la humanidad. Solo con el voto podr¨ªan las mujeres combatir la prostituci¨®n, el alcoholismo, la delincuencia y la criminalidad de los ni?os y j¨®venes¡±, mencion¨® en su ponencia. Ese mismo a?o envi¨® una petici¨®n a la Primera Comisi¨®n de Puntos Constitucionales en la que aseguraba que los derechos naturales deber¨ªan ser equitativos, ¡°la igualdad ante la ley debe ser completa¡±, aseguraba Galindo.
Tambi¨¦n exist¨ªan mujeres antisufragistas, como el caso de In¨¦s Malv¨¢ez, quien argumentaba que las mujeres eran esencialmente conservadoras y afines al clero, por lo que pod¨ªan ser un instrumento pol¨ªtico de la iglesia. Hermila Galindo aseguraba que era necesaria la educaci¨®n laica para no caer en las garras del clero.
Tras severas discusiones, los congresistas acordaron un sufragio gradual y diferenciado. Galindo estaba de acuerdo con esta idea, ¡°el derecho del voto debe ser restringido, debiendo conced¨¦rsele ¨²nicamente a las mujeres de cultura eficiente y que aporten al mismo tiempo el conglomerado de sus actividades en cualquiera de las ramas de la ciencia, de la industria, del comercio, de la administraci¨®n p¨²blica, etc¨¦tera¡± y de este modo, en el debate para la Carta Magna de 1917 se resolvi¨® que solamente fueran los ciudadanos educados quienes pudieran votar; sin embargo, las mujeres, aunque letradas, fueron excluidas.
Entre los argumentos estaban el de propiciar la uni¨®n y mantenimiento de la familia, las mujeres, entonces, deb¨ªan quedarse en el ¨¢mbito privado. La pol¨ªtica se consideraba un campo corrupto e inmoral que pod¨ªa corromper a las mujeres. Descuidar¨ªan, aseguraban, el hogar, el cuidado de los hijos y del marido. Entonces, para no romper la unidad de la familia mexicana, se decidi¨® impedir el sufragio.
En 1917 su postura por la aprobaci¨®n del voto femenino y validaci¨®n dentro de la Carta Magna la hizo una de las principales luchadoras por los derechos de la mujer. Aunque su petici¨®n fue ignorada, Hermila Galindo continu¨® la lucha y desafi¨® la negativa con su candidatura como diputada, la primera mujer en competir por un cargo p¨²blico de elecci¨®n popular en la historia de M¨¦xico.
En la Constituci¨®n, otra vez, no se aclaraba si una mujer pod¨ªa ser candidata, as¨ª que present¨® su postulaci¨®n a diputada federal por el distrito electoral cinco de la Ciudad de M¨¦xico. En el peri¨®dico El Universal se aclaraba, ¡°la Constituci¨®n promulgada el 5 de febrero no priva a la mujer del voto ya que establece en su art¨ªculo 34 que son ciudadanos de la Rep¨²blica todos los que, teniendo la calidad de mexicanos, re¨²nan adem¨¢s los requisitos de haber cumplido 18 a?os siendo casados y 21 si no lo eran, y tener un medio honesto de vivir¡±, y complementaba el argumento, ¡°la Srita Galido no est¨¢ privada para asistir al Congreso de la Uni¨®n en calidad de diputado¡±.
En una entrevista de ese mismo diario, el periodista asegur¨® que la mujer no ten¨ªa derecho a votar ni ser votada seg¨²n el Congreso Constituyente de Quer¨¦taro y Galindo respondi¨®: ¡°no hay ning¨²n art¨ªculo que excluya a la mujer consider¨¢ndola como cero social ajena al engranaje de la marcha evolutiva del Estado¡±.
En el peri¨®dico La informaci¨®n se burlaron de su candidatura y aseguraron que no podr¨ªa ejercer su voto y le desechar¨ªan su credencial. Hermila respondi¨® con un escrito titulado La srita. Galindo no llorar¨¢ si le desechan su credencial y asegur¨® que la publicaci¨®n de ese peri¨®dico denigraba su candidatura por su sexo.
La aspirante continu¨® con su campa?a hasta el d¨ªa de la votaci¨®n. Al final de la jornada electoral, un reportero del peri¨®dico El pueblo asegur¨®, ¡°por esta se?orita han aparecido en diferentes casillas m¨¢s de quince votos firmados por se?oritas que se presentaron a votar¡±. El candidato Ernesto Aguirre Colorado gan¨® la elecci¨®n, pero tal como refiri¨® la antrop¨®loga Eulalia Guzm¨¢n, ¡°no son las leyes las que privan de sus derechos a la mujer si no son las costumbres a?ejas¡± y felicit¨® a Galindo por aceptar su derrota, lo que ayud¨® a mostrar a la opini¨®n p¨²blica que las mujeres demandaban el voto y la participaci¨®n en la pol¨ªtica.
Galindo se alej¨® de la vida p¨²blica tras la muerte de Carranza en 1920, sin embargo, el 7 de febrero de 1940 le otorgaron la condecoraci¨®n al m¨¦rito revolucionario y el 17 de octubre de 1953 el presidente Adolfo Ruiz Cortines reconoci¨® el voto femenino y otorg¨® el nombramiento honorario de ¡°la primera mujer congresista¡± a Hermila Galindo. Un a?o despu¨¦s, el 19 de agosto de 1954, Galindo muri¨®.
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