El ¡®show¡¯ de Benito: todos quieren ver a la jirafa m¨¢s famosa de M¨¦xico
El rescate de la jirafa retrata el maltrato que viven muchos animales en el pa¨ªs y la incompetencia de las autoridades para hacerse cargo de la fauna salvaje
¡°?Benito, te amo!¡±, grita una se?ora a trav¨¦s de la ventanilla de su coche mientras trata de hacer una foto con el celular. A unos metros, ocho jirafas mastican alfalfa sin percatarse del gran revuelo que sucede a su alrededor. Hay cuatro hembras, dos cr¨ªas y dos machos. ¡°?Cu¨¢l de todos es Benito?¡±, pregunta otro visitante que detiene su camioneta frente a la manada. ¡°El que tiene las manchas m¨¢s oscuras¡±, responde un empleado del parque Africam Safari, en Puebla. La fila de coches se va haciendo m¨¢s larga. Los turistas no pueden bajar de sus veh¨ªculos durante el recorrido, pero aprovechan para frenar y tomar algunas fotograf¨ªas. Ahora llega el turno de un autob¨²s con m¨¢s de 20 personas a bordo. No hay falla. Todos han venido a ver a Benito, la jirafa m¨¢s famosa de M¨¦xico.
De cerca el animal es imponente. Es un macho joven de unos cuatro o cinco a?os. Mide m¨¢s de cuatro metros y pesa una tonelada. De su enorme cabeza asoman dos cuernecillos peludos, grandes pesta?as, ojos brillantes y una lengua de color morado que mide 50 cent¨ªmetros. Tambi¨¦n se le reconoce porque en su oreja izquierda tiene una muesca de identificaci¨®n que le hicieron al nacer. Pese a haberse integrado bien, Benito sigue siendo un animal solitario al que le cuesta relacionarse con el resto de la manada.
Hace un mes, sobreviv¨ªa en el parque Central de Ciudad Ju¨¢rez, en Chihuahua, como si fuera una atracci¨®n de feria. Una sombrilla min¨²scula le proteg¨ªa del sol y una casucha de cemento, del fr¨ªo. Las temperaturas bajo cero del invierno, comenzaron a helarle la saliva y su comportamiento compulsivo hizo saltar las alarmas de un grupo de activistas que lanzaron la campa?a ¡°Salvemos a Benito¡±.
La historia de la jirafa se extendi¨® por las redes y la prensa local. Su caso retrataba a la perfecci¨®n el maltrato que viven muchos animales en el pa¨ªs y la incompetencia de las autoridades para hacerse cargo de la fauna salvaje. Por orden de un juez, la jirafa fue trasladada de Chihuahua a Africam Safari, en Puebla. Ahora, Benito pertenece al Estado Mexicano y el parque cuidar¨¢ de ¨¦l en r¨¦gimen de comodato. El traslado dur¨® casi 40 horas de viaje a lo largo de m¨¢s de 1.900 kil¨®metros por carretera que Frank Carlos Camacho, director del parque, y su equipo hicieron para sacar al animal de aquel infierno. ¡°Fue un gran viaje¡±, dice contento el director. ¡°En Africam Safari estamos acostumbrados a trasladar animales desde hace 50 a?os¡±, asegura.
Su padre, Carlos Camacho Esp¨ªritu, a quien apodaron ¡°El Capit¨¢n¡± por su carrera como piloto aviador, compr¨® en 1972 m¨¢s de 800 hect¨¢reas de terreno en su Puebla natal, cerca de la presa de Valsequillo, y fund¨® el parque. Africam Safari se convirti¨® en el primer zool¨®gico safari de Am¨¦rica Latina. Actualmente, alberga a m¨¢s de 7.000 animales de 350 especies diferentes, entre las que se encuentran elefantes, rinocerontes, cebras, osos, leones e hipop¨®tamos, entre otros. ¡°Todos nuestros animales est¨¢n registrados en una base de datos internacional operada en Europa, donde est¨¢n la mayor parte de los parques de conservaci¨®n¡±, comenta.
El director tiene aires de cowboy. Va vestido con sombrero vaquero, lentes de sol y botas de goma. Camacho cuenta que varios miembros de su equipo volaron hasta Chihuahua para analizar la situaci¨®n en la que se encontraba Benito: ¡°Si no hubi¨¦ramos actuado r¨¢pido, se hubiera muerto por las bajas temperaturas¡±, sentencia. Metieron a la jirafa en un remolque de cinco metros y atravesaron 10 Estados escoltados por la Guardia Nacional y la polic¨ªa. El director del parque habla emocionado de la buena adaptaci¨®n que ha tenido Benito desde entonces. Aunque se?ala que todav¨ªa les queda mucho trabajo por hacer.
La jirafa desarroll¨® en Chihuahua comportamientos preocupantes como lamer constantemente un tubo y las ramas de los ¨¢rboles por aburrimiento. ¡°Tendr¨¢ ese comportamiento durante much¨ªsimo tiempo, no es algo que le est¨¦ causando da?o, pero es un comportamiento in¨²til, como las personas que se muerden las u?as o los ni?os que se chupan el dedo. Se cree que es una forma de utilizar el tiempo cuando no se aplica de forma natural¡±, explica.
Benito tambi¨¦n ha necesitado un cambio de dieta. ¡°Lo vemos un poco gordito, le falta tono muscular por la dieta que com¨ªa antes¡±, dice Camacho. En Chihuahua la jirafa com¨ªa alimento concentrado para caballos, zanahorias, manzana y alfalfa. Una dieta alta en az¨²cares y poco equilibrada para su especie. ¡°Es como si una persona solo comiera golosinas, ahora estamos buscando bajarle la cantidad de az¨²car¡±, asegura el director. Por primera vez, ha probado plantas que suelen comer las jirafas, como las acacias africanas. Tambi¨¦n se espera que Benito sea el nuevo semental de la manada. ¡°Hemos visto en ¨¦l todo un comportamiento reproductivo, est¨¢ sumamente interesado en las hembras¡±, destaca Frank Camacho. Las jirafas suelen vivir entre 20 y 25 a?os en cautividad, lo que garantiza la conservaci¨®n de la especie en el parque.
En toda esta historia, tambi¨¦n existen dudas sobre la procedencia del animal. Camacho dice que desconoce cu¨¢l es el verdadero origen de la jirafa. ¡°Me gustar¨ªa saberlo porque no tenemos la documentaci¨®n original, as¨ª que no sabemos la edad exacta ni qu¨¦ vacunas ha recibido, tenemos que partir de cero¡±, apunta. Los activistas que han seguido el caso aseguran que Benito hace unos a?os viv¨ªa en el Ecopark de Colima y se llamaba Pirru, todav¨ªa pueden verse im¨¢genes de la jirafa que hab¨ªa en Colima y que un buen d¨ªa desapareci¨®. Se cree que despu¨¦s fue trasladado a un zoo en Sinaloa y de ah¨ª a Chihuahua. En redes tambi¨¦n abundan las im¨¢genes de aquel viaje: precario, en una camioneta destartalada y sin ning¨²n cuidado durante horas al sol por la carretera.
Sin embargo, las inc¨®gnitas sobre la procedencia de Benito vienen de antes y alimentan el fantasma del tr¨¢fico ilegal de especies en el pa¨ªs desde que la Asociaci¨®n de Zool¨®gicos, Criaderos y Acuarios de M¨¦xico (Azcram) se?al¨® a trav¨¦s de un comunicado que Benito procede de una incautaci¨®n. ¡°Somos el tercer mercado ilegal de especies ex¨®ticas¡±, comenta Camacho. El director considera que el tr¨¢fico de animales tiene que ver, en parte, con el gusto que existe ¡°desde hace siglos¡± en la cultura mexicana por tener una especie ex¨®tica en casa. Tambi¨¦n porque la aplicaci¨®n de la ley es muy laxa, no hay recursos suficientes y existe una gran corrupci¨®n de las autoridades. ¡°Aqu¨ª mismo, en el Estado de Puebla, solo tenemos dos inspectores de la Profepa para controlar todos los parques y zool¨®gicos¡±, protesta.
Antes de despedirse termina la entrevista con un deseo: ¡°Que la vida salvaje siga siendo tratada como vida salvaje. Los animales como Benito no son mascotas¡±, se?ala. Despu¨¦s, una pareja de visitantes acompa?ada de un cuidador entra en la explanada de las jirafas para dar de comer a la manada y disfrutar de la experiencia de convivir con los animales.
El director deja a las periodistas para hacer una transmisi¨®n en vivo a trav¨¦s de Facebook sobre el primer mes de Benito en el parque. Miles de personas se conectan a la transmisi¨®n. En la tienda de recuerdos hay muchos objetos con jirafas: pines, sudaderas, peluches, tazas, hasta unas pantuflas. El parque no da datos, pero los fines de semana los coches esperan desde la carretera que lleva a Puebla capital para entrar a Africam Safari y las visitas no han parado de crecer desde la llegada de su nuevo habitante. El show de Benito no ha hecho m¨¢s que comenzar.
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