?Qu¨¦ ser¨¢ de X¨®chitl?
La candidata de la oposici¨®n est¨¢ peleando duro para llegar a la meta, pero su carrera se complica pantalla a pantalla, como en un videojuego
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En los sistemas parlamentarios un candidato gana y el que pierde se queda al frente de la bancada opositora, ambos colocados, pues. En los presidencialistas, como el mexicano, es un todo o nada. El que se alza victorioso se sienta en el gran sill¨®n y el segundo¡ ?qu¨¦ ser¨¢ del segundo? X¨®chitl G¨¢lvez est¨¢ peleando duro, muy duro, por llegar a la meta, pero su carrera no presenta m¨¢s que obst¨¢culos que le aparecen por todas partes, como en un videojuego que se complica pantalla a pantalla, sin que, adem¨¢s, vaya ganando puntos con ello. La partida de la candidata de Fuerza y Coraz¨®n por M¨¦xico, es decir, del PAN, PRI y PRD, parece estancada, a decir de las encuestas, y ya vamos por la mitad de la campa?a. Consciente de ello, la mujer ha decidido dar un viraje al barco antes de que se hunda. El golpe de tim¨®n consiste, una vez m¨¢s, en ser ella misma, es decir, en soltar el lastre de los partidos que la acompa?an.
¡°Lo que me ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª es tener una personalidad propia¡±, dec¨ªa a este peri¨®dico en septiembre del a?o pasado, cuando su nombre se presum¨ªa como el ¨²nico salvavidas de una oposici¨®n m¨¢s que alica¨ªda. Desde entonces, no ha dejado de bregar, un d¨ªa arrim¨¢ndose a los partidos que la sostienen, el otro distanci¨¢ndose de ellos. En el debate presidencial del 8 de abril, no hab¨ªan pasado tres segundos de su intervenci¨®n cuando comunicaba a los mexicanos que ella era apartidista, que no militaba, antes casi de decir su nombre. Y al finalizar aquel encuentro, su convicci¨®n de que partidos y asesores no le traen nada bueno se hizo a¨²n m¨¢s fuerte: ¡°Voy a mandar al carajo muchas cosas¡±. ¡°Voy a ser yo y si me quieren como soy, adelante¡±. ?Y c¨®mo es? Desde luego, tiene rasgos que la diferencian de la clase pol¨ªtica al uso. Se ver¨¢ a pocos candidatos salir a reconocer abiertamente que los asesores de su campa?a la traen por la calle de la amargura. Pocos se atreven a mostrar las tripas de la estrategia de campa?a, como hizo ella el fin de semana pasado, cuando confesaba que no hab¨ªa estado c¨®moda en el debate, que le ponen la cabeza como un bombo entre unos y otros: ¡°De repente es muy complicado, cada uno te dice una cosa distinta, est¨¢ ca?¨®n. Uno, que si tienes que ser as¨ª, otro, que no ataques al presidente, que mejor a Claudia, y otro que ni a Claudia ni al presidente. H¨ªjole, est¨¢ muy dif¨ªcil. Yo voy a hacer lo que yo pienso que debo de hacer¡±. Si tanta sinceridad le reportar¨¢ beneficios o no es otro cantar.
Una foto qued¨® de todo aquello, dos d¨ªas despu¨¦s del debate. La foto. X¨®chitl est¨¢ en el centro, las manos enlazadas bajo la cintura, cabizbaja, con gesto de resignaci¨®n, quiz¨¢ de hartazgo, de santa paciencia, de mala uva contenida. La est¨¢n rodeando cuatro hombres como cuatro hampones. Marko Cort¨¦s, l¨ªder del PAN, con las manos en la cintura como pidiendo explicaciones al hijo que ha pillado en falta; Alito Moreno, jefe del PRI, malencarado, tambi¨¦n parece esperar una repuesta que no llega de una boca sellada. Jes¨²s Zambrano la acorrala por el frente y Santiago Creel, su coordinador de campa?a, a su izquierda, le posa una mirada inquietante. Un tribunal implacable. La foto se usar¨¢ muchas veces para recordar la antinatural alianza partidista en la que ha tenido que desenvolverse la candidata.
?Y todo para qu¨¦? Para ser la segunda en la elecci¨®n. ?Y qu¨¦ es el segundo en una elecci¨®n presidencial? Poco o nada. ?Qu¨¦ ser¨¢ de X¨®chitl cuando se d¨¦ la bienvenida al nuevo resultado de las urnas? ?Qu¨¦ partido la acoger¨¢ en su seno tantas veces como reneg¨® de ellos? ?Qui¨¦n pensar¨¢ entonces que una perdedora puede volver a so?ar con la alcald¨ªa de la capital? ?Seguir¨¢ confiando en que puede aspirar a una senadur¨ªa, a un gobierno Estatal? Si a pesar de todos los obst¨¢culos, consigue un buen resultado en las C¨¢maras para los suyos, ?d¨®nde se sentar¨¢ ella? ?Cu¨¢l es el premio para el segundo? ?Qu¨¦ camino tomar¨¢ entonces la manada de lobos? ?Qu¨¦ ser¨¢ de la oveja? A lo mejor le importa un pimiento. Despu¨¦s de todo, ella tiene la vida resuelta. Y sin pendientes en los tribunales.
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