Estado narco y/o Estado fallido
?Qu¨¦ diferencia hay entre un Estado narco y un Estado fallido? En M¨¦xico no s¨®lo no la hay: ambas entidades conviven y se retroalimentan.
?Qu¨¦ diferencia hay entre un Estado narco y un Estado fallido? En M¨¦xico no s¨®lo no la hay: ambas entidades conviven y se retroalimentan. No se trata del a?ejo problema filos¨®fico que plantea un dilema de sobra conocido, ?qu¨¦ es primero?, ?el huevo o la gallina? Se trata de la realidad, de las calles, carreteras y pueblos de nuestro pa¨ªs.
En M¨¦xico las interacciones entre ambos no requieren interpretaciones filos¨®ficas, basta escuchar. Distinguir entre uno y otro no es posible. Ambas tragedias se desarrollan al un¨ªsono; no compiten entre ellas: sus actores cambian de grupo sin rendir cuentas. Violentar derecho y justicia son atributos de los pol¨ªticos responsables del Estado fallido. Para quienes viven del narcotr¨¢fico las fronteras semejan los sue?os guajiros.
De M¨¦xico como Estado fallido he escrito en dos ocasiones en este rotativo, Inmigrantes mexicanos: Estado fallido (1 septiembre, 2024); El peligro de viajar por carretera en M¨¦xico, (21 julio, 2024). Imposible saber el n¨²mero de c¨¢rteles activos en M¨¦xico, pero quiz¨¢s, al igual que ocupamos el primer lugar nada honroso en el rubro de presidentes exportados, es probable que nuestra naci¨®n tambi¨¦n tenga el deshonor de contar con una de las mayores colecciones de grupos narcos en activo.
Las comunidades de narcotraficantes no nacen ni por azar ni por generaci¨®n espont¨¢nea. En M¨¦xico agobia su n¨²mero, distribuci¨®n y presencia in crescendo. Han copado todo el territorio. Han zarandeado a todo el pa¨ªs y a la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Madres buscadoras, desaparecidos, pueblos fantasma, chiapanecos que buscan protecci¨®n en Guatemala por la violencia desatada por los c¨¢rteles de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generaci¨®n, masacres como la de San Fernando, Tamaulipas (2010), donde fueron asesinados 72 migrantes por los Zetas y de nuevo un gran etc¨¦tera, sin soslayar la nauseabunda acci¨®n del hoy fugado Felipe Calder¨®n quien buscaba su redenci¨®n al erigir, en 2012, en el Distrito Federal, el Memorial a las v¨ªctimas de violencia en M¨¦xico, inaugurado por otro ex presidente refugiado en Espa?a, don Enrique Pe?a Nieto.
Mientras el Mayo Zambada declara, Culiac¨¢n arde. Mueren a diario un n¨²mero indeterminado de culichis a ra¨ªz de la guerra entre chapitos y mayos. Mientras tanto, Rub¨¦n Rocha Moya se aferra al poder con el espaldarazo de la dupla L¨®pez Obrador y Sheinbaum apoyado por las declaraciones del primero sobre la injerencia maligna de Estados Unidos al afirmar que nuestro vecino es responsable de la ola de violencia que azota a Sinaloa por llevar hasta las ¨²ltimas consecuencias sus intentos por capturar al Mayo. No se sabe ni se sabr¨¢ con exactitud cuantas personas han perdido la vida en Culiac¨¢n ni si todos pertenecen a carteles pro chapitos o pro Zambada. Las cifras extraoficiales en M¨¦xico nunca reproducen la realidad. Lo ¡°extraoficial¡± es a?eja verg¨¹enza nacional. Por ahora, a pesar de (?o por?) las matanzas, Rub¨¦n Rocha sigue al mando de su Estado fallido.
M¨¦xico como M¨¦xico. Un peque?o recuento de la otra ¡ª?la verdadera?¡ª realidad sobre los c¨¢rteles made in Mexico: C¨¢rtel de los Beltr¨¢n Leyva (activo); La Familia Michoacana (activo); Los Caballeros Templarios (activo); Zetas (activo); C¨¢rtel del Golfo (activo); C¨¢rtel de Sinaloa (activo); C¨¢rtel de Jalisco. Nueva Generaci¨®n (activo); C¨¢rtel de Tijuana (activo); C¨¢rtel del Sur (activo); C¨¢rtel de los Mayas (activo); C¨¢rtel Guerreros Unidos (activo); C¨¢rtel Los Ardillos (activo)¡, y un gran etc¨¦tera cuya lista se puede consultar en las redes o si se tiene suerte con los pol¨ªticos asociados a ellos.
Las palabras importan: Narco Estado, Narco econom¨ªa, Estado Fallido, bandas criminales cuyas acciones no siempre se asocian con el narcotr¨¢fico y Narcoestado son t¨¦rminos vigentes. Su repercusi¨®n en la vida diaria de los mexicanos es endemoniada. Bajo el discreto encanto de la corrupci¨®n, M¨¦xico y sus habitantes somos v¨ªctimas de la reproducci¨®n no espont¨¢nea pero si aterradora de los c¨¢rteles.
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