Genaro Garc¨ªa Luna: la hora de la verdad
A cinco a?os de su captura, el secretario de Seguridad de Felipe Calder¨®n ser¨¢ sentenciado este mi¨¦rcoles en Nueva York. El antiguo zar antidrogas de M¨¦xico se enfrenta a una pena entre 20 a?os y cadena perpetua en prisi¨®n por sus v¨ªnculos con el Cartel de Sinaloa
Cap¨ªtulo final del mayor esc¨¢ndalo judicial de M¨¦xico en los ¨²ltimos a?os. Genaro Garc¨ªa Luna, secretario de Seguridad P¨²blica de Felipe Calder¨®n y arquitecto de la guerra contra el narco declarado culpable de colaborar con el Cartel de Sinaloa, ser¨¢ sentenciado este mi¨¦rcoles en Nueva York. El exfuncionario mexicano de m¨¢s alto perfil que ha sido juzgado en una corte de Estados Unidos se enfrenta a una pena entre 20 a?os y cadena perpetua en prisi¨®n. Pol¨¦mico, poderoso y temido, el destino de Garc¨ªa Luna est¨¢ en las manos del juez Brian Cogan, el mismo que conden¨® a Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n a pasar el resto de su vida tras las rejas, en octubre de 2019.
¡°Su se?or¨ªa, con el m¨¢s profundo de mis sentimientos le solicito respetuosamente me permita regresar lo antes posible con mi familia¡±, pidi¨® Garc¨ªa Luna en una carta enviada in extremis al juez Cogan, el martes. En su ¨²ltima petici¨®n de clemencia, el exsecretario asegur¨® tener ¡°un firme respeto por la ley¡±, volvi¨® a arremeter contra el expresidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y su reforma judicial y reclam¨® que el veredicto en su contra se dio gracias a ¡°informaci¨®n falsa aportada por el Gobierno de M¨¦xico¡±. Se trata de la segunda carta del pu?o y letra del exfuncionario en menos de un mes, despu¨¦s de guardar silencio durante casi cinco a?os. Garc¨ªa no quiso ni pudo defender su inocencia en el estrado, donde cuenta, aunque solicit¨® dar un mensaje al tribunal en la audiencia de sentencia.
La sentencia pone fin a una saga que se ha extendido durante casi cinco a?os. Garc¨ªa Luna fue capturado el 9 de diciembre de 2019 por agentes de la DEA fuera de su apartamento en Irving, Texas, en pleno proceso de adquirir la ciudadan¨ªa estadounidense. La Fiscal¨ªa del Distrito Este de Nueva York le imput¨® tres cargos por conspiraci¨®n para traficar coca¨ªna, otro por delincuencia organizada y uno m¨¢s por mentir a las autoridades, al asegurar que nunca hab¨ªa cometido ning¨²n delito en sus tr¨¢mites de naturalizaci¨®n.
Su vida dio un giro dram¨¢tico. El exsecretario hab¨ªa sido galardonado como uno de los principales aliados de Estados Unidos en la guerra contra las drogas, condecorado casi una decena de veces por la CIA y el FBI, y logr¨® amasar cientos de millones de d¨®lares como contratista del Gobierno mexicano tras su paso por el Gabinete de Calder¨®n. A?os m¨¢s tarde, las autoridades lo acusaron de recibir sobornos millonarios para favorecer al Cartel de Sinaloa mientras estaba en la c¨²pula del sistema pol¨ªtico en M¨¦xico.
El veredicto del jurado lleg¨® el 21 de febrero del a?o pasado y fue un¨¢nime: culpable de todos los cargos. El juicio dur¨® cinco semanas e incluy¨® los testimonios de m¨¢s de una decena de narcotraficantes, casi todos capturados y extraditados durante el Gobierno de Calder¨®n, que describieron con lujo de detalle la entrega de millones de d¨®lares y costosos regalos a cambio de impunidad y de ganarse el favor del exfuncionario. Algunos criminales, incluso, ten¨ªan placas y uniformes de la polic¨ªa, participaron en los operativos de captura de sus rivales y eran los verdaderos mandamases detr¨¢s las fuerzas del orden en M¨¦xico. El contubernio entre el crimen organizado y las autoridades mexicanas dej¨® de ser un secreto a voces y se convirti¨® en una verdad jur¨ªdica, que salpic¨® a pol¨ªticos, empresarios y grandes medios de comunicaci¨®n. La verdad, sin embargo, sal¨ªa a la luz a m¨¢s de 3.000 kil¨®metros en la frontera, bajo las reglas de Estados Unidos.
El juicio no estuvo exento de controversia. Los abogados de Garc¨ªa Luna insistieron en que no se present¨® una sola evidencia f¨ªsica para demostrar con contundencia que su cliente era culpable y se quejaron de la estrategia de la Fiscal¨ªa, construida alrededor de los relatos de ¡°asesinos¡± y ¡°secuestradores¡±. Pero los testimonios en el estrado fueron fulminantes y aut¨¦nticas conferencias magistrales de c¨®mo funciona el narco en M¨¦xico.
Sergio Villarreal alias El Grande, un expolic¨ªa corrupto reconvertido en jefe criminal, cont¨® c¨®mo la l¨ªnea entre el crimen y las autoridades era tan estrecha que hab¨ªa acuerdos para repartirse las ganancias o simular la destrucci¨®n de la droga incautada. Harold Poveda El Conejo, un intermediario colombiano, narr¨® la vez que lo torturaron para confesar cr¨ªmenes que no hab¨ªa cometido antes de ser presentado ante los medios de comunicaci¨®n, el sello de la casa durante la gesti¨®n del exsecretario.
?scar Nava Valencia El Lobo lleg¨® a pagar tres millones de d¨®lares para reunirse apenas 15 minutos con el exsecretario. Esa fue tambi¨¦n la cantidad que desembols¨® Jes¨²s Rey Zambada, hermano de El Mayo, para cortejarlo. La guerra contra el narco, que ha dejado cientos de miles de muertos en el pa¨ªs en casi dos d¨¦cadas, se sent¨® tambi¨¦n en el banquillo de los acusados. Y el mito se derrumb¨®. La ¨²nica que declar¨® a favor del exfuncionario fue su esposa, Linda Cristina Pereyra, el 14 de febrero, una semana antes de ser condenado.
La sentencia fue programada en un inicio para junio del a?o pasado, pero la fecha se retras¨® al menos en cinco ocasiones, en medio de los pedidos de la defensa para que se repitiera el juicio. La solicitud fue desechada por el juez Cogan en septiembre de este a?o, despu¨¦s de que los fiscales revelaron un ¡°complot¡± para ofrecer a otros presos del Centro Metropolitano de Detenci¨®n de Brooklyn (MDC) sobornos de medio mill¨®n a dos millones de d¨®lares para declararan a favor de ¨¦l. Todo qued¨® grabado en un tel¨¦fono de contrabando de quien recibi¨® la oferta. En 2020, la Fiscal¨ªa tambi¨¦n obtuvo un audio en el que el acusado discut¨ªa con un informante, que fingi¨® ser un falso sicario de la mafia rusa, la posibilidad de ¡°matar a las familias¡± de los capos que estaban dispuestos a testificar en su contra. Las pruebas no llegaron a juicio, pero fueron un esc¨¢ndalo.
La condena es el ¨²ltimo cap¨ªtulo de un caso ¨²nico. Si Garc¨ªa Luna es sentenciado de por vida, no podr¨¢ ser juzgado por las causas abiertas en M¨¦xico durante el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que us¨® el juicio como un arma pol¨ªtica y presumi¨® la derrota de Calder¨®n, uno de sus principales adversarios pol¨ªticos. El Partido Acci¨®n Nacional (PAN), la fuerza opositora m¨¢s votada del pa¨ªs, nunca reconoci¨® al exsecretario como uno de los suyos, pero pag¨® caro el desprestigio en las elecciones de junio pasado. La cooperaci¨®n en Seguridad con Estados Unidos sigue estando atravesada por el precedente del exfuncionario, antes como punto de comparaci¨®n y ahora, ante la posibilidad de que coopere con las autoridades de ese pa¨ªs. El imputado ha rechazado en p¨²blico esa posibilidad y ha anunciado que recurrir¨¢ la sentencia.
La sombra del antiguo jefe de la Polic¨ªa Federal sigue planeando tambi¨¦n despu¨¦s de cada golpe medi¨¢tico contra el narco, ya sea que se trate del exsecretario de Defensa Salvador Cienfuegos (detenido por narcotr¨¢fico y exonerado tras las presiones diplom¨¢ticas de L¨®pez Obrador) o de Ismael El Mayo Zambada, cofundador del Cartel de Sinaloa que ver¨¢ a Cogan por primera vez en la corte esta misma semana, el viernes. El proceso contra Zambada, capturado en julio pasado, se perfila como el pr¨®ximo thriller judicial de la corte de Brooklyn, una secuela despu¨¦s de la ca¨ªda de El Chapo y del m¨¢s ins¨®lito de sus socios, Genaro Garc¨ªa Luna.
Son pocos los precedentes judiciales comparables. El exdictador paname?o Manuel Antonio Noriega fue condenado en 1992 a 40 a?os por narcotr¨¢fico. M¨¢s recientemente, el expresidente Juan Orlando Hern¨¢ndez, que convirti¨® Honduras en un narcoestado durante su mandato, fue sentenciado este a?o a 45 a?os, tambi¨¦n en Nueva York. Su hermano Tony Hern¨¢ndez, narcotraficante convertido en diputado, purga una condena de por vida desde 2021. La ¨²ltima palabra ser¨¢ del juez Cogan, mientras millones permanecen en vilo del otro lado de la frontera.
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