El Chapo se juega sus ¨²ltimas cartas desde la c¨¢rcel: ¡°La ineficiencia de mis abogados me cost¨® mi libertad¡±
El capo da la espalda a sus representantes legales y asume desde enero su defensa, sin hablar ni escribir en ingl¨¦s, para afrontar su nueva vida tras las rejas, desde pedir m¨¢s visitas de Emma Coronel hasta exigir que se repita su juicio
¡°Tengo m¨¢s de siete a?os desde que llegu¨¦ extraditado a Estados Unidos y hasta el d¨ªa de hoy no me ha dado el sol¡±. As¨ª arranca una de las cartas que Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n ha escrito de su pu?o y letra desde la prisi¨®n de m¨¢xima seguridad de Florence (Colorado), donde purga una condena de por vida tras ser sentenciado en 2019. El capo de 67 a?os, uno de los criminales m¨¢s famosos del mundo, se ha quejado una y otra vez del trato que recibe de las autoridades estadounidenses y ha calificado las condiciones de su reclusi¨®n como ¡°una tortura muy grande las 24 horas¡±. Harto de que sus peticiones no sean atendidas, el fundador del Cartel de Sinaloa dio la espalda a sus abogados y asumi¨® su propia defensa desde la c¨¢rcel desde enero pasado. ¡°Ten¨ªan las evidencias necesarias para enfrentarse a las autoridades, pero no lo hicieron y por eso, fueron muy ineficientes¡±, acusa. Sin saber hablar ni escribir en ingl¨¦s, El Chapo se ha apoyado en solo una de sus representantes legales para que traduzca y escriba al dictado, en un intento desesperado para cambiar su vida entre rejas y exigir que se repita su juicio. ¡°Esa ineficiencia le cost¨® a Guzm¨¢n su libertad¡±, afirma el narcotraficante, en tercera persona, ahora como abogado de s¨ª mismo.
El Chapo ha enviado cientos y cientos de p¨¢ginas desde la c¨¢rcel. A veces escribe al sistema penitenciario para pedir m¨¢s tiempo fuera de su celda, para exigir que se le permitan m¨¢s visitas de su esposa Emma Coronel y sus dos hijas de 13 a?os o para que se le faciliten materiales y cursos de ingl¨¦s. En otras ocasiones analiza minuciosamente los testimonios de otros capos en su contra, se deslinda de sus antiguos aliados y viejas acusaciones e insiste para que una corte de apelaciones reconsidere su caso. Env¨ªa tambi¨¦n correspondencia para exigir clemencia al juez Brian Cogan, el hombre que dict¨® su futuro y que lo conden¨® a cadena perpetua. Antes de asumir su defensa, el capo reclam¨® el a?o pasado que no se le facilitaron documentos clave para su caso y envi¨® una misiva al entonces presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador para pedir su intervenci¨®n.
En su ¨²ltima serie de escritos, Guzm¨¢n desacredita las declaraciones de Vicente Zambada Vicentillo, hijo de su principal socio Ismael El Mayo Zambada y ¡°testigo n¨²mero uno de Estados Unidos¡±. ¡°?l [mismo] dijo en el juicio que los Gobiernos de M¨¦xico y Estados Unidos le hicieron una campa?a a Guzm¨¢n para hacerlo grande y as¨ª poder detenerlo¡±, reprocha el capo. ¡°[Hay] demasiada pol¨ªtica en mi caso, le pido de favor que se base en el comportamiento de Guzm¨¢n y no en lo que hablen los medios¡±, lamenta. ¡°No hay una justificaci¨®n para que me mantengan en estas condiciones crueles e inhumanas¡±, escribi¨® al director de la Oficina Federal de Prisiones (BOP) a principios de a?o.
Las autoridades de Estados Unidos, sin embargo, temen que El Chapo pueda fugarse, despu¨¦s de hacerse mundialmente conocido tras dos escapes de prisi¨®n en M¨¦xico. El ¨²ltimo, en el centro de m¨¢xima seguridad de El Altiplano, fue ins¨®lito. Sus hombres construyeron un t¨²nel de un kil¨®metro y medio, con alumbrado y ventilaci¨®n, as¨ª como espacio suficiente para que huyera a bordo de una motocicleta bajo tierra en 2015. Guzm¨¢n s¨®lo puede dejar su celda tres horas cada semana; no tiene contacto con otros reos y custodios, salvo cuando es esposado para ser movido dentro de la c¨¢rcel, y tiene altamente restringidas las llamadas, cartas y visitas que puede recibir. Washington no quiere correr ning¨²n riesgo. Desde su apertura en 1994, nadie ha escapado de Florence, conocida como el Alcatraz de las Monta?as Rocosas.
¡°Por las noches, me pongo los tapones en los o¨ªdos para poder dormir y para la alergia de la nariz compro medicamento aqu¨ª en la comisar¨ªa, pero no me hace provecho¡±, asegur¨® el capo sobre su estado de salud. El capo se?al¨® que sus padecimientos (en sus palabras: depresi¨®n, dolores de cabeza y p¨¦rdida de memoria) se han agravado y ha pedido que ser atendido por especialista. Guzm¨¢n refiere que tiene autorizadas llamadas con sus hijas y una hermana una vez al mes, aunque denuncia que han pasado periodos de m¨¢s de medio a?o sin contactarlas y quiere que se permita a su mujer visitarlo. ¡°Me dirijo a usted de la manera m¨¢s atenta. Perd¨®n que lo moleste otra vez con la solicitud que le hecho antes respecto a mi esposa, Emma Coronel¡±, escribi¨® a Cogan en abril. ¡°Mi esposa est¨¢ en California y puede visitarme seguido¡±, expuso. ¡°Es la ¨²nica persona de mi familia que podr¨ªa visitarme¡±, agreg¨®. El juez rechaz¨® la petici¨®n, al argumentar que su tribunal ¡°no tiene poder¡± para cambiar su r¨¦gimen de visitas. Sin nada que perder, las cartas siguen llegando al correo de los involucrados.
Condenado culpable de pertenecer a una empresa criminal continua, conspiraci¨®n para el lavado de dinero y m¨²ltiples cargos de conspiraci¨®n para traficar drogas, El Chapo tiene acceso para enterarse de lo que sucede afuera de la c¨¢rcel. Tiene dos canales en espa?ol para seguir las noticias. ¡°Seguido veo al se?or presidente Biden (...) refiri¨¦ndose a que est¨¢ en contra de la discriminaci¨®n y el racismo¡±, narra el capo. ¡°Estoy seguro de que usted piensa igual que ¨¦l, [que usted es] una persona humana, eso me queda claro, si no, el se?or presidente no lo tuviera en su Gabinete y le pido el gran favor que me ayude¡±, pide Guzm¨¢n. El pasado 25 de julio se dio a conocer la captura de El Mayo y Joaqu¨ªn Guzm¨¢n L¨®pez, su hijo, en Estados Unidos. Su entorno ha filtrado que est¨¢ al tanto de los ¨²ltimos acontecimientos y de la guerra entre la facci¨®n de sus hijos, Los Chapitos, y los hombres de sus antiguos socios, Los Mayos.
A principios de julio, semanas antes del d¨ªa que cambi¨® todo en Sinaloa, El Chapo mand¨® un documento de 13 p¨¢ginas a Cogan para exigir la anulaci¨®n de su sentencia. ¡°Se supone que la ley es la misma para toda la gente en este pa¨ªs, sin importar el color, raza, nacionalidad o, incluso, si el caso es pol¨ªtico como el m¨ªo¡±, zanja. Guzm¨¢n argument¨® que su juicio estuvo plagado de ¡°inconsistencias¡±, que los fiscales instruyeron a los criminales que lo delataron a ¡°mentir¡± y que no tuvo acceso a una defensa eficaz por el desempe?o de sus abogados, calificado en 65 ocasiones como ¡°ineficiente¡±.
En ese mismo documento neg¨® la alianza con Zambada: ¡°Es claro que no hubo sociedad entre El Mayo y Guzm¨¢n¡±. Asegur¨® que tampoco emprendi¨® una guerra contra el Cartel de Ju¨¢rez y que fue ¡°culpado injustamente¡± por el asesinato del cardenal Juan Jes¨²s Posadas. Y descalific¨® las declaraciones de Vicentillo y casi una decena de capos, como los hermanos Pedro y Margarito Flores (sus socios en Chicago) o el traficante colombiano Juan Carlos Ram¨ªrez Chupeta, a quienes tach¨® de ¡°mentirosos¡±. El Chapo ¨Del narcotraficante declarado ¡°enemigo p¨²blico n¨²mero uno¡± de Chicago, el capo de los inmensos t¨²neles, el temido jefe criminal que parec¨ªa intocable¨D insiste en que su carrera criminal se ha magnificado, una versi¨®n que no compr¨® el jurado tras un juicio que dur¨® m¨¢s de tres meses y a la que ninguna autoridad ha dado credibilidad despu¨¦s de su veredicto.
Tres semanas de la captura de El Mayo y su hijo, a mediados de agosto, Guzm¨¢n formaliz¨® el proceso para volver a recurrir su veredicto en una corte de apelaciones. Un primer intento fue rechazado en 2022. El ¨²ltimo documento que envi¨® fue dado a conocer apenas la semana pasada, un d¨ªa antes de que Cogan impusiera una sentencia contra Genaro Garc¨ªa Luna, el exsecretario mexicano de Seguridad P¨²blica que colabor¨® durante m¨¢s de dos d¨¦cadas con el Cartel de Sinaloa. En el escrito, Guzm¨¢n da varias razones para exigir un nuevo juicio: dice que su extradici¨®n fue ¡°ilegal¡± y que debi¨® ser procesado en otros Estados que lo acusaban en Estados Unidos; acusa medidas ¡°excesivas¡± durante su encarcelamiento en Nueva York; denuncia la exclusi¨®n de evidencias y abusos legales cometidos por la fiscal¨ªa, y lanza adem¨¢s varias cr¨ªticas al desempe?o de sus propios abogados. Fue, sin embargo, rechazado el pasado martes por la corte de apelaciones, al no corregir errores en el llenado de la solicitud y presentarla fuera de tiempo. ¡°Fui directo a la Suprema Corte de Estados Unidos¡±, justific¨® antes el capo para explicar la demora, ¡°pero nadie me escuch¨®¡±.
Un d¨ªa antes de la ¨²ltima negativa que recibi¨®, su hijo Ovidio Guzm¨¢n, alias El Rat¨®n, volvi¨® a comparecer en un tribunal de Chicago. Fue la primera vez que apareci¨® ante la corte desde el esc¨¢ndalo alrededor de la captura de El Mayo. Tras la audiencia se dio a conocer que Ovidio y Joaqu¨ªn Guzm¨¢n, hijos de su segunda esposa, estaban tanteando la posibilidad de declararse culpables, lo que les evitar¨ªa ir a juicio. Al margen de la guerra intestina que ha sembrado el caos en Sinaloa y las acusaciones de traici¨®n que planean sobre el ¨²ltimo golpe de Estados Unidos contra los carteles mexicanos, El Chapo, el reo 89914-053, se juega sus ¨²ltimas cartas en solitario para afrontar el ocaso de su vida y su leyenda en prisi¨®n.
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