Jumko Ogata: ¡°Si no dejamos la ira, nunca va a haber una posibilidad de di¨¢logo¡±
La activista y escritora de ascendencia asi¨¢tica y afromexicana analiza el racismo en M¨¦xico como parte de las estructuras de poder y apuesta por la empat¨ªa y la pedagog¨ªa
En 2020 se incluy¨® por primera vez en M¨¦xico la palabra afromexicano en el censo de poblaci¨®n. Quiz¨¢ ese dato parezca un detalle m¨ªnimo, pero explica muchas cosas. Durante el porfiriato, las personas de origen asi¨¢tico fueron enviadas al desierto de Baja California a construir los trenes y a realizar trabajos pesados en temperaturas extremas. Al d¨ªa de hoy se pueden visitar los s¨®tanos y t¨²neles donde ten¨ªan que dormir. Una especie de escondites m¨¢s que de viviendas. Es decir, en M¨¦xico no exist¨ªan ni los negros ni los asi¨¢ticos, aunque desde hace d¨¦cadas fueran parte de la sociedad. Jumko Ogata (Xalapa, 28 a?os) tiene ambas identidades, su familia paterna arrib¨® desde Jap¨®n al Puerto de Veracruz y su familia materna pertenece a la comunidad afromexicana. En la actualidad est¨¢ enfocada en concientizar a las personas sobre el problema del racismo en M¨¦xico, su trabajo le ha llevado a impartir talleres en escuelas y centros culturales de casi todo el pa¨ªs. En 2023 hizo parte del libro Daughters of Latin America, publicado por Harper Collins y tradujo al espa?ol Hermanas del ?ame. Mujeres negras y nuestra recuperaci¨®n, la obra referencia de Bell Hooks
Pregunta. ?Qu¨¦ deton¨® en usted para que comenzara a educar sobre el racismo en M¨¦xico?
Respuesta. Mi experiencia personal siempre ha estado atravesada por el racismo. Siendo una persona afromexicana a la que constantemente preguntan ¡®?de d¨®nde eres?¡¯ solo por c¨®mo me ven. Mi bisabuelo vino de Jap¨®n hace m¨¢s de 100 a?os, entonces tengo una herencia asi¨¢tica y tambi¨¦n es algo que se cuestiona constantemente. Se piensa que no existen personas negras ni personas asi¨¢ticas mexicanas, mucho menos una persona que encarna ambas identidades.
P. Su familia tambi¨¦n habr¨¢ padecido el racismo en M¨¦xico.
R. Todas nuestras historias familiares est¨¢n atravesadas por racismo, por procesos de despojo o m¨²ltiples formas de violencia que experimentamos en la vida cotidiana. Me empec¨¦ a interesar por aprender sobre el racismo en M¨¦xico y c¨®mo funciona y por qu¨¦ es distinto a Estados Unidos. Se trataba de explicar todas las cosas que me hab¨ªan pasado a m¨ª, a mis pap¨¢s y a mis abuelos. Lo mejor fue tener, por fin, palabras para nombrar todo eso que hab¨ªamos vivido y saber que no ¨¦ramos las ¨²nicas personas que las hab¨ªan vivido.
P. ?Cu¨¢l es el racismo cotidiano y que no vemos?
R. Mira, el nombre de mi abuela es Namiko, pero en la escuela sus profesores le dec¨ªan Mar¨ªa, se negaban a llamarla por su nombre.
P. Usted trabaja con j¨®venes, que son el futuro de estas conversaciones. Pero, ?se puede lograr cambiar algo en la mentalidad de los que no son tan j¨®venes?
R. Mi experiencia haciendo este trabajo de visibilizaci¨®n en redes sociales o los talleres que realizo en persona, es que de pronto nos casamos mucho con una idea. Es decir, pensamos que las generaciones que crecieron as¨ª ya no pueden cambiar. Pero, oye, los 40 a?os no es el final de la vida. Podemos cambiar cuando sea.
P. ?Y es f¨¢cil guiar estos procesos?
R. Me he encontrado con personas que tienen ideas recalcitrantemente racistas que nunca van a poder cambiar, no importa la edad. Mi trabajo antirracista no es pelearme con esta persona y decirle lo bruta y lo est¨²pida que es hasta que yo me sienta mejor. Mi apuesta es por escuchar como piensan otras personas. Hay mucha gente que tienen ideas racistas, pero no lo hacen con mala intenci¨®n.
P. Pensamos mucho en el racismo como una cuesti¨®n moral, ser una persona buena o una mala.
R. No es una cuesti¨®n moral, es una cuesti¨®n sist¨¦mica que tiene que ver con las ideas con las que nos han creado y tambi¨¦n con privilegios y poder. Si te conviene, obviamente, vas a seguir reproduciendo e impulsando estas ideas. Un ejemplo, el se?or rico que se refiere a su trabajador como ¡°chal¨¢n¡± y no lo llama por su nombre, es porque eso es lo que esa persona vale para ¨¦l.
P. ?C¨®mo se aborda un di¨¢logo sobre esto?
R. Cuando yo comenc¨¦ a impartir talleres y a dar asesor¨ªas, estaba muy enojada, ten¨ªa mucha ira en mi interior. Todo el tiempo te est¨¢n diciendo que somos unos resentidos. ?Y c¨®mo no lo ser¨ªamos? Eres una persona blanca que tiene acceso a todos estos recursos y a todo el trabajo de muchas personas y no te tienes que esforzar. Yo me tengo que esforzar el triple para que me reconozcan la mitad de lo que haces t¨². Muchas veces, cuando yo quer¨ªa hablar sobre racismo con alguien que ten¨ªa ideas racistas, me sal¨ªa muy r¨¢pido la ira. Y el tiempo me llev¨® a reflexionar que si le hablas as¨ª a alguien, nunca va a haber una posibilidad de di¨¢logo.
P. Ahora, ?cu¨¢l es tu objetivo?
R. Mi objetivo es articular un proceso en el que tal vez no me caigas bien, tal vez voy a tener mucha ira hacia ti por estas formas de violencia que reproduces, pero entendiendo que tambi¨¦n te puedes redimir y tambi¨¦n puedes aprender y puedes cambiar. Yo entiendo y s¨¦ que puedes transformar tu forma de pensar.
P. Esto parece que no terminar¨¢ nunca, ser¨¢ una constante en nuestra vida.
R. Cada que me preguntan cuando se va a terminar el racismo les respondo lo mismo. Hay que recordar que tiene al menos 500 a?os que se est¨¢ gestando como lo conocemos, nos va a costar otros 500 a?os destruirlo.
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