El giro de M¨¦xico y Colombia con Venezuela: de la imparcialidad y la negociaci¨®n a validar a Maduro
Sheinbaum y Petro enviar¨¢n representantes a la investidura del 10 de enero sin haber aceptado expl¨ªcitamente el resultado electoral. Brasil a¨²n no ha confirmado su presencia, mientras las relaciones diplom¨¢ticas entre Chile y Venezuela siguen en la nevera
El curso pol¨ªtico de 2025 comenzar¨¢ con una cita que sit¨²a a la izquierda latinoamericana en un profundo dilema. El inicio del nuevo per¨ªodo presidencial en Venezuela, fijado para el 10 de enero, enfrenta al actual mandatario, Nicol¨¢s Maduro, y al candidato opositor, Edmundo Gonz¨¢lez. Ambos reivindican el triunfo en las elecciones del pasado 28 de julio, pero el l¨ªder chavista se proclam¨® ganador sin mostrar ninguna prueba del resultado, mientras que su contrincante, perseguido y hoy asilado en Espa?a, lo hizo mostrando las actas que le otorgan una amplia victoria. Las fundadas sospechas de fraude invalidan, a ojos de las principales instancias internacionales, la toma de posesi¨®n de Maduro. Sin embargo, este lunes dos gigantes de la regi¨®n, M¨¦xico y Colombia, han manifestado su respaldo al sucesor de Hugo Ch¨¢vez al confirmar que enviar¨¢n una representaci¨®n a la investidura.
La decisi¨®n de Claudia Sheinbaum y de Gustavo Petro supone un giro respecto a su posici¨®n inicial. La presidenta mexicana asegur¨® tras asumir el cargo el pasado octubre que su Gabinete mantendr¨ªa una postura ¡°imparcial¡± ante la crisis venezolana. El caso de Petro es a¨²n m¨¢s n¨ªtido, ya que el mandatario colombiano intent¨® impulsar junto a su hom¨®logo brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, y el Gobierno mexicano un frente com¨²n para tratar de mediar en la disputa postelectoral. En agosto, cuando Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador a¨²n segu¨ªa en el poder, los tres pa¨ªses exigieron una verificaci¨®n independiente de los resultados. No sucedi¨®, ya que los ¨®rganos que declararon ganador a Maduro dependen directamente del aparato gubernamental. D¨ªas despu¨¦s, esta suerte de G-3 insisti¨® en su petici¨®n al considerar ¡°fundamental la presentaci¨®n por parte del Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) de los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 desglosados por mesa de votaci¨®n¡±. Pero tampoco sucedi¨®.
El respaldo a Maduro es, en todo caso, un aval de m¨ªnimos y eminentemente simb¨®lico. Es decir, no est¨¢ previsto que ni los jefes de Estado ni figuras de primer orden en el Ejecutivo acudan a Caracas. ¡°Va a ir una representaci¨®n o el propio embajador que est¨¢ en Venezuela¡±, dijo Sheinbaum. El enviado de Petro ser¨¢ el jefe de la legaci¨®n diplom¨¢tica en el pa¨ªs vecino, Milton Rengifo. Salir en una foto con el dirigente bolivariano, que en los ¨²ltimos meses ha profundizado la represi¨®n contra sus adversarios, justo en el momento en el que se consuma su perpetuaci¨®n en el poder es un trago que los l¨ªderes de la izquierda democr¨¢tica prefieren no asumir.
La situaci¨®n de Colombia, hogar desde hace a?os de millones de venezolanos que decidieron irse en busca de oportunidades, es especialmente compleja. Una de las primeras decisiones de Petro al asumir el cargo en agosto de 2022 fue el restablecimiento de las relaciones diplom¨¢ticas con el Gobierno chavista. Los v¨ªnculos culturales, econ¨®micos y comerciales entre los dos pa¨ªses complican cualquier decisi¨®n diplom¨¢tica. A eso se a?ade que el presidente colombiano es el primer pol¨ªtico n¨ªtidamente de izquierdas en ocupar la Casa de Nari?o en la historia reciente. Petro ha criticado en repetidas ocasiones la deriva de Maduro. ¡°Miren lo que pasa en Venezuela, que ya no saben si es democracia o revoluci¨®n, ya el pueblo no los quiere¡±, afirm¨® a principios de diciembre. Sin embargo, no ha acabado de romper con ¨¦l y, de hecho, los dos se han reunido en seis ocasiones. Con estos mimbres, el planteamiento de Bogot¨¢ es, en l¨ªnea con la sugerencia del exmandatario Ernesto Samper, el de mantener un v¨ªnculo con Caracas de car¨¢cter institucional, como corresponde entre Estados m¨¢s que entre Gobiernos.
Maduro tampoco ha escatimado dardos contra Petro, record¨¢ndole hace semanas que ¡°todo el que mal ha hablado de Venezuela, se ha secado¡±. Sin embargo, en los ¨²ltimos meses ha concentrado sus ataques contra Lula. Esas embestidas han llegado sobre todo a trav¨¦s de su entorno de confianza, como Jorge Rodr¨ªguez, presidente de la Asamblea Nacional, o el fiscal general, Tarek William Saab. Ambos sugirieron que el presidente brasile?o o el veterano diplom¨¢tico Celso Amorim, estrecho colaborador de su Gobierno, son agentes de Washington. El Gobierno los desautoriz¨®, pero la relaci¨®n bilateral sigue en horas bajas. Brasilia a¨²n no ha confirmado el formato de su participaci¨®n en la investidura del 10 de enero, aunque tras los encontronazos de los ¨²ltimos meses todo apunta, en el mejor de los casos, a una delegaci¨®n de segundo nivel.
El Gobierno progresista que s¨ª ha roto puentes con Caracas y que tiene las relaciones diplom¨¢ticas congeladas es el de Gabriel Boric. El joven presidente lidera desde hace a?os las cr¨ªticas contra las violaciones de los derechos humanos del chavismo, la semana pasada escuch¨® las peticiones de Mar¨ªa Corina Machado sobre la importancia de un reconocimiento pleno de Edmundo Gonz¨¢lez -que prometi¨® volver a Caracas para asumir el cargo- y fue uno de los l¨ªderes latinoamericanos en hablar abiertamente de fraude despu¨¦s de las elecciones. Pero el equilibrio de fuerzas en la izquierda regional ha allanado de momento el camino a un tibio reconocimiento de Maduro.
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