M¨¦xico despliega todas sus herramientas ante la amenaza de Trump de una deportaci¨®n masiva de migrantes
Los consulados refuerzan su asistencia legal y humana y en enero se pone en marcha un bot¨®n de alerta contra posibles detenciones arbitrarias
No hay Navidad para la Secretar¨ªa de Exteriores mexicana, ni para los 53 consulados que el pa¨ªs tiene en Estados Unidos. El 20 de enero, fecha en que Donald Trump toma posesi¨®n como presidente, se espera en M¨¦xico un tsunami de efectos incontrolables ante la amenaza tantas veces proferida por el republicano de una ¡°deportaci¨®n masiva de migrantes¡± que podr¨ªa alcanzar los 11 millones de personas. M¨¦xico lleva d¨ªas prepar¨¢ndose para combatir en el terreno legal y humanitario un posible aluvi¨®n de paisanos obligados a retornar, pero tambi¨¦n se mantiene en guardia por la posibilidad de que otras tantas personas de terceros pa¨ªses atraviesen por M¨¦xico para volver. Los municipios fronterizos est¨¢n en alerta m¨¢xima, as¨ª como los albergues, las polic¨ªas y las asociaciones de derechos humanos. A juzgar por los mecanismos que se est¨¢n poniendo en marcha, el Gobierno mexicano da cr¨¦dito a la amenaza de Trump.
El a?o electoral que acaba de pasar Estados Unidos no ha sido bueno para los migrantes, nunca lo son. Los millones de extranjeros que trabajan all¨ª, pagan sus impuestos all¨ª, pero lustros despu¨¦s a¨²n no tienen documentos que les garanticen una estancia segura en aquel pa¨ªs, han tenido que soportar este a?o, adem¨¢s, un acalorado debate de campa?a donde el entonces candidato Trump les acus¨® hasta de comerse las mascotas de sus vecinos. M¨¦xico es el pa¨ªs m¨¢s afectado por las amenazas reales que se vienen haciendo, entre ellas la imposici¨®n de onerosos aranceles si no se controla, es decir, se frena, la migraci¨®n, una cantinela ya sabida de anteriores ocasiones en la relaci¨®n entre ambos pa¨ªses. A nadie le extra?a que en los primeros d¨ªas de mandato, el magnate estadounidense ponga en marcha las anunciadas deportaciones, como un gesto de palabra cumplida, aunque quiz¨¢ se frenen antes de alcanzar la cifra de los 11 millones de extranjeros.
Las maniobras que se observan en M¨¦xico revelan que el pa¨ªs se prepara para la particular guerra de la migraci¨®n que llega desde su frontera norte. Los extranjeros suelen utilizarse como ariete pol¨ªtico entre los l¨ªderes populistas, v¨¦ase Trump. El Gobierno de Claudia Sheinbaum ha dejado claro que recibir¨¢ a los suyos, es decir, a los mexicanos, pero que Estados Unidos tendr¨¢ que encargarse de deportar, si quiere, a los dem¨¢s. Si acaso, como socio m¨¢s d¨¦bil, ofrecer¨¢ alguna colaboraci¨®n. ¡°No estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales¡±, ha dicho la presidenta mexicana en varias ocasiones y ha recordado por activa y por pasiva el trabajo crucial para la econom¨ªa estadounidense que desempe?an sus paisanos as¨ª como los millones en impuestos que dejan en aquel pa¨ªs.
Mientras tanto, las oficinas de exteriores mexicanas est¨¢n a toda m¨¢quina. Los consulados en Estados Unidos se ha reforzado con 329 asesores m¨¢s para analizar al detalle las detenciones que incumplan los acuerdos internacionales y el 6 de enero se pone en marcha un bot¨®n de alerta que remitir¨¢ el mensaje urgente de aquellos mexicanos que se enfrenten a una detenci¨®n inminente hacia los consulados y sus familiares m¨¢s cercanos. El canciller mexicano, Juan Ram¨®n de la Fuente, ha advertido de que estar¨¢n muy pendientes de que esos arrestos cuenten con la preceptiva orden judicial y todo el proceso se atenga a derecho. Cada consulado tiene sus planes locales para expurgar la legislaci¨®n estatal y federal estadounidenses y se est¨¢n afianzando las redes de apoyo comunitario, entre las que participan las iglesias, las universidades, los empresarios y los servicios de salud, entre otras instituciones para efectuar los acompa?amientos requeridos. Asimismo, se est¨¢ incrementando la presencia en c¨¢rceles y centros de procesamiento y detenci¨®n.
Pero es complicado hacer frente a una riada humana de ese calibre. Los municipios fronterizos se quejan de que sus presupuestos y sus infraestructuras no est¨¢n preparados para recibir a millones de personas en tan corto plazo de tiempo. Tijuana, Ciudad J¨²arez, Nuevo Laredo o Reynosa son algunas de las alcald¨ªas que esperan mayores dificultades. Eso en la frontera norte, la del sur de M¨¦xico con Guatemala, por donde entran los extranjeros del centro y sur de Am¨¦rica adem¨¢s de miles de asi¨¢ticos y africanos est¨¢ sufriendo en las ¨²ltimas semanas tensiones parecidas, en este caso con caravanas de migrantes que quer¨ªan llegar a Estados Unidos antes de que Trump tomara el poder. Los albergues, siempre escasos de recursos, est¨¢n en graves problemas. Ante el fen¨®meno de la migraci¨®n, M¨¦xico vuelve a ser el pa¨ªs aplastado entre dos fronteras al rojo vivo.
Cuando los republicanos toman el poder en Estados Unidos este asunto se complica, pero tampoco va mucho mejor cuando gobiernan los dem¨®cratas. En campa?a electoral el problema se vuelve espinoso al ser utilizado como estrategia para ara?ar votos. En los ¨²ltimos tiempos, sin embargo, Biden hizo algunos gestos en favor de los mexicanos que llevaban 10 o m¨¢s a?os viviendo en Estados Unidos y que estaban casados con un estadounidense. Pretendi¨® documentarlos debidamente, pero los tribunales lo frenaron a instancias de gobernadores republicanos. Los migrantes viven con miedo la suspensi¨®n de programas implantados para conceder algunos beneficios a los que llegaron siendo ni?os, los llamados dreamers, as¨ª como otros que dan cierta seguridad a quienes llevan d¨¦cadas trabajando sin papeles.
La realidad de los mexicanos en Estados Unidos cobra tintes dram¨¢ticos. Son millones los que han levantado la industria y la agricultura durante d¨¦cadas y ahora jubilados no encuentran quien les conceda una pensi¨®n. La Red Nacional de Jornaleros se reuni¨® a primeros de diciembre con el gobierno de Sheinbaum para solicitar ser incluidos en la paga universal para los retirados que se ha puesto en marcha en el ¨²ltimo sexenio en M¨¦xico. Esa pensi¨®n de bienestar apenas alcanza los 300 d¨®lares bimensuales, pero algo es algo para ellos. M¨¦xico recibe alrededor de 6.000 millones de d¨®lares mensuales gracias a las remesas que los migrantes env¨ªan a sus familias, uno de los grandes pilares que sostiene la econom¨ªa de este pa¨ªs. Pero tampoco Estados Unidos puede prescindir de la fuerza de trabajo que aportan en su territorio. Ni las deportaciones son moco de pavo: algunos an¨¢lisis econ¨®micos sostienen que expulsar a tantos millones de personas costar¨ªa cerca de 500.000 millones de d¨®lares.
La realidad va por un lado y las estrategias pol¨ªticas, por otro. M¨¦xico espera que los intereses econ¨®micos pesen a la hora de cumplir estas amenazas, pero a buen seguro su econom¨ªa se ver¨¢ afectada, si no es por el recibimiento de sus paisanos lo ser¨¢ por los aranceles econ¨®micos o algunas otras medidas contra los carteles y el narcotr¨¢fico, que tambi¨¦n tienen en guardia los preceptos soberanistas de M¨¦xico. De Trump siempre se dice que conduce la pol¨ªtica como si se tratara de una empresa que ha de ser lo m¨¢s rentable posible. Y en ello fundan sus esperanzas quienes creen que las amenazas, finalmente, no ser¨¢n para tanto. Aun as¨ª, la frontera aguarda el cicl¨®n que se avecina para finales de enero.
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