Rafael Gual, director de Canifarma: ¡°El desabasto de medicamentos le explotar¨¢ al pr¨®ximo Gobierno¡±
El encargado de la C¨¢mara Nacional de Industria Farmac¨¦utica asegura que el Gobierno debe 10.000 millones de pesos al sector, lo que pudiera terminar por desaparecer empresas nacionales
A diferencia de muchos voceros del empresariado mexicano, Rafael Gual Cos¨ªo (Ciudad de M¨¦xico, 64 a?os) no se corta al hablar del legado que deja la actual Administraci¨®n. Quiz¨¢s esto es porque el sector que le compete es el de salud, uno de los m¨¢s golpeados bajo el sexenio de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Argumentando que exist¨ªa corrupci¨®n, el mandatario arranc¨® su Gobierno con un radical redise?o en la compra de medicinas en el sistema p¨²blico en 2019, y, desde entonces, ha cambiado de parecer siete veces.
Esto gener¨® que el abasto de medicamentos pasara de 98% al 70%, asegura Gual, que recibe a EL PA?S en su oficina en la Ciudad de M¨¦xico. Ingeniero qu¨ªmico de profesi¨®n, Gual Cos¨ªo lleva 42 a?os trabajando en la industria, 15 de ellos como director de la C¨¢mara Nacional de la Industria Farmac¨¦utica (Canifarma). ¡°Es un desabasto que ellos generaron¡±, dice, ¡°es una condici¨®n muy seria¡±.
La Canifarma tiene 170 empresas afiliadas que conforman el 87% del mercado nacional tanto de medicamentos para humanos y animales, as¨ª como de dispositivos m¨¦dicos. Bajo esta Administraci¨®n, la industria farmac¨¦utica ha sido blanco de ataques, acusaciones de corrupci¨®n y trabas en el suministro al sistema p¨²blico.
Pregunta. ?C¨®mo deja a la industria farmac¨¦utica esta Administraci¨®n federal?
Respuesta. Ha habido una falta importante de di¨¢logo desde el principio de esta Administraci¨®n, lo que ha gravitado en tener muchos problemas en cuanto a la disponibilidad de medicamentos. Esto no es ninguna noticia, lo hemos visto en todo el sexenio. Han cambiado siete veces la forma de adquirir medicamentos. Siete diferentes intentos de resolver un desabasto que ellos generaron. Antes de esta Administraci¨®n, ten¨ªamos abastos de 98%, y el promedio en este sexenio ha sido 70%. Es decir, un desabasto importante. M¨¢s all¨¢ de ello, el Gobierno nos debe a la industria farmac¨¦utica cerca de 10.000 millones de pesos, de los cuales 6.500 corresponden al Insabi, organismo que ya desapareci¨®, por lo que es una deuda m¨¢s preocupante que tambi¨¦n afecta el abasto. Una empresa nacional, peque?a, a la que no le pagan ni el capital de trabajo, acabar¨¢ por desaparecer. Por su parte, lo que ocurre con una empresa internacional que no depende exclusivamente del mercado mexicano, es que se agota el cr¨¦dito que tiene M¨¦xico como pa¨ªs para esa empresa y tambi¨¦n se provoca un desabasto de los productos de esa empresa. Es una condici¨®n muy seria. Una condici¨®n que, de no resolverse, va a explotarle al siguiente Gobierno.
P. L¨®pez Obrador justific¨® los cambios en el sistema de compras diciendo que se hac¨ªa con corrupci¨®n y, en efecto, hubo empresas se?aladas en los Panama Papers que as¨ª lo suger¨ªan.
R. Hay que diferenciar muy bien porque se trata de dos cosas totalmente diferentes. En los Panam¨¢ Papers hab¨ªa dos empresas distribuidoras, no farmac¨¦uticas, no laboratorios farmac¨¦uticos involucrados. Eran distribuidores del mercado privado. Lo que se dijo al principio de este sexenio fue que hab¨ªa corrupci¨®n en los distribuidores del sector p¨²blico, que no es lo mismo que la industria farmac¨¦utica. La industria no tiene distribuidoras. Es un eslab¨®n totalmente diferente a la farmac¨¦utica. Esas empresas no nada m¨¢s eran distribuidores, cumpl¨ªan otras funciones porque consolidaban la demanda de varios proveedores, demandas enormes y ellos s¨ª aguantaban que el Gobierno les diera 60, 90 y 120 vueltas, mientras que a la industria s¨ª le pagaban. Entonces, era como un amortiguador de pago entre el Gobierno y la industria. Esas eran las funciones importantes de esos distribuidores que fueron satanizados, que fueron vetados, acusadas de concentraci¨®n. Finalmente, no se inici¨® ning¨²n proceso en contra de ellos. Esta corrupci¨®n que se dice que hubo entre comillas, pues no hay tal, o sea, no pudieron demostrar absolutamente nada.
P. Si no hay pruebas de corrupci¨®n, ?por qu¨¦ este Gobierno se lanz¨® contra la industria?
R. Habr¨ªa que preguntarle a ¨¦l [al presidente L¨®pez Obrador]. No tengo la respuesta. Quiz¨¢s porque se supon¨ªa que estos distribuidores ten¨ªan grandes ganancias y el Gobierno dijo ?'yo voy a distribuir, si distribuyo papitas y refrescos, ?por qu¨¦ no voy a poder hacerlo?¡¯ Y obviamente no es as¨ª. Es un tema de alta especialidad en el mundo entero. Esta concentraci¨®n a la que hizo referencia y que era sin¨®nimo de corrupci¨®n, se da en todo el mundo. En Estados Unidos hay cuatro distribuidores, en Alemania cinco, en Espa?a ocho. As¨ª funciona porque es una funci¨®n altamente especializada. El que hubiera 10 distribuidores no es un monopolio y no es sin¨®nimo de corrupci¨®n. Con esa mala idea, con esa ignorancia, pues decidieron hacerse cargo de la distribuci¨®n y la fabricaci¨®n y fue un desastre. La primera licitaci¨®n que organiz¨® la oficial¨ªa mayor, que no ten¨ªa idea de lo que hac¨ªa, despu¨¦s de que el Seguro Social ten¨ªa a?os llevando a cabo la licitaci¨®n, tuvo 64% de ofertas que no fueron atendidas en su momento y que provocaron compras directas. Y ah¨ª s¨ª que hay corrupci¨®n, porque es lo menos transparente.
P. En este sexenio se han conocido historias de ni?os con c¨¢ncer sin tratamientos, de personas con enfermedades mentales sin medicamentos especializados y hasta de una heparina contaminada que mat¨® varias personas en un hospital de la paraestatal petrolera. Pero ?sabemos cu¨¢l ha sido el impacto econ¨®mico del desabasto?
R. Ese es uno de los grandes temas. Cuando se trata de salud, no es gasto, es inversi¨®n porque cada d¨®lar tiene como retorno cuatro d¨®lares medido en la productividad de las personas en el mercado laboral. Una persona enferma dif¨ªcilmente va a tener la capacidad de generar lo que tiene que generar porque simplemente no puede hacerlo. Tiene un impacto econ¨®mico enorme y es uno de los m¨¢s grandes problemas de este pa¨ªs. El Gobierno de M¨¦xico invierte en salud solo 2,7% del PIB, cuando la media de la OCDE es de 8% y Estados Unidos, invierte 21%. En Am¨¦rica Latina hay pa¨ªses que invierten 6% y 7% del PIB en salud. En M¨¦xico, el gasto de bolsillo aument¨® 42% en el ¨²ltimo a?o, de acuerdo a lo que publica Coneval. Eso es lo que estamos viviendo. Ese es un lado del impacto econ¨®mico: la gente tiene que financiar de su bolsillo lo que el Gobierno no le da.
P. ?Qu¨¦ opina de la megafarmacia?
R. No hay ning¨²n pa¨ªs que centralice los medicamentos en un almac¨¦n y hay muchas razones. Los medicamentos tienen caducidad, por lo que tienen que estar en los hospitales, en las farmacias, no en un almac¨¦n. Log¨ªsticamente, eso es una barbaridad. ?C¨®mo vas a sacar de ah¨ª las medicinas para mandarlas a Chiapas, a Oaxaca? Los medicamentos funcionan a trav¨¦s de centros de distribuci¨®n. Ponerlo todo en un solo almac¨¦n, es decir, concentrarlo, para despu¨¦s distribuirlo es il¨®gico.
P. ?Cu¨¢l es el sentir que le deja esta Administraci¨®n que ya va de salida?
R. La verdad, es un sentimiento muy amargo. Tengo 42 a?os de historia en esta industria y nunca hab¨ªa vivido esto. Todo lo construido en estos a?os, que le cost¨® tanto a la industria, es echarlo para abajo. La descentralizaci¨®n que se promovi¨® hace 30 a?os, que empez¨® a funcionar mucho mejor, la estamos perdiendo y estamos volviendo a como era antes, cuando los estados no ten¨ªan capacidad para atender a sus poblaciones. Logramos que las compras consolidadas con el Seguro Social fueran observadas por la OMS y por la OCDE, y por organismos internacionales y por testigos sociales aqu¨ª en M¨¦xico y donde era totalmente transparente. S¨ª hab¨ªa ¨¢reas de oportunidad, quiz¨¢s en las compras de algunos estados que no participaban en la licitaci¨®n consolidada, pero no en la consolidada misma que representaba cerca del 90% de las compras del Gobierno y por eso hab¨ªa abasto de 98%. Todo eso se vino abajo. Entonces ?qu¨¦ sentimiento es? Pues de amargura.
Suscr¨ªbase a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.