La ¨²ltima carta del PRI tras la debacle: vender caro su apoyo al Gobierno o a la alianza opositora
Arrasado por Morena en la contienda por las gubernaturas, el partido crece en el Congreso y se enfrenta al dilema de su en¨¦sima metamorfosis
Los resultados electorales han colocado al PRI a las puertas de una nueva metamorfosis, haciendo bueno el viejo refr¨¢n que apunta al instinto de supervivencia del hist¨®rico partido que gobern¨® M¨¦xico sin interrupci¨®n durante m¨¢s de 70 a?os: ¡°El PRI ni se crea ni se destruye, solo se transforma¡±.
El saldo del domingo fue una debacle en la pelea local, con una derrota a favor de Morena y sus socios en 8 Estados en los que gobernaba, algunos por d¨¦cadas. El bal¨®n de ox¨ªgeno lleg¨® en el Congreso, donde su crecida en esca?os ¡ªde 48 a 69¡ª tras el hundimiento en los anteriores comicios le ha otorgado un papel privilegiado dentro de los equilibrios de poder de la C¨¢mara.
Herido de gravedad territorialmente ¡ªtan solo cuenta ya con cuatro gubernaturas, su peor balance hist¨®rico¡ª pero con la baza de ser la tercera fuerza parlamentaria, el presidente del partido, Alejandro Moreno, ha ido deslizando durante la semana unas declaraciones meditadamente ambiguas que abren la posibilidad tanto a negociar con el Gobierno como con la oposici¨®n, dej¨¢ndose querer por ambos bloques en busca de recuperar la influencia perdida y contraprestaciones de cara al futuro.
¡°Se construye el bloque opositor para tener una agenda conjunta. Pero eso no deja de lado que el PRI tenga una agenda propia y que nos sentemos a dialogar con el presidente de la Rep¨²blica y el Gobierno federal¡±, dijo el martes Moreno. Para despu¨¦s a?adir ¡°No somos comparsa. El PRI es parte de una coalici¨®n electoral y legislativa opositora¡±. Y volver a matizar de nuevo: ¡°Habr¨¢ di¨¢logo a favor de M¨¦xico, lo que sea mejor para las familias mexicanas¡±.
La nueva estrategia del PRI envuelve una paradoja aun mayor. En otra jugada volcada al pragmatismo, el partido accedi¨® a formar parte de un acuerdo ins¨®lito con su antagonista hist¨®rico: el PAN. La alianza de todos ¡ªtambi¨¦n incluye al PRD¡ª contra Morena aspira a convertirse no solamente en una plataforma electoral, sino en un frente con un programa com¨²n para disputar la acci¨®n legislativa de Morena, que tan solo cuenta ahora con la mayor¨ªa simple de manos de sus socios.
Consciente de la nueva aritm¨¦tica, L¨®pez Obrador ya ha comenzado a lanzar el anzuelo a los 69 diputados priistas, claves para alcanzar la mayor¨ªa calificada, tres cuartas partes de la C¨¢mara, necesaria para abrir la puerta de las reformas constitucionales, el caballo de batalla del presidente de cara a la segunda parte de su mandato. Algo que, por otra parte, ya ha sucedido en varias ocasiones con fuga de votos priistas hacia Morena. La paradoja podr¨ªa ser a¨²n m¨¢s completa si el partido se plegara votando a favor de una de las prioridades de L¨®pez Obrador: echar atr¨¢s la reforma energ¨¦tica impulsada por Enrique Pe?a Nieto en 2013, una de las banderas de aquel nuevo PRI.
¡°Hemos ca¨ªdo en el oportunismo¡±
Para Francisco Labastida, primer candidato presidencial priista en caer derrotado tras la apertura democr¨¢tica del 2000, ¡°el partido est¨¢ atrapado en una espiral de indefinici¨®n y falta de autocr¨ªtica parecida a la de hace 21 a?os. Hemos ido cayendo en el oportunismo a medida que perd¨ªamos los valores¡±. Aquella derrota hist¨®rica abri¨® las primeras brechas internas en el partido, gestionado hasta entonces casi como una curia romana. Las peticiones de expulsi¨®n del expresidente saliente, Ernesto Zedillo, por permitir la apertura que dio entrada al turnismo con el PAN y las acusaciones de fraude en la elecci¨®n del nuevo presidente del partido alumbraron por primera vez un riesgo real de implosi¨®n.
La tabla de rescate entonces fue parecida a la que empieza dibujarse hoy. Desde la oposici¨®n, el partido empez¨® a forjar alianzas con el Gobierno panista, que no contaba con mayor¨ªa en la C¨¢mara, proyectando una imagen institucional y de Estado. Un movimiento que, a la postre, le llev¨® a recuperar la presidencia en 2012. ¡°La diferencia es que en aquel entonces a¨²n ten¨ªa mucho peso territorial y liderazgos fuertes. Hoy no existen. El presidente del partido no va a poder mantener el control de su bancada para jugar con la pol¨ªtica de pactos¡±, punta Rogelio Hern¨¢ndez, profesor en Ciencia Pol¨ªtica del Colegio de M¨¦xico (Colmex).
Moreno alcanz¨® la presidencia del partido en 2019 en unas tumultuosas elecciones internas marcadas por las acusaciones de corrupci¨®n. Las grietas se han ido agrandando con el duro resultado en la contienda por las gubernaturas. El PRI ha perdido muchos de sus feudos hist¨®ricos en los que han gobernado durante d¨¦cadas, como Colima o Campeche. Este ¨²ltimo, cargado de simbolismo por ser el Estado de Moreno, donde lleg¨® a ser gobernador. ¡°Es un s¨ªntoma muy grave porque apunta a que el partido ha fracasado en uno de sus puntos fuertes: el uso de los recursos institucionales y la movilizaci¨®n de la militancia para conservar el poder. Estamos en un momento de confusi¨®n y vacilaciones¡±, apunta un exgobernador del partido que prefiere mantener el anonimato.
Para el acad¨¦mico del Colmex, el escenario no es tan sombr¨ªo. ¡°El PRI siempre ha sido muy pragm¨¢tico y aprovecha las oportunidades que se le presentan. Hoy est¨¢ lejos de ser lo que fue en el pasado. Ha logrado sobrevivir, pero est¨¢ lejos de convertirse un partido mayoritario. Lo que le queda es aprovechar la posici¨®n de interlocutor que le ha concedido L¨®pez Obrador y jugar a ser una especie de dama cortejada por los dos bloques¡±.
Cada vez que el PRI atraviesa por uno de sus baches electorales, vuelven a sonar las voces que optan por dar un nuevo giro existencial, otro lavado de cara para el partido. Nacido en 1929 de las cenizas de la Revoluci¨®n a manos del militar Plutarco El¨ªas Calles, ha tenido otros dos hitos fundacionales con L¨¢zaro C¨¢rdenas y Miguel Alem¨¢n, el primer presidente civil. Desde entonces, fue creciendo como un particular leviat¨¢n, un partido de masas al estilo socialista que termin¨® mimetiz¨¢ndose con el Estado en un sistema autoritario y corporativista ¨Caglutinaba tradicionalmente igual a sindicatos que a patrones, a campesinos que a tecn¨®cratas¨C perfeccionado durante m¨¢s de 70 a?os ininterrumpidos en el poder.
El riesgo de ser engullidos por Morena
Desde el nacimiento de Morena, hace menos de una d¨¦cada, el partido enfrenta una nueva amenaza existencial, redoblada tras la aplastante victoria de hace tres a?os. La agenda del L¨®pez Obrador ¡ªnacionalismo econ¨®mico, subsidios, regulaci¨®n de los mercados y aspiraci¨®n hegem¨®nica¡ª ha sido interpretada como una especie de reformulaci¨®n del PRI antes de otra de sus metamorfosis: la entrada en los 80 de una elite de gobernantes formados en escuelas estadounidenses que comenzaron a darle un predomino mayor al mercado frente al cl¨¢sico estatismo priista.
El crecimiento org¨¢nico de Morena durante estos a?os se ha nutrido, de hecho, de cada vez m¨¢s pol¨ªticos con experiencia y pasado en el partido hist¨®rico mexicano, agrandando la tesis de un solapamiento ideol¨®gico que podr¨ªa poner en peligro la supervivencia del PRI. Los acad¨¦micos y cuadros del partido consultados para este reportaje consideran, en todo caso, que la posibilidad real de quedar laminados es muy baja. ¡°La estructura interna de Morena es m¨¢s parecida una l¨®gica de clanes. El PRI no se sentir¨ªa c¨®modo, diluido en ese magma como una facci¨®n m¨¢s¡±, apunta otro veterano priista.
Los argumentos que descartan la simbiosis subrayan tambi¨¦n que la aspiraci¨®n hegem¨®nica de Morena, un apoyo masivo y continuado en las urnas que barriera cualquier oposici¨®n, encuentra un escollo te¨®rico importante. ¡°El nacionalismo revolucionario del PRI de antes de los ochenta que podr¨ªa representar Morena no responde a la realidad del M¨¦xico de hoy¡±, a?ade Labastida. La profunda ca¨ªda de votos entre los perfiles j¨®venes, urbanos y con estudios medios, as¨ª como la p¨¦rdida de apoyo entre las mujeres est¨¢ de detr¨¢s de la p¨¦rdida de la mitad de las alcald¨ªas de la Ciudad de M¨¦xico, basti¨®n tradicional de la izquierda.
¡°El PRI lo que necesita es reconocer sus errores y sus excesos del pasado y marcar una agenda moderna y liberal¡±, a?ade el excandidato presidencial Labastida, que considera que la c¨²pula actual del partido no ha roto del todo con en el equipo del expresidente Pe?a Nieto. La justicia ha emprendido una cruzada contra altos cargos del Gobierno anterior. Desde el excanciller y hombre fuerte del pe?ismo, Luis Videgaray, a los procesados Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, o la exsecretaria Rosario Robles. Todos envueltos en unos casos de corrupci¨®n que, de momento, contin¨²an atascados en los tribunales, mientras la resaca electoral ha colocado al PRI en una posici¨®n privilegiada como posible socio de Morena en el Congreso.
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