C¨®mo es hacer campa?a tras un atentado y bajo custodia federal: ¡°Estoy en la soledad¡±

Arturo Lara de la Cruz sufri¨® un atentado mientras dorm¨ªa. Dos personas llegaron en una moto, le dejaron un mensaje bajo la puerta de su casa y comenzaron a disparar contra las ventanas que hay junto a su cama. El mensaje le ped¨ªa que dejara su candidatura por Movimiento Ciudadano a presidir Amanalco, una peque?a localidad de 24.000 habitantes en el Estado de M¨¦xico. Si no lo hac¨ªa, el siguiente objetivo ser¨ªan su mujer y sus dos hijos. No cedi¨®. Tuvo que mover a su familia a otro Estado y ahora le acompa?an d¨ªa y noche agentes de la Guardia Nacional. Tras cada jornada de campa?a, vuelve al mismo hogar, cada noche vac¨ªo, en el que atentaron contra ¨¦l. ¡°Estoy en la soledad¡±, explica el hombre de 43 a?os. Hace un a?o asesinaron a su hermano, s¨ªndico municipal.

A las 10 de la ma?ana el local de campa?a de Movimiento Ciudadano en Amanalco es un hervidero. Una mujer ofrece panecillos del pueblo y caf¨¦. Unas 50 personas est¨¢n sentadas y hablan en peque?os grupos. Otras esperan de pie. Quieren hablar con el candidato, vestido con un cortaviento naranja, unos pantalones vaqueros y unas zapatillas Nike color naranja fosforescente, se?a de Movimiento Ciudadano. ¡°Es gente con la que llevo muchos a?os¡±, explica el candidato. Fuera, junto a la fachada de edificio, de dos pisos, dos agentes de la Guardia Nacional custodian la estrecha entrada a las escaleras. Otros cinco est¨¢n apostados con los fusiles en la cintura en una gigante camioneta Chevrolet blanca.

Esos siete elementos acompa?an d¨ªa y noche al candidato. ¡°Al d¨ªa siguiente del atentado ya estaban por fuera de mi casa. Mientras estaba en el hospital, representantes de los gobiernos federal y estatal se pusieron en contacto conmigo para brindarme la seguridad¡±, relata Lara de la Cruz. A ¨¦l es una presencia que le tranquiliza, pero con la que no tiene contacto. ¡°Yo no coordino los detalles. Ellos hacen su trabajo independiente y lo m¨ªo es organizar la campa?a¡±, apunta.

La seguridad que sigue al candidato es omnipresente por el intento de asesinato que un grupo de personas llevo a cabo el pasado 23 de abril, tres d¨ªas antes de que comenzara la campa?a en el Estado de M¨¦xico. Llegaron en una camioneta y una moto a su casa, en la comunidad Rinc¨®n de Guadalupe, a 5 kil¨®metros del centro de Amanalco. La c¨¢mara de seguridad grab¨® como en el exterior del edificio una persona se baja de la motocicleta, pasa un folio por debajo de la puerta y vuelve al veh¨ªculo. ?l y su compa?ero empiezan a disparar en r¨¢faga contra el cristal del segundo piso, que da a la habitaci¨®n donde dorm¨ªa Lara de la Cruz. ¡°Sent¨ª que era el ¨²ltimo d¨ªa de mi vida. Es algo espantoso¡±, recuerda.

El resultado del atentado fue una herida en el pie. ¡°Fue un roz¨®n nada m¨¢s. Hay que ser claros, no me perfor¨®¡±, relata. Pas¨® un d¨ªa en el hospital. A pesar de las grabaciones, hasta el momento no ha habido detenidos, ni se les espera en un pa¨ªs en el que la impunidad es ley. Lara de la Cruz no hab¨ªa recibido amenazas, nunca esper¨® que lo intentaran asesinar. La ¨²nica explicaci¨®n que ¨¦l ve posible es un sondeo previo a la campa?a. ¡°Lo que s¨ª hubo una encuesta en el municipio. Desconozco qui¨¦n la hizo. Pero en esa encuesta result¨® que llev¨¢bamos much¨ªsima ventaja¡±, teoriza el candidato.

¡ª?Tiene miedo en los m¨ªtines o cu¨¢ndo va casa por casa?

¡ªPues s¨ª. Miedo s¨ª hay, pero no lo demostramos. Tenemos que salir adelante por el bien del pueblo y de la gente.

El coste que ha pagado el candidato por seguir en la contienda es muy alto. En la sede, bajo el eslogan de campa?a Todo por ti, Lara de la Cruz se quiebra y comienza a llorar. ¡°Es feo vivir solo. Lo que siento es que la familia no est¨¢. La familia est¨¢ en otro Estado, muy lejos de aqu¨ª, por seguridad. Eso es lo que me duele. El cartel que me dejaron dec¨ªa que si yo no renunciaba, con quien iban a acabar era con la familia. Por eso tom¨¦ la determinaci¨®n de que se fueran lo m¨¢s lejos que pudieran¡±, explica sobre su mujer y sus dos hijos.

A las afueras del local de campa?a, en los m¨¢rgenes de la carretera, una veintena de mujeres que apoyan a Lara de la Cruz ondean pegatinas con la cara del candidato y se las ofrecen a los coches para que las pongan en sus cristales. ¡°?Veeenga muchachas, p¨®nganse alegres!¡±, grita la m¨¢s activa. Entre ellas est¨¢ Noemi Ventura. Es de la misma comunidad que el candidato. Est¨¢ con ¨¦l desde el principio. ¡°Cuando nos enteramos [del atentado] ya estaba abierto el comit¨¦ y nos dijeron: ¡®Acaba de tener un atentado nuestro candidato¡±, explica.

Las amenazas directas al aspirante a alcalde tambi¨¦n le afectaron a ella, una chica que estudia la licenciatura de derecho. ¡°Tuve miedo. Hasta el momento mi familia me dice: ¡®Ya no vayas, que tal si se pone m¨¢s dif¨ªcil despu¨¦s¡±, relata Ventura. En un primer momento, se plante¨® bajarse de la campa?a: ¡°Pens¨¦ en que primero est¨¢ la vida. Pero luego vimos que ten¨ªa seguridad y le dijimos: ¡®si usted est¨¢ seguro de continuar, pues lo vamos a apoyar¡±. Los ¨¢nimos de su equipo fueron clave para que Lara de la Cruz siguiera en la contienda.

De repente, un silbido emitido desde el local avisa a las mujeres de que hay que volver. Entran y ya est¨¢n sobre las mesas unas deliciosas tortillas hechas a manos y carnitas sobre las que la gente se lanza. ¡°?chenle porque tenemos 10 minutos para salir¡±, dice una mujer. Esta es la campa?a planeada desde hace a?os para Miguel ?ngel Lara de la Cruz, hermano de Arturo, que era s¨ªndico municipal por Movimiento Ciudadano e iba a ser aspirante a la alcald¨ªa. Hasta que lo asesinaron el 28 de enero de 2023.

La campa?a casa por casa

Arturo Lara de la Cruz va a los actos de campa?a en un viejo Nissan Sentra azul plateado. El coche serpentea por una cuesta con curvas rodeada de un frondoso bosque desde donde se ven los ejidos de Amanalco, municipio principalmente impulsado por la agricultura. Adelante del veh¨ªculo van dos camionetas repletas de simpatizantes. Atr¨¢s, la Chevrolet blanca de la Guardia Nacional con siete agentes. Son la sombra del candidato.

En el interior del coche Lara de la Cruz recuerda el que, adem¨¢s del atentado y la separaci¨®n de su familia, fue el otro golpe de su vida. El asesinato de su hermano Miguel ?ngel. ¡°M¨¢s que un hermano era como un hijo, porque ¨¦l era menor. En su momento lo apoy¨¦ mucho para que estudiara. Me ve¨ªa como un pap¨¢. Esta campa?a estaba proyectada para ¨¦l desde hace tres a?os¡±, explica Lara de la Cruz. El candidato siempre ha trabajado en el pueblo, primero en el campo, luego como ch¨®fer. Estudi¨® administraci¨®n y ahora tiene una microempresa de purificaci¨®n de agua. Tuvo un grupo de m¨²sica, que dej¨® cuando falleci¨® Miguel ?ngel. ¡°Cuando ¨¦l pierde la vida, dej¨¦ todo. Mi coraz¨®n estaba destrozado. Ah¨ª qued¨® la m¨²sica¡±, dice su hermano.

Las melod¨ªas son un imprescindible en la campa?a de Arturo Lara de la Cruz. Un bochito que va atr¨¢s en la comitiva reproduce el ritmo de La Chona, cumbias versionadas y hasta una canci¨®n de Peso Pluma con letras dedicadas al candidato. ¡°Doy a entender a que en este proyecto caben todos¡±, explica. El coche entra en la comunidad de San Mateo, a seis kil¨®metros de el centro de Amanalco. Casas bajas sin pintar, extensos ejidos y carreteras de tierra forman el paisaje donde el aspirante presentar¨¢ su propuesta a los vecinos.

En el patio de una casa extendida en horizontal donde las gallinas corren libres, cubierta por un gigante toldo verde y amarillo, se han reunido 13 vecinos para escuchar las iniciativas de Lara de la Cruz. Presenta a su planilla y expone las que ¨¦l cree que son las necesidades del pueblo. Dice que no ser¨¢ como los dem¨¢s candidatos, que la gente est¨¢ harta de promesas cada tres a?os. Sin embargo, asegura que si llega a alcalde habr¨¢ en el pueblo dos ambulancias ¡ªseg¨²n ¨¦l ahora no hay ninguna¡ª, cuatro camiones de la basura y dos pipas de agua para cuando haya cortes de agua por reparaciones. Son las urgencias de Amanalco, peque?as y alcanzables. Pueden marcar la diferencia en las comunidades. ¡°Es que hay tantas necesidades¡±, dice una mujer. En las calles se notan estas carencias.

En los peque?os pueblos y ciudades en las que se hacen estas peque?as propuestas es donde han matado a la mayor¨ªa de v¨ªctimas de la violencia electoral de cara a las pr¨®ximas elecciones que se celebrar¨¢n el 2 de junio. Lara de la Cruz sufri¨® uno de los 40 atentados que ha registrado Think tank Laboratorio Electoral hasta el ¨²ltimo corte, hecho el 6 de mayo. En total han sido asesinados 32 candidatos. Ya es la campa?a m¨¢s sangrienta de la historia. Lo peor: la impunidad que ha habido en el caso del candidato a presidir Amanalco y en la mayor¨ªa de ataques contra aspirantes a una alcald¨ªa.

Lara de la Cruz celebrar¨¢ el ¨²ltimo acto del d¨ªa es en un polideportivo muy cercano a una escuela. Los chicos salen uniformados con sus mochilas. Algunos se sientan en la grada que da a unas canastas sin redes y unas porter¨ªas pintadas de blanco. Alrededor todo es campo y casas bajas, muchas muestran el color gris del ladrillo. En la entrada de la cancha, los agentes de la Guardia Nacional vigilan todo. Estos paisajes de miles de ciudades y pueblos de M¨¦xico son los que rodean a uno de los procesos electorales m¨¢s duros del planeta. ¡°Me gustar¨ªa que mi familia volviera. Pero todo va a depender de c¨®mo est¨¦ el municipio. Necesito apoyo y respaldo¡±, desea el candidato.

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