La violencia electoral es solo un par¨¦ntesis: el crimen prosigue sus actividades de extorsiones y asesinatos

La violencia sigue imperturbable en M¨¦xico, antes de la campa?a como despu¨¦s de las votaciones, un periodo en el que solo se acrecientan los cr¨ªmenes, cada elecci¨®n con m¨¢s sangre que la anterior. Cuando todav¨ªa se est¨¢n recontando votos y ajustando los asientos en las C¨¢maras legislativas, mientras el presidente traspasa poderes a su sucesora, las noticias cuentan de un alcalde electo acribillado a balazos, otro que dej¨® de serlo, tambi¨¦n muerto a tiros, y Estados Unidos frenando temporalmente la importaci¨®n de aguacates porque dos de sus inspectores fueron retenidos a la fuerza. Hoy como ayer. Los comicios solo fueron un par¨¦ntesis para so?ar con una democracia completa. La gran asignatura pendiente de cualquier gobierno mexicano, un promedio de 100 personas asesinadas al d¨ªa, sigue esperando una soluci¨®n. Los ciudadanos parecen haber bajado los brazos y votan por lo que les resuelve el d¨ªa a d¨ªa, un mejor sueldo, ayudas sociales, mejores condiciones laborales. La inseguridad, dicen los analistas, ha salido ya de sus c¨¢lculos pol¨ªticos.

Hay miles de ciudadanos, millones quiz¨¢, cuya principal preocupaci¨®n es el constante ruido de las balas y los sobornos a sus negocios, por m¨¢s humildes que sean. Pero esa realidad no es la de todo el pa¨ªs, se concentra en ¨¢mbitos rurales y en algunos Estados, como Chiapas, Michoac¨¢n, Durango, Jalisco, Guanajuato. Para el resto, ese d¨ªa a d¨ªa mirando a la espalda ¡°ha terminado por convertirse en un tel¨®n de fondo¡±, dice Romain Le Cour, experto senior en Global Initiative (GI-TOC), que lleva a?os analizando la violencia en M¨¦xico. ¡°Tambi¨¦n para los medios de comunicaci¨®n ha perdido relevancia, se percibe un estancamiento, un cansancio entre el electorado y las autoridades, cuando ya no saben qu¨¦ estrategias aplicar ni c¨®mo se puede atender esto o si algo va a cambiar¡±, dice el experto.

Sigue habiendo noticias terribles a diario, pero se ha convertido en algo cotidiano. En estas elecciones, dos asuntos se revelaban cruciales para mover el voto: la pobreza y la violencia. A decir de los resultados, ha ganado el primero. El partido en el Gobierno ha recibido tan enorme respaldo que las proclamas de la oposici¨®n, centradas en la inseguridad, se han difuminado. Si alguna de las pol¨ªticas de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador merece un cero, esa ha sido la lucha contra la violencia, que no ha reducido las cifras como para que el cambio sea siquiera perceptible. ¡°Cada persona tiene un solo voto, y hay que castigar, premiar o evaluar. La violencia es cercana, pero tambi¨¦n lejana y en este pa¨ªs ha habido una transformaci¨®n prometida a nivel social. Creo que la gente vive mejor, que se han reivindicado su dignidad y sus opiniones y eso es algo que se siente de inmediato en el contexto personal y familiar, de modo que los ciudadanos piensan: a m¨ª lo que me incumbe es la econom¨ªa¡±, sostiene la presidenta de la Organizaci¨®n Comunitaria por la Paz (Ocupa), Paola Zavala Saeb.

Esta especialista percibe un cambio de prioridades en M¨¦xico, que hace unas d¨¦cadas se centraban en la democracia, despu¨¦s de 70 a?os de priismo, desgaste institucional y corrupci¨®n rampante. La sociedad civil organizada miraba hacia entidades como el INE, el Instituto de Transparencia y otros ¡°que empujaban una lucha donde se encontraba la mayor¨ªa. Ahora, m¨¢s que todo eso y que la propia violencia, lo que prima es el anticlasismo, el antirracismo y la equidad social¡±, opina Zavala Saeb. En todo caso, sostiene, ¡°el nuevo gobierno ya tiene un sexenio anterior, no podr¨¢ repartir responsabilidades m¨¢s atr¨¢s. El referente ahora ser¨¢n ellos mismos, Morena, para reducir las horas de la jornada laboral, implantar un nuevo sistema judicial o combatir la violencia. Los tomatazos, si los hay, ser¨¢n solo suyos¡±, advierte.

¡°Quiz¨¢ hay una forma de fatalismo frente a la violencia en M¨¦xico, quiz¨¢ la ciudadan¨ªa percibe que nadie lo podr¨¢ solucionar¡±, a?ade Le Cour, ¡°un cansancio con din¨¢micas violentas instaladas en el pa¨ªs que les lleva a pensar en otras cosas al emitir su voto, notan una mayor justicia social y apoyan masivamente al Gobierno por lo econ¨®mico, pero no hay por qu¨¦ menospreciar lo econ¨®mico para sentir tambi¨¦n la importancia de la inseguridad¡±, advierte el experto.

Para Le Cour, el asunto de la violencia en las campa?as, aunque tambi¨¦n parece adormecer a la poblaci¨®n, es algo que hay que observar con otra temporalidad. No es solo los candidatos que matan en ese periodo, ¡°hay que poner atenci¨®n despu¨¦s de los comicios. Nada garantiza que quien ha ganado no pierda la vida d¨ªas despu¨¦s, o a?os despu¨¦s. O incluso quien perdi¨® en las urnas, o el que abandon¨® definitivamente la pol¨ªtica. Ha quedado demostrado que la protecci¨®n est¨¢ fallando y que la vulnerabilidad de estas figuras persiste en el tiempo¡±, afirma.

Aunque la poblaci¨®n haga o¨ªdos sordos a la violencia y eso apenas impacte el resultado electoral, alguien tendr¨¢ que poner fin a la terrible estad¨ªstica mexicana, porque, como se?ala Ra¨²l Ben¨ªtez Manaut, investigador de la UNAM, ¡°las campa?as son solo una coyuntura, algo que responde a la lucha por el poder¡±, pero la violencia persiste despu¨¦s, inmutable, ¡°porque los delincuentes no encuentran un incentivo para frenar sus acciones. No tienen miedo al Gobierno, en el que no ven una estrategia definida, y siguen su l¨®gica de siempre¡±. Ben¨ªtez Manaut es pesimista respecto al pr¨®ximo sexenio, habida cuenta de la continuidad que promete con el anterior. ¡°Creo que lo policiaco y lo militar, que ahora est¨¢n peleados por el control de la Guardia Nacional, seguir¨¢ siendo lo mismo. No es un tema, parece que solo se habla de la reforma judicial¡±, afirma.

De la inseguridad no solo dependen las vidas humanas, tambi¨¦n el progreso, como se ha recalcado en esta campa?a. Los inversores extranjeros necesitan tanto las garant¨ªas laborales como un territorio seguro en el que implantar sus empresas. Como en un c¨ªrculo, lo econ¨®mico se une aqu¨ª a la seguridad, de modo que no puede soslayarse lo uno sin vulnerar lo otro. Con la reforma judicial se ha hecho mucho hincapi¨¦ en convencer a los mercados de que ciertas reglas del juego no cambiar¨¢n, pero la violencia sigue poniendo el tablero patas arriba. No bastar¨¢ con decir, como ha hecho el gobernador de Michoac¨¢n, Alfredo Ram¨ªrez, respecto al par¨®n aguacatero, que los inspectores estadounidenses no corrieron ning¨²n riesgo, que solo fue un bloqueo carretero en el que se vieron implicados sin que su actividad como inspectores sanitarios de la fruta tuviera algo que ver. Se necesitar¨¢n argumentos m¨¢s poderosos para convencer a los inversores de apostar su dinero en un territorio atravesado por las balas.

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