Verde

De lejos, el planeta que llamamos Tierra es azul con brochazos blancos; quiz¨¢ por eso una futura generaci¨®n ha poblar una esfera llamada Agua, pero de cerca ¡ªal volverse ¨ªntima la mirada¡ª este globo es verde. Le quedan a¨²n grandes sombras de todos los verdes en sus bosques y selvas, en grandes mantos de hierbas y hiedras¡­ e incluso, en los mares de arena que son desiertos en las c¨²pulas de hielo blanco no pierde un ¨¢pice de verde la esperanza de que todo esto ha de pervivir por miles de a?os m¨¢s, allende las pandemias y tanto dolor que le hemos impreso.

Verde que te quiero verde canta el poeta desde una rama sin tiempo, como quien cuelga un pu?o de laurel en una mano que se alarga en medio de una multitud con un pa?uelo verde y llorar de alegr¨ªa. De lejos, imagino que hoy camino por Suipacha o desfilo invisible por Santa Fe o Rivadavia, de lejos nadie me ve a pocos metros de una casa ros¨¢cea o en los linderos de un parque japon¨¦s¡­ camino en verde por Buenos Aires, de lejos pero profundamente emocionado por un esp¨ªritu ajeno.

Me explico: no hay hombre que entienda de veras lo que vive una mujer. Podemos pensar iguales o coincidir en algo y todo, pero la ejemplar lucha y af¨¢n de toda mujer ha de ser siempre enigma. De lejos, uno en silencio mi reclamo por todos los abusos y los siglos de violencia verbal, f¨ªsica e impl¨ªcita, por las generaciones largas que han encasillado la belleza como sin¨®nimo de callarse, la gracia como gui?o y tanta banalidad que apenas ahora parece reconocer la urgencia no s¨®lo de la igualdad de oportunidades y sueldos¡­ sino todo eso que vuela hoy en un pa?o verde por Buenos Aires para contagio de todo paisaje. Que su lucha es su lucha y yo s¨®lo vago de lejos, pero no quiero dejar este p¨¢rrafo sin honrar a las millones de muertas, a las miles de maltratadas de todos los d¨ªas, a las 10 mujeres por d¨ªa que se esfuman de este planeta desde M¨¦xico en un s¨®rdido silencio de negligencia no s¨®lo legal sino social y un oprobioso ninguneo desde la tarima endeble de una superioridad impostada.

Verde se pinta de nuevo un p¨¢rrafo largo que ha de garantizar no un aumento en la negaci¨®n de la vida (como afirman sin sustento los agoreros de la sinraz¨®n) sino en una garant¨ªa de vida para millones de muertas en potencia, denunciadas y encarceladas, condenadas a mazmorras morales, expuestas a toda vejaci¨®n y escarnio. Vida verde para la verdadera due?a de su propio cuerpo y sus frutos, verde la mano abierta que se aleja de sangre y verde amanecer en medio de tanta negra sombra que parece cambiarle el tono al planeta cada vez que los ismos intentan segregar, apartar o condenar la libre voluntad del Otro, la Otra. Verdes alas a quienes hoy lloran de orgullo ganado a pulso, verde verso y verde verdad. Verde Vida.