El coraz¨®n del racismo en M¨¦xico: carta al PAN
Parte de la clase gobernante, como la candidata a diputada Mar¨ªa Elena P¨¦rez Zerme?o, no entiende ni se da cuenta cuando est¨¢ siendo racista y clasista
A la dirigencia del Partido Acci¨®n Nacional (PAN):
Cada vez es m¨¢s raro encontrar a personas que se atrevan a emitir declaraciones abiertamente racistas y sin tapujos. Quienes las hacen, usan foros privados, grupos afines o fraseos velados. Se cuidan de no ser percibidos como tales. No as¨ª su candidata a diputada federal suplente, Mar¨ªa Elena P¨¦rez Zerme?o, quien hace unos d¨ªas tuvo a bien referirse a m¨ª p¨²blicamente diciendo: ¡°Desperdicio de recursos en Harvard con la colaboracionista R¨ªos. La Viri siempre responder¨¢ a su origen, ni los filtros que utiliza la disimulan. La mona, aunque se vista de seda, mona se queda¡±.
El racismo del mensaje es tan pr¨ªstino que resulta extraordinario. La candidata no parece creer que valga la pena invertir recursos p¨²blicos en la educaci¨®n de alguien con mi origen y tono de piel. Y se jacta de que yo siempre ser¨¦ un ser inferior (un simio) por ser m¨¢s morena de lo que, seg¨²n ella, me veo. Ella sabe que yo crec¨ª en un vecindario pobre de la Ciudad de M¨¦xico, que soy morena y que, con apoyo de becas, estudi¨¦ en el extranjero. Sabe que hoy soy columnista de EL PA?S. Y todo eso le parece una afrenta.
Pero no escribo esta carta al PAN, por esto, sino por algo a¨²n m¨¢s grave. Porque cuando P¨¦rez Zerme?o se vio acorralada por organizaciones antirracistas, periodistas y l¨ªderes de opini¨®n que la criticaron, reaccion¨® indolente, ofreciendo una disculpa ¡°si mi tuit se entendi¨® as¨ª¡±. Y eso, PAN, es el coraz¨®n del problema: su candidata no entiende cuando est¨¢ siendo racista y clasista. No se da cuenta. Por el contrario, cree que nosotros, el resto, as¨ª la malinterpretamos. Malamente. Y peor a¨²n, como me lo hizo saber posteriormente, cree que al condenar el racismo nos victimizamos, inventando agravios que, supongo, ella en su privilegio, considera inexistentes.
El coraz¨®n del racismo en M¨¦xico es eso que vemos retratado en P¨¦rez Zerme?o. Una clase gobernante y educada que cree que el ¡°racismo¡± es solo eso que se ve en las pel¨ªculas extranjeras, la esclavitud y la segregaci¨®n racial hacia los afroamericanos. Y que no se da cuenta de que en nuestro pa¨ªs el racismo es, en realidad, eso que ella hace y dice.
El racismo mexicano es condenar a las personas a quedarse en el estrato social en el que nacieron porque no importa cu¨¢nto trabajen, qu¨¦ hagan o qu¨¦ digan, siempre se ver¨¢ en su piel de d¨®nde vienen. Es pensar que el moreno, ¡°moreno¡± se queda. Y deleitarse en ello. Ese racismo ha triunfado en M¨¦xico de la mano de partidos pol¨ªticos, gobernantes y de la industria del entretenimiento que lo han normalizado.
El resultado es un M¨¦xico de castas donde las personas de tonos de piel caf¨¦ obscuro ganan en promedio un 53% menos que las personas de tonos m¨¢s blancos, aun si tienen la misma educaci¨®n y el mismo nivel cognitivo. Y por eso mismo, los mexicanos con piel blanca tienen una probabilidad del 25% m¨¢s de pertenecer a los estratos medios altos de ingreso que las personas de piel morena obscura con el mismo nivel educativo.
El racismo mexicano es, adem¨¢s, profundamente mis¨®gino. No es fortuito que el refr¨¢n mexicano que P¨¦rez Zerme?o cita para referirse a mi tono de piel sea femenino, es decir que hable de ¡°la mona¡± y no de ¡°el mono¡± en gen¨¦rico. El refr¨¢n es femenino porque refleja el hecho de que la movilidad social en M¨¦xico es penada para los morenos, pero nunca tanto como para las morenas. Por eso, las mujeres de tonos de piel m¨¢s obscura son m¨¢s pobres que los hombres del mismo tono de piel. Nacer mujer y con este tono de piel en M¨¦xico reduce en 60% la probabilidad de llegar a tener niveles altos de ingreso.
Se?or Marko Cort¨¦s, presidente del PAN, el racismo no es un agravio inventado y sus candidatos deber¨ªan saberlo. D¨ªgame, ?le importar¨¢ a su partido hacer algo contra este racismo o seguir¨¢n pretendiendo que les importa y manteniendo sus cuadros pol¨ªticos racistas? ?Dir¨¢ el PAN algo contra esta casta gobernante que no solo se cree superior al resto, sino que piensa que llamar a cuentas a los racistas es una falla de car¨¢cter?
Se?ora Teresa Jim¨¦nez, alcaldesa de Aguascalientes, usted acept¨® como su compa?era de f¨®rmula a P¨¦rez Zerme?o para ser diputada federal. D¨ªgame ?C¨®mo se atrever¨¢ a pedirle el voto al 88% de la poblaci¨®n mexicana que es morena, si su suplente aparentemente piensa que, quienes lo son, son simios? Y peor a¨²n si parece justificar que haya baja movilidad social para las personas morenas, porque si nacieron simios, no importa lo que hagan, se quedar¨¢n as¨ª.
Diputados y senadores panistas, el racismo no se termina viendo a hacia el otro lado como el PAN ha decidido hacer ante este incidente. Se termina tomando medidas concretas para evitar que haya racistas infraganti pretendiendo representar a ciudadanos. Le llamo ¡°infraganti¡± a este racismo porque yo s¨ª le creo a P¨¦rez Zerme?o: la candidata no se dio cuenta de su racismo. Se le sali¨®. Ella se comporta as¨ª sin darse cuenta. Quiz¨¢ en sus c¨ªrculos sociales es normal decir estas cosas. La se?ora no sabe que es racista. Y el que no sepa la hace a¨²n menos adecuada para gobernar. No se da cuenta de que odia cualquier m¨¦rito que no sea heredado o gen¨¦tico. Que le molestan los morenos y la gente que viene de abajo. Le incomoda que yo, una morena, piense distinto a ella y se los diga vi¨¦ndola a los ojos.
Varios altos miembros del PAN me contactaron en privado al ver las ofensas de la candidata para mostrar su solidaridad y decirme que ella no representaba al partido. Lamentablemente no es as¨ª. Ella no solo representa al PAN, sino que es una joya del partido. Tiene el cargo de suplente del primer lugar de la lista de representaci¨®n proporcional de la circunscripci¨®n m¨¢s panista de todo M¨¦xico. Parece incre¨ªble, pero ella es lo mejor que el PAN tiene en esta elecci¨®n para ofrecerle a sus electores m¨¢s leales.
Siento una profunda tristeza. Debo confesar que, reflexionando sobre todo esto, me doy cuenta de mi gran privilegio. Como columnista de EL PA?S tengo el espacio, la fuerza y el coraje para poder hablar sin miedo sobre este tema. Mi yo de hace 30 a?os, esa ni?a morena de vecindario pobre, probablemente se habr¨ªa quedado callada. En una de esas, hasta me hubiera cre¨ªdo el cuento ese de que decir algo era de mal gusto porque ¡°me victimizaba¡±.
Cierro diciendo algo que P¨¦rez Zerme?o me escribi¨® y que me parece lo m¨¢s revelador de todo este episodio: la ¨²nica diferencia entre nosotras, dijo, es el origen ideol¨®gico. Y tiene raz¨®n. Su ideolog¨ªa es el racismo y el clasismo, se d¨¦ cuenta o no.
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