El derecho al aborto en M¨¦xico: una victoria progresista
La sentencia de la Suprema Corte supone una victoria no solo para los colectivos feministas que durante d¨¦cadas han luchado por el reconocimiento del derecho al aborto, sino para toda una sociedad que desde hoy puede presumir de ser m¨¢s justa
La Suprema Corte de Justicia de M¨¦xico ha tomado una decisi¨®n hist¨®rica y necesaria al despenalizar el aborto. La sentencia supone una victoria no solo para los colectivos feministas que durante d¨¦cadas han luchado a brazo partido por el reconocimiento de este derecho b¨¢sico, sino para toda una sociedad que desde hoy puede presumir de ser m¨¢s justa. A diferencia de la involuci¨®n que ha sufrido Texas y de las aberrantes legislaciones de Nicaragua u Honduras, M¨¦xico ha elegido una senda que ha de servir de gu¨ªa a otros pa¨ªses de Am¨¦rica.
Los argumentos aportados por los ministros en su fallo, aprobado por unanimidad, reflejan el alcance de la medida. Junto al derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, los jueces reconocen la obligaci¨®n del Estado a garantizar el aborto como parte de la sanidad p¨²blica y la necesidad de acabar con la criminalizaci¨®n y persecuci¨®n de quienes optan por interrumpir el embarazo. Una amenaza que, como ha se?alado el propio presidente de la Suprema Corte, Arturo Zald¨ªvar, recae casi siempre sobre las mujeres m¨¢s pobres y marginadas. No son palabras menores en un pa¨ªs donde cada a?o se practican casi un mill¨®n de abortos clandestinos, un tercio de los cuales derivan en complicaciones que requieren atenci¨®n m¨¦dica urgente.
Alcanzada la victoria judicial, ahora le llega el turno al Congreso de aprobar las leyes que le den cobertura plena y derriben las barreras estatales que a¨²n queden (la sentencia tiene efecto inmediato en Coahuila, origen del caso, y en el resto de estados es un precedente obligatorio para todos los poderes judiciales). En otras decisiones, como fue el fallo sobre el uso recreacional de la marihuana, el Parlamento prefiri¨® mirar hacia otro lado y puso el asunto en el congelador. Es de esperar que el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y su grupo parlamentario no incurran en semejante desatino y movilicen todas sus fuerzas. Dejar la sentencia sin desarrollo legislativo ser¨ªa un flaco favor a sus ciudadanos y a la Constituci¨®n. Aunque hay territorios, con la Ciudad de M¨¦xico a la cabeza, donde el aborto es legal, todav¨ªa quedan ampl¨ªas zonas en las que imperan los horrores de la clandestinidad.
Poner fin a esta inadmisible sangr¨ªa, reconocer la responsabilidad del Estado y solidificar el derecho a decidir sobre el propio cuerpo son triunfos de un M¨¦xico progresista. Un pa¨ªs en el que, m¨¢s all¨¢ de los prejuicios, late una sociedad solidaria y moderna, con una Suprema Corte que ha demostrado estar a su altura. Toca que el Gobierno y los congresistas tambi¨¦n lo est¨¦n. El da?o de no lograrlo ser¨ªa demasiado alto.
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