Amtoop, ?Qui¨¦n dise?ar¨¢ las pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas en M¨¦xico?
El ¡®ling¨¹icidio¡¯ de las lenguas ind¨ªgenas es producto de una detallada estrategia estatal, es producto de algo que se conoce como pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas
El idioma o los idiomas que hemos adquirido nos atraviesan y constituyen: so?amos en uno o varios idiomas. El continuo tren de pensamientos que a veces arrolla nuestro esp¨ªritu bajo sus pesadas ruedas corre a trav¨¦s del lenguaje; nuestras interacciones todas, sea con lenguas orales o sea mediante lengua de se?as, est¨¢n empapadas de lenguaje. Rega?amos a nuestra mascota en una lengua, hacemos declaraciones de amor y deseo en una lengua, pronunciamos discursos en tribunas, narramos un partido de f¨²tbol, bautizamos a las personas, escribimos sesudas tesis, describimos los ingredientes de un champ¨² o armamos memes para re¨ªr, todo, todo ello est¨¢ atravesado y mojado por oc¨¦anos de idiomas. Pocas actividades humanas se desarrollan fuera de la esfera de lo ling¨¹¨ªstico. Es por esta raz¨®n que el activista mapuche Victor Naquill afirma que la lengua, m¨¢s que un fen¨®meno cultural, es un fen¨®meno societal. Pocas cosas escapan a lo ling¨¹¨ªstico en nuestra vida individual y colectiva.
La lengua que habitamos, este elemento tan fundamental, tan invisible ya por cotidiano, de nuestra existencia humana se halla lejos de nuestro estricto control. Para que el d¨ªa de hoy yo est¨¦ escribiendo estas l¨ªneas en castellano y ustedes puedan leerme en la misma lengua debieron haber sucedido un sinn¨²mero de acontecimientos hist¨®ricos, de fen¨®menos sociales y de sistemas, como el colonialismo, ocurriendo. Por esta raz¨®n, algo tan cotidiano como vivir en una o m¨¢s lenguas se convierte en un fen¨®meno profundamente pol¨ªtico. El hecho de que el 70% de la poblaci¨®n de este territorio hablara una de las muchas lenguas ind¨ªgenas en 1820 y hoy seamos el 6.1% no ha sido resultado de un cambio natural, m¨¢s bien ha sido producto de un proceso planificado que ha implicado una serie de violencias bien documentadas contra la mente y el cuerpo de muchas personas pertenecientes a pueblos ind¨ªgenas, en gran medida, poblaci¨®n infantil.
En otras palabras, el ling¨¹icidio de las lenguas ind¨ªgenas es producto de una detallada estrategia estatal, es producto de algo que se conoce como pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas. Sobre todo, despu¨¦s de la tercera transformaci¨®n de la vida p¨²blica del pa¨ªs, como le llama Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador a la Revoluci¨®n Mexicana, la pol¨ªtica estatal sobre la diversidad ling¨¹¨ªstica en estos territorios fue clara y contundente, hab¨ªa que eliminar el uso de las lenguas ind¨ªgenas. A pesar de varias voces en contra, y sobre todo desde el sistema escolar, el estado implement¨® una serie de medidas para combatir la diversidad ling¨¹¨ªstica que hasta hoy en d¨ªa sigue dando sus frutos: la p¨¦rdida de hablantes de lenguas ind¨ªgenas no cesa. Desde distintos lugares y momentos hubo resistencias al proyecto castellanizador, pero, con el levantamiento del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional en 1994 y el proceso que llev¨® a la firma de los Acuerdos de San Andr¨¦s, muchos anhelos que ten¨ªan que ver con la resistencia ling¨¹¨ªstica se conectaron. Derivado de ello y por presi¨®n de una buena parte del movimiento ind¨ªgena, en 2003 se cre¨® la Ley General de los Derechos Ling¨¹¨ªsticos de los Pueblos Ind¨ªgenas de M¨¦xico que, como el ling¨¹ista Michael Swanton ha apuntado, fue trabajado y concebido por escritores y activistas que proven¨ªan de diferentes pueblos ind¨ªgenas. Esta ley contempla la creaci¨®n del Instituto Nacional de Lenguas Ind¨ªgenas (INALI) que se concret¨® en 2005. Su creaci¨®n no fue una d¨¢diva del estado y supuso para muchas personas la esperanza de que ahora s¨ª, el estado mexicano dar¨ªa un vuelco a las pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas que hab¨ªa implementado hasta ese momento y que la diversidad ling¨¹¨ªstica tendr¨ªa una oportunidad. Lamentablemente, el funcionamiento del INALI ha estado muy, muy lejos de lo que se necesita, pero a¨²n con ello ha habido varios aciertos que se han visto disminuidos por el gran recorte de presupuesto que sufri¨® en este sexenio.
Tal vez esto era el anuncio de la intenci¨®n de la actual administraci¨®n de desaparecerlo o, como ellos dicen, de fusionarlo con el Instituto Nacional de los Pueblos Ind¨ªgenas (INPI). La situaci¨®n de las lenguas ind¨ªgenas en la actualidad es m¨¢s que preocupante, desesperante ser¨ªa tal vez mejor palabra y con esta acci¨®n, el gobierno deja claro que no es ni de lejos algo que le parezca importante ni crea urgente. La Ley General de Derechos Ling¨¹¨ªsticos de los Pueblos Ind¨ªgenas de M¨¦xico es muy potente, pero hacen falta los mecanismos necesarios para hacerla cumplir. Si la lengua se halla en todas partes, entonces todo el aparato estatal debe cambiar sus usos y costumbres ling¨¹¨ªsticos; como dice el ling¨¹ista Michel Launey el estado se empe?a en comportarse neciamente como un ente monoling¨¹e en una sociedad que no lo es, en una sociedad multiling¨¹e.
No es que el estado solo est¨¦ dejando que las lenguas se extingan, es que es un agente activo contra su existencia y una de las funciones principales del INALI habr¨ªa sido que esa inercia ling¨¹icida parara. Para lograrlo, habr¨ªa que hacer transversal una perspectiva multiling¨¹e a toda la administraci¨®n estatal, a todas las instituciones del estado. Si hubiera voluntad de cambiar de rumbo en cuanto a la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica se refiere se garantizar¨ªa que ahora s¨ª todas las escuelas en nuestros territorios (al menos las del nivel preescolar y primaria para comenzar) tuvieran una planta docente que hablara nuestras lenguas y las usaran como lengua de instrucci¨®n, habr¨ªa materiales did¨¢cticos ling¨¹¨ªsticamente adecuados, habr¨ªa capacitaciones necesarias para revitalizaci¨®n y fortalecimiento ling¨¹¨ªstico; todos los hospitales en nuestros territorios contar¨ªan con personal o int¨¦rpretes adecuados, se impulsar¨ªan editoriales por cada lengua ind¨ªgena, ser¨ªa un requisito que todas las personas y funcionarios que el estado env¨ªe a nuestros territorios hablaran o aprendieran la lengua del lugar en cierto plazo, se fortalecer¨ªan y garantizar¨ªan redes de int¨¦rpretes para el sistema judicial, se impulsar¨ªan creaciones audiovisuales en nuestras lenguas y, antes que todo, las personas que toman las decisiones en estos asuntos, se capacitar¨ªan en estos temas para poder hacer planificaci¨®n ling¨¹¨ªstica de corpus, de estatus y de adquisici¨®n, porque hay una gran ignorancia en el tema en las altas esferas de la administraci¨®n p¨²blica, hay que decirlo.
Pero no, podemos decir sin sorpresa que hacia all¨¢ no parece ir la Cuarta Transformaci¨®n, parece que la inercia de la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica no se transformar¨¢. La desaparici¨®n del INALI es elocuente: no es que se deje de hacer pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica, es que seguir¨¢ siendo la misma, esa misma pol¨ªtica que durante d¨¦cadas ha condenado a los hablantes de lenguas ind¨ªgenas a la violencia cotidiana que sufren como castigo por negarse a dejar de hablar las lenguas con las que piensan y comunican el mundo. La Asamblea General de las Naciones Unidas declar¨® que este a?o 2022 comienza el Decenio de las Lenguas Ind¨ªgenas; como acto preparatorio, el a?o anterior el gobierno de M¨¦xico y la UNESCO presentaron la Declaraci¨®n de Los Pinos (Chapoltepek), un documento que estableci¨® los principios rectores para el desarrollo del decenio. Pero parece que el entusiasmo por el tema ha quedado en el papel, en los discursos y en las fotos. ?Qui¨¦n dise?ar¨¢ las pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas en M¨¦xico? Parece que ni hace falta dise?arlas, basta decir que se aprecia la diversidad de lenguas para poder, en los hechos, continuar con el proyecto ling¨¹icida de siempre. No es que sea sorpresa, ha habido suficientes elementos para darnos cuenta de que la lucha por la vitalidad de las lenguas y los derechos de sus hablantes no ser¨¢ encabezada por el estado, todo lo contrario, el estado ha sido y sigue siendo el principal violador de los derechos ling¨¹¨ªsticos de la poblaci¨®n ind¨ªgena. El verdugo no es nuestro salvador. Lo que sorprende es que la desaparici¨®n del INALI, disfrazada de fusi¨®n, no haya causado la indignaci¨®n que habr¨ªa estallado en el sexenio anterior si lo hubieran intentado, esto se explica porque una buena parte del movimiento ind¨ªgena ha sido cooptado y, por lo tanto, desmovilizado por la izquierda partidista. La resistencia ling¨¹¨ªstica est¨¢, por lo tanto, en otra parte.
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