La brava lidia de la edici¨®n independiente en M¨¦xico
El artificio de la independencia de las editoriales siempre requerir¨¢ habilidad: mantener la voz creativa fuera de los mandatos mercantiles e ideol¨®gicos
Por d¨¦cadas el car¨¢cter independiente de la cultura mexicana ha sido un artificio, la edici¨®n incluida. Un consecuente que a nadie sorprende. Y que, si lo extendi¨¦ramos al silogismo, se sostendr¨ªa por la premisa evidente: la mayor¨ªa de las editoriales o sellos que no pertenecen conglomerados trasnacionales, o no todav¨ªa, dependen de financiamientos del Estado, embajadas, universidades o institutos para solventar parte de los costos de producci¨®n. El procedimiento ¡ªsi se disocia de la artima?a y se comprende como la potencia de crear¡ª no es enga?oso, m¨¢s s¨ª avisado e imperativo, pues responde a una mera supervivencia. Como el toro en plena lidia, las editoriales peque?as y medianas, por disposici¨®n natural o por la experiencia adquirida, se mueven de derecha a izquierda, de atr¨¢s hacia adelante, en la plaza de los mercados internacionales con cautela, con estrategia, al mismo tiempo que con temeridad. Publicar de manera independiente en este pa¨ªs es, pues, una acci¨®n heroica.
La oferta de bienes y servicios culturales de M¨¦xico es una de las mayores a nivel mundial. Por igual lo es la demanda potencial con los 121 millones de hablantes de espa?ol y su posici¨®n geogr¨¢fica que lo vuelve un enclave entre Am¨¦rica del Sur, el Caribe y Estados Unidos y Canad¨¢. Como describe M¨¦xico: realidad y oportunidades para el sector editorial y del libro en espa?ol, publicado por el Centro Cultural de Espa?a, nuestro pa¨ªs es el principal exportador de editoriales espa?olas en Am¨¦rica Latina. Adem¨¢s, la administraci¨®n p¨²blica, por un lado, con la Conaliteg a cargo de la edici¨®n, producci¨®n, distribuci¨®n y compra de 195 millones de libros de texto al a?o para los programas de preescolar, primaria y telesecundaria y, por otro, con el Fondo de Cultura Econ¨®mica y los reci¨¦n adheridos, bajo la pol¨ªtica cultural expansiva de Taibo II, Educal y DGP, tiene un rol colosal e, incluso, invasivo. Ambos sectores, el privado de las trasatl¨¢nticas y el del Estado inundan el mercado y, parad¨®jicamente, en esta pl¨¦tora, las llamadas ¡°independientes¡± apenas y tienen cabida.
Si bien, ya sea por desinter¨¦s en el engorde del sector o por los tibios embates de las pol¨ªticas p¨²blicas y sus funcionarios que son como abantos, sin aplomo, el mercado de los libros ya ha sufrido m¨¢s banderillazos que las que cualquier toro bravo pueda soportar, a partir del 2010 el n¨²mero de editoriales independientes en el pa¨ªs se increment¨®, como afirma el Estudio del sector editorial en M¨¦xico de julio del 2020 que elabor¨® la Oficina Comercial de Chile en Guadalajara. Y, con valent¨ªa, para abonar a la bien llamada bibliodiversidad ¡ªt¨¦rmino acu?ado por el colectivo Editoriales Independientes de Chile a finales de los noventa¡ª vio nacer nuevos sellos y cat¨¢logos, m¨¢s all¨¢ de la ya conspicua tr¨ªada Era, Sexto Piso y Almad¨ªa, por mencionar solo algunos: Ant¨ªlope, Canta Mares, Cuadrivio, Ediciones del Ermita?o, Elefanta, Grano de Sal, Para¨ªso Perdido, Sur + y las artesanales con tradici¨®n tipogr¨¢fica: Taller Ditoria, reci¨¦n desaparecida, Impronta Casa Editora y AUIEO Ediciones.
Con un sector malherido, unas pr¨¢cticas lectoras apenas existentes ¡ªun adulto apenas lee dos libros por a?o¡ª y la escasez de librer¨ªas en las zonas m¨¢s alejadas y desfavorecidas ¡ªla media es un punto de venta por cada 45.000 personas¡ª, las editoriales independientes mexicanas, que conforman un 80% del mercado, de ninguna forma pueden depender solo de sus ventas. M¨¢s a¨²n si su producci¨®n se compara con una transnacional que publica cerca de 1.500 libros al a?o, mientras que una peque?a entre 10 y 30 t¨ªtulos si tiene ¨¦xito. Con este escenario, la dependencia para salvaguardar la independencia es esencial, por contradictorio que parezca. Por desgracia, a nivel Estado, los programas de apoyo y est¨ªmulos, en pro de la pol¨ªtica de austeridad implementada, se ven cada vez m¨¢s reducidos. El Fonca, a riesgo de desaparecer por decreto presidencial con la extinci¨®n de los fideicomisos p¨²blicos, sobrevivi¨®, pero se incorpor¨® a la Secretar¨ªa de Cultura en 2020. Una adhesi¨®n que sujet¨® su programa de Fomento a proyectos y coinversiones culturales al presupuesto y a los intereses de la propia Secretar¨ªa. Por igual, la Estrategia de Fomento a la Lectura, que lejos de crear lectores se apoya en la gratuidad y atiza la competencia desleal entre el Estado y las independientes, ha demostrado ser fallida.
As¨ª, el artificio de la independencia de las editoriales siempre requerir¨¢ habilidad: mantener la voz creativa fuera de los mandatos mercantiles e ideol¨®gicos, a pesar de la necesidad de financiamiento. Como un animal de lidia que, est¨¢ contenido en un ruedo, m¨¢s nunca ser¨¢ domesticado ni sometido. Tal vez por esa f¨¦rrea rebeld¨ªa, en el fondo haya, como afirm¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Epinasa, fundador de la ya extinta, Ediciones Sin Nombre, ¡°una necesidad pol¨ªtica de que el libro independiente desaparezca¡±, de enviarlo al matadero. Olvidan, sin embargo, que m¨¢s que perdonarles la vida, las editoriales independientes son toros de bravura a los que habr¨ªa que rendir homenaje.
Adriana Romero-Nieto es narradora, articulista, traductora literaria del franc¨¦s e ingl¨¦s al espa?ol y editora socia de AUIEO ediciones.
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