Las incautaciones al narco terminan pagando el programa de libros gratuitos en M¨¦xico
El Fondo de Cultura Econ¨®mica lanza la colecci¨®n de libros ¡®21 para el 21¡ä, con un tiraje de m¨¢s de dos millones de ejemplares. ¡°Lo que era la casa de un narco en Acapulco se volvi¨® un pedazo de un libro¡±, dice Paco Ignacio Taibo II
Una veintena de ni?os que trabajan en el mercado ambulante de Santo Domingo, al sur de Ciudad de M¨¦xico, se acercan entusiasmados para abrazar a Elena Cort¨¦s, de 56 a?os, soci¨®loga y promotora de la lectura para poblaciones vulnerables desde hace 25 a?os. Cort¨¦s, gel en mano y cubrebocas quir¨²rgico, sufre por no poder regresarles el gesto tras meses de no verlos. A cambio, su sala de lectura itinerante Cuentos tendidos al sol llega al camell¨®n que colinda con el tianguis con nuevos libros: la colecci¨®n 21 para el 21.
¡°Es la iniciativa m¨¢s grande de distribuci¨®n de libros gratuitos en Latinoam¨¦rica¡±, presume Paco Ignacio Taibo II (Gij¨®n, 1949), en conversaci¨®n con EL PA?S. El director del Fondo de Cultura Econ¨®mica (FCE) ¡ª la mayor casa editorial p¨²blica en espa?ol, con m¨¢s de 80 a?os de historia, 28 librer¨ªas en M¨¦xico y presencia en EE UU, Espa?a y ocho pa¨ªses latinoamericanos ¡ª dice que se trata de una ¡°operaci¨®n de regalo de libros masiva¡±: m¨¢s de dos millones de ejemplares repartidos a lo largo y ancho del pa¨ªs; tambi¨¦n en las embajadas de M¨¦xico en el mundo.
¡°Se podr¨ªa comparar con el vasconcelismo o el cardenismo en M¨¦xico, o cuando los venezolanos entregaron 2,5 millones de los ejemplares de Los Miserables. Existen experiencias sueltas a lo largo de la historia, pero no una de este tama?o¡±, ostenta el tambi¨¦n escritor. La colecci¨®n re¨²ne 21 t¨ªtulos de 100.000 ejemplares cada uno de destacados escritores mexicanos como Rosario Castellanos, Bal¨²n Canan; Octavio Paz, El laberinto de la soledad; Elena Poniatowska, Paseo de la Reforma; Mariano Azuela, Los de Abajo; Carlos Monsiv¨¢is, Apocalipstick o Josefina Vicens, El libro vac¨ªo; por mencionar algunos. Una selecci¨®n de libros posteriores a la Independencia y hasta mediados del siglo XX. ¡°Un libro de cr¨®nica; una novela que despierte furor en la lectura; ¨ªbamos creando contrapesos y as¨ª se hizo la lista final de 21¡å, explica el director del FCE.
La idea de ¡°hacer un regalo de libros masivo¡± surge de una conversaci¨®n entre Taibo II y el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, en el marco de las conmemoraciones del Gobierno de M¨¦xico por los 700 a?os de la fundaci¨®n de Tenochtitlan y los 200 de la consumaci¨®n de la Independencia. Buscaban ofrecer un ¡°abanico de opciones¡±, una colecci¨®n abierta capaz de encontrar a lectores con nombre y apellido. El pago de los derechos de autor, la impresi¨®n y la distribuci¨®n fue financiada con recursos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP), un organismo de la Secretar¨ªa de Hacienda que tiene facultades para confiscar y enajenar bienes adquiridos il¨ªcitamente. ¡°Andr¨¦s [Manuel L¨®pez Obrador] consigui¨® el dinero a trav¨¦s del Instituto, de tal manera que, lo que era la casa de un narco en Acapulco, se volvi¨® en un pedazo de un libro: 45 millones de pesos puso la instituci¨®n. Con eso hicimos un c¨¢lculo y llegamos a la cifra de 2,1 millones de libros¡±, cuenta Paco Ignacio Taibo II a este diario.
Felices con la colecci¨®n #21Parael21 del @FCEMexico como parte de la Estrategia Nacional de Lectura.
— Magda Rivera (@solmarea) September 29, 2021
Estos libros son para el disfrute de las familias jornaleras agr¨ªcolas en Miguel Alem¨¢n, Sonora. @ISCsonora @Salasdelectura @Taibo2 @sofiatrejorozco @borderlineason @Celeste4T pic.twitter.com/wSl7Wv00fJ
Dinero en mano, comenzaron las gestiones. Como no hay ning¨²n autor vivo en los t¨ªtulos, habr¨ªa que hablar con los herederos y las editoriales para convencerlos de vender o ceder lo derechos. ¡°Algunas las viv¨ª y me puse de muy buen humor¡±, celebra Taibo II. ¡°Algunos herederos dijeron: ¡®es gratis¡¯. Mi padre hubiera dicho: ¡®ah¨ª van¡¯ y no cobro derechos¡±, dice el director del Fondo evitando mencionar nombres. ¡°Con algunos pagamos una cifra simb¨®lica; en otros, hubo bloqueos, algunos dijeron directamente que no. Pero fueron los menos; tengo que decir que la enorme mayor¨ªa acept¨® con agrado y con voluntad de apoyar una campa?a como esta¡±.
La idea es que estos libros lleguen a comunidades vulnerables, maestros jubilados, universidades rurales, salas de lectura y tambi¨¦n a los cuerpos de seguridad como la Guardia Nacional y el Ej¨¦rcito. ¡°No puedes volantear los libros. No puedes pararte en una esquina y regalarlos. Tienes que encontrar el libro indicado para el lector indicado. Crear una distribuci¨®n fragmentada. Ten¨ªa mucho miedo de que se volviera una colecci¨®n de env¨ªos a bibliotecas, que se va a reposar en la parte de atr¨¢s de un anaquel, quer¨ªamos hacerlo llegar a los lectores. El objetivo es amplio, incluye a estudiantes de una escuela secundaria en la costa veracruzana hasta el desierto en la zona de Zacatecas¡±, explica Taibo II sobre la distribuci¨®n que describe como ¡°una locura¡±, tambi¨¦n como ¡°un fen¨®meno de desparrame horizontal muy complicado¡±.
Eduardo V¨¢zquez M¨¦ndez, de 13 a?os y originario de Motozintla, Chiapas (sur de M¨¦xico) toma de la sala de lectura instalada sobre una banca de concreto Tiempo de ladrones. La historia de Chucho El Roto, el libro en el que Emilio Carballido relata las huidas de la c¨¢rcel, los enredos de amores y otras peripecias de este personaje. Los pap¨¢s de Eduardo son torteros y llegan todos los s¨¢bados a eso de las 6.00 de la ma?ana al mercado para comenzar a trabajar; las jornadas pueden alargarse por m¨¢s de 12 horas. Para Eduardo, esa banquita llena de nuevos t¨ªtulos es un oasis. ¡°Es que aqu¨ª hay muchos ladrones, quer¨ªa saber c¨®mo eran antes¡±, dice poco despu¨¦s de hacer su selecci¨®n.
En todas las librer¨ªas del Fondo de Cultura Econ¨®mica y Educal del pa¨ªs pidieron a los lectores enviar un mensaje de WhatsApp para pasar por su libro a la librer¨ªa m¨¢s cercana a su domicilio. Pero la operaci¨®n m¨¢s provechosa la comandan los mediadores de las salas de lectura, voluntarios que reciben la colecci¨®n y la prestan a sus vecinos, amigos y compa?eros en sitios donde las bibliotecas y librer¨ªas brillan por su ausencia. Cuentos tendidos al sol es solo un ejemplo, pero hay cientos en el pa¨ªs. Alberto Isaac Galaz, de La Pirinola, que atiende a ni?os y j¨®venes de Nogales, Sonora; Mar¨ªa Esthela, de La piedra en el Estanque, trabaja con j¨®venes de una escuela agr¨ªcola pesquera o Tayde Herrera L¨®pez, que usa su casa como biblioteca, en una peque?a comunidad de Chiapa de Corzo, en Chiapas.
La distribuci¨®n de la colecci¨®n comenz¨® en septiembre, en Nezahualc¨®yotl, un municipio del Estado de M¨¦xico con m¨¢s de un mill¨®n de habitantes; los libros se repartieron a los oficiales, que se han convertido en aut¨¦nticos promotores de lectura. Tambi¨¦n ha llegado a Ciudad de M¨¦xico, Puebla, Oaxaca, Tabasco, Campeche, Sonora, Nayarit, Coahuila, Tlaxcala... ¡°Debemos estar al d¨ªa de hoy en 3.000 puntos de reparto. Luego, comenzaremos con una red individualizada. Para el FCE no hay clientes, hay lectores. No es una operaci¨®n mercantil. Es una empresa social¡±, dice Paco Ignacio Taibo II.
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