Qu¨¦ ha sabido hacer Delfina (y qu¨¦ no le han dejado a Del Moral)
El triunfo de la morenista en el Estado de M¨¦xico no tiene una explicaci¨®n ¨²nica y la historia de esta exitosa campa?a debe escribirse de forma poli¨¦drica
Delfina G¨®mez ser¨¢ la pr¨®xima gobernadora del Estado de M¨¦xico por Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Esta maestra de primaria ser¨¢ la mandataria de la entidad m¨¢s poblada del pa¨ªs porque Morena es, en el quinto a?o de L¨®pez Obrador en Palacio Nacional, una marca muy potente. La perdedora de 2017 jurar¨¢ el cargo en 2023 porque su alianza conjur¨® las divisiones internas y apret¨® con fuerza el nudo con sus socios Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde (PVEM). Y estos trabajaron para llevar en andas durante toda la campa?a a una buena candidata, subestimada por la prensa capitalina y la oposici¨®n.
La exsecretaria de Educaci¨®n P¨²blica federal ser¨¢ la primera mujer en gobernar al Estado que fue s¨ªmbolo de los vaporosos rituales priistas porque con decisi¨®n reivindic¨® su estilo popular, su cuna pobre, su trato afable, su habla vern¨¢cula, su distancia del oropel y el lujo.
La exalcaldesa de Texcoco se impuso en el Estado de M¨¦xico porque las denuncias sobre su corrupci¨®n cuando fue la edil le fueron perdonados por quienes prefieren un cambio de ropaje, as¨ª traiga una mancha, a seis a?os m¨¢s con los de los trajes lustrosos, y cuentas en Andorra, de los ¨²ltimos 95 a?os.
A la senadora con licencia le fue requetebi¨¦n en estos comicios, tambi¨¦n, porque su movimiento no distingue entre partido y gobierno, porque desde el presidente de la Rep¨²blica hasta el m¨¢s novel de los funcionarios de administraciones surgidas de Morena, operan para ganar. Y no les vengan con que la ley es la ley.
La candidata de Morena, PVEM y PT gan¨® porque fue disciplinada en sus actos, cauta en los debates, medida en sus entrevistas y fiel al libreto de que seis a?os despu¨¦s se hab¨ªa ganado el derecho a gobernar a sus paisanos, a llevarlos al coto de L¨®pez Obrador.
Y ¨²ltimo, pero no menos importante: ser¨¢ la primera no priista en el palacio de gobierno de Toluca, por todo lo que no hizo el PRI, por esa campa?a sin amor que fue la de Alejandra del Moral, por ese cuento de enredos escrito de principio a fin por el claudicante gobernador Alfredo del Mazo.
El triunfo de G¨®mez no tiene una explicaci¨®n ¨²nica y la historia de esta exitosa campa?a debe escribirse de forma poli¨¦drica. Es de ella y de L¨®pez Obrador. Y viceversa. Es de ella y de la gente harta del PRI. Es de ella y de quienes al no ser destapados se disciplinaron y sumaron. Es de ella y de una campa?a sin errores, sin distracciones, sin pecar, nunca, de confianza. Es de ella y de los rudos operadores del presidente. Es de ella y de quienes se ilusionan con Morena, que son hoy los m¨¢s.
La derrota de Del Moral es tambi¨¦n un asunto coral. Aunque, eso s¨ª, en el ajuste de cuentas al primero que hay que se?alar es al medroso Del Mazo, enemigo n¨²mero uno de cualquier intento de cr¨ªtica al presidente L¨®pez Obrador o a figuras del morenismo.
Pero tambi¨¦n debe ocupar un alto puesto en la factura de esta derrota el l¨ªder del PRI nacional, que convenientemente dej¨® toda la responsabilidad a quien nunca se destac¨® por su arrojo, como es el mandatario mexiquense.
Alejandro Alito Moreno dir¨¢ que as¨ª fue el acuerdo, que le tocaba al gobernador llevar el tim¨®n del barco en esa elecci¨®n estatal, pero de hoy en adelante la biograf¨ªa del campechano incluir¨¢ en un lugar muy prominente que controlaba el PRI al tiempo que este se le deshac¨ªa en las manos.
Del Mazo y Alito perdieron el Estado de M¨¦xico y ninguno asumir¨¢ tama?a responsabilidad. Y no por cantado el rev¨¦s es menos grave. Se escribir¨¢n libros sobre c¨®mo esos dos priistas, entre otros, llevaron a esta ruina a un partido de ¨¦poca.
En lo que resta de su mandato, el primero terminar¨¢ su rol como el mejor cortalistones de los eventos metropolitanos de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum; y el segundo querr¨¢, tan pronto como ma?ana, hablar de las elecciones del 2024: de poner a disposici¨®n el cargo por el fracaso, ni hablar.
En el recuento de los da?os hay que seguir con Del Moral, v¨ªctima de su ambici¨®n. Tanto quiso la candidatura que no entendi¨® que su jefe se la dar¨ªa a condici¨®n de que no fuera competitiva, de que no se aplicara a fondo en contra de Morena, el presidente, la candidata Delfina o las corcholatas.
Era como esperar el milagro de que una marea rosa naciera de la nada. Esas contundentes marchas ciudadanas surgieron de la polarizaci¨®n. Para bien y para mal son producto y respuesta a L¨®pez Obrador. Si Del Moral no polarizaba, no atacaba, ?c¨®mo iba a emocionar a los que no quieren al morenismo?
Del Moral y sus estrategas tambi¨¦n fallaron a la hora de huir de la etiqueta de la corrupci¨®n y del desgaste de la marca PRIAN. Ella minimiz¨® a los partidos, se quiso ciudadanizar, se busc¨® una leyenda de valent¨ªa, pero nunca se le rebel¨® al gobernador, nunca. Afuera notaron que ni en casa se impuso.
Delfina y sus estrategas, por su parte, supieron decirle a la gente que era hora del cambio, que les iba a ir requetebi¨¦n, que los corruptos ya se iban, que el presidente m¨¢s los querr¨ªa, que pod¨ªan sumarse a la nueva ola, que no llegaban tarde a la nueva hegemon¨ªa, sino que con su voto esta se instalar¨ªa.
La campa?a de la maestra dio varias lecciones. Quiz¨¢ la principal es que instalaron muy pronto la leyenda de que eran invencibles, de que sumerg¨ªan a Del Moral en cada encuesta, de que votar a la oposici¨®n era perder el tiempo, desperdiciar el domingo, una batalla sin futuro.
Tuvieron para ello ya ayuda nada menor de casas encuestadoras que no acaban de aclarar su perfil: ?Son asesores o encuestadores? ?Son expertos en consultor¨ªa o en demoscopia? ?Se dicen imparciales al tiempo que trabajan para cuarteles partidistas? Son preguntas de cara al 2024, que empieza hoy.
La participaci¨®n en la jornada electoral demuestra que Morena gan¨® antes del domingo. Y de paso los del presidente desfondaron el mito de eso que llaman marea rosa. A los indignados no les alcanza para repetir la haza?a del 2021, par defender sus ideas en las urnas. Fueron flor de un d¨ªa, o de dos.
Lo peor del resultado para el PRI es que los porcentajes de la votaci¨®n muestran que G¨®mez estaba a tiro de piedra. Que el triunfo de la maestra es meritorio, pero que la derrota de Del Moral pudo ser honrosa, peleada, de cara al sol. Que pudo ser una pelea sin los lastimeros mensajes dominicales que en los chats de Whatsapp imploraban que se llamara a la gente a votar.
En las semanas previas al domingo electoral, otro lamento recorr¨ªa los caf¨¦s pol¨ªticos. Era el rumor de amargura de priistas de esos que sab¨ªan ganar las elecciones a como diera lugar. No los dejaban aplicar la campa?a B, la contra campa?a, la campa?a negra, la guerra sucia... y no les dieron dinero.
Al final de la campa?a quisieron meter miedo con que G¨®mez le robar¨ªa a los bur¨®cratas un porcentaje de su salario. Y los pararon. Quisieron hacerle una leyenda a la maestra de que desde Texcoco era una mataperros. Y los pararon. No presum¨ªan el decoro de sus m¨¦todos, pero s¨ª su efectividad.
G¨®mez ser¨¢ gobernadora porque, como lo dijo anoche al reclamar su ventaja, el discurso de primero los pobres es todav¨ªa la mejor idea de la pol¨ªtica mexicana de este siglo. Si en 2000 fue el cambio, frustrado este la promesa de L¨®pez Obrador y los suyos es de una potencia todav¨ªa insondable.
Cuando ese discurso es personificado por alguien cre¨ªble como G¨®mez ¡ªy no por alguien poco o nada cre¨ªble como el senador Armando Guadiana en Coahuila¡ª, entonces la suma de candidata y promesa lopezobradorista penetrar¨¢n en electorado con fuerza.
Esa es la piedra angular de la nueva hegemon¨ªa partidista. Es el tiempo de los de abajo. El electorado as¨ª lo cree. Y si el oficialismo interpreta sin fallar la partitura escrita por L¨®pez Obrador, que incluye hacerle sentir miedo o codicia a adversarios de flacas convicciones, surge una marcha triunfal.
Las campa?as son para ganarse. G¨®mez, su equipo, sus aliados partidistas y su l¨ªder pol¨ªtico se apuntaron un gran triunfo en el Estado de M¨¦xico. Es la mejor noticia para el oficialismo de cara el 2024. Quien diga que la maestra no gan¨® por una holgada ventaja, solo busca inventar ex post algo que no vimos: una buena campa?a de Del Moral.
Los dos movimientos pol¨ªticos que hasta ayer exist¨ªan en M¨¦xico (la uni¨®n entre el PRI, el PAN y el PRD puede morir hoy mismo) han mostrado respectivamente el momento por el que atraviesan. Unos afinan la maquinaria para imponer una nueva ¨¦poca, otros buscan minimizar su gran derrota.
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