Hombres vestidos de rosa en M¨¦xico
Que una pel¨ªcula de Barbie suscite conversaciones s¨²per serias, casi marxistas, sobre Barbie y Ken me parece un m¨¦rito mayor
Cuando empez¨® a circular la promoci¨®n de la pel¨ªcula Barbie, la verdad no pens¨¦ verla. Conforme se fue acercando la fecha, el ruido alrededor me llam¨® la atenci¨®n. El d¨ªa del estreno, algunos comentarios positivos me parecieron interesantes, algunos comentarios negativos me parecieron divertidos pero, sobre todo, algunos comentarios furiosos que me despertaron muchas ganas de irla a ver. Al d¨ªa siguiente se hicieron virales los casos de gente en M¨¦xico que se visti¨® de rosa para el estreno: un se?or que posaba sonriente para la foto con un sombrero y un tut¨² rosa, id¨¦ntico al que llevaba a su peque?a hija, y un chico pidiendo en un video, con l¨¢grimas, que lo dejaran en paz luego de que un sitio de noticias publicara una foto de ¨¦l burl¨¢ndose de su f¨ªsico y su atuendo. Ambos casos se trataban de hombres vestidos de rosa, un color que se asocia con lo femenino y, por lo tanto, parece incomodar, descolocar y romper el internet. Dos casos extremos del mismo tema, uno enalteciendo merecidamente a un hombre que normaliza de una manera divertida y tierna a la vez que un padre puede vestirse con un tut¨² rosa igual que su hija; el otro ¨Cciertamente el lado m¨¢s com¨²n¨C, vulnerando y atacando a un chico que quer¨ªa disfrutar una pel¨ªcula con un atuendo para la ocasi¨®n. Sumado esto, yo pas¨¦ del desinter¨¦s por la pel¨ªcula a buscar la noche anterior algo rosa para ir a verla. Era la primera vez que me vest¨ªa con algo espec¨ªfico para salir al cine con el antojo de participar, con el gusto, sobre todo, de hacerlo y pasarla bien siendo parte de ese c¨®digo que se estableci¨® en torno a una pel¨ªcula. Me parece incre¨ªble que una pel¨ªcula invite a juegos fuera de la ficci¨®n para participar de la ficci¨®n. El cine al que fuimos no ten¨ªa el presupuesto de otras salas ¨Cno hab¨ªa cajas de Barbie gigantes para las selfies, no hab¨ªa palomitas rosas ni nada de eso¨C era un cine en una zona popular y la sala estaba a reventar con la gran mayor¨ªa, hombres y mujeres por igual, vestidos de rosa. Me re¨ª casi toda la pel¨ªcula y, al salir, en esa breve convivencia en el ba?o donde hab¨ªa fila, el atuendo rosa com¨²n daba pie a platicar a gusto. Nunca me hab¨ªa pasado.
A gran escala tampoco hab¨ªa pasado. Los primeros tres d¨ªas, Barbie hizo 155 millones de d¨®lares en Estados Unidos y 182 millones de d¨®lares alrededor del mundo. Greta Gerwig (California, 39 a?os) rompi¨® r¨¦cord de taquillas el primer fin de semana de estreno de una pel¨ªcula dirigida por una mujer. No solo eso, una combinaci¨®n de elementos me parece que convierten a la pel¨ªcula en un fen¨®meno social: es la primera pel¨ªcula post-pandemia as¨ª de exitosa (con un tel¨®n de fondo de una huelga hist¨®rica en el gremio cinematogr¨¢fico en Estados Unidos, probando con el ¨¦xito taquillero como un argumento contundente, la importancia de las peticiones del sector trabajador a los estudios); por otro lado, es la primera pel¨ªcula en alcanzar los m¨¢s altos niveles del pop con una tem¨¢tica feminista post-MeToo, que tampoco es poca cosa; y es, adem¨¢s, la primera pel¨ªcula m¨¢s vista en tiempos de Tiktok y redes sociales que gener¨® un pacto colectivo en torno al color rosa, lo cual potencializa la participaci¨®n de los espectadores en una nueva ¨¦poca para los blockbusters. Estos tres elementos son una bomba rosa que, adem¨¢s, le trajo beneficios a la pel¨ªcula vecina de los estrenos de verano, Oppenheimer de Christopher Nolan. Este fen¨®meno va m¨¢s all¨¢ de la mu?eca Barbie en s¨ª y m¨¢s all¨¢ de Mattel (aunque ya tienen una lista de productos que tendr¨¢n sus propias historias de ficci¨®n), es un m¨¦rito de esta pel¨ªcula. La idea no sali¨® de Mattel. A Margot Robbie, la actriz principal, le gust¨® mucho Lady Bird (2017), la primera pel¨ªcula de Gerwig. La busc¨® para ver si pod¨ªan hacer alg¨²n proyecto juntas, intentaron algunos que no resultaron y cuando Gerwig estaba haciendo su segundo largometraje Little Women (2019), Robbie se acerc¨® a ella para juntas proponerle a Mattel hacer una pel¨ªcula sobre la mu?eca Barbie. Entonces negociaron que Noah Baumbach, coguionista y pareja de Gerwig, escribieran la historia de la pel¨ªcula desde cero. No es una secuela. La pareja se invent¨® la historia.
Veamos un poco sobre de qu¨¦ va esta historia. Hay dos mundos, el de fantas¨ªa y la realidad. En la fantas¨ªa de Barbieland viven mujeres con todo tipo de fisionom¨ªas, condiciones y profesiones. Todas las mujeres se llaman Barbie y todos los hombres se llaman Ken. Una Barbie afrodescendiente es presidenta de ese lugar donde hay todo tipo de mujeres profesionistas destacadas. Ken (Ryan Gosling) es un guapo tontuelo sin profesi¨®n ni talento, simplemente enamorado de Barbie. En ese mundo de fantas¨ªa rosa (espectacularmente retratados ambos mundos por el fot¨®grafo mexicano Rodrigo Prieto) la estructura de poder es dominada por la Barbies y parece ser un mundo ut¨®pico y feliz cuando en medio de una fiesta a Barbie la irrumpe una pregunta sobre la muerte. Otras preguntas la van humanizando y haciendo m¨¢s compleja hasta que visita a la Barbie Rara (Kate McKinnon) que tiene la cara pintada y el pelo cortado a tijeretazos, podr¨ªamos decir, la bruja en los cuentos arquet¨ªpicamente para ni?os, y ella le dice que para resolver sus dudas existenciales debe ir al mundo real a encontrar a su due?a. En ese viaje del mundo de la fantas¨ªa a la realidad, Ken termina por pegarse a su plan y descubre que en el mundo real (en la historia, Los ?ngeles, California) est¨¢ regido por el patriarcado. Es decir, son mundos invertidos. Un mundo al rev¨¦s, la fantas¨ªa y la realidad. Barbie encuentra a su due?a, Gloria (America Ferrara) quien viaja con su hija adolescente al mundo de fantas¨ªa. El fondo de la historia es el problem¨¢tico patriarcado en su versi¨®n invertida y su versi¨®n real.
Hay un discurso eje de la historia y el m¨¢s potente, me parece, cuando Barbie no se siente suficiente y Gloria le dice: ¡°Es literalmente imposible ser mujer. Eres tan hermosa y tan inteligente, y me mata que no creas que eres lo suficientemente buena. Como siempre, tenemos que ser extraordinarias, pero de alguna manera siempre lo estamos haciendo mal. Tienes que ser delgada, pero no demasiado delgada. Y nunca puedes decir que quieres ser delgada. Tienes que decir que quieres estar sana, pero tambi¨¦n tienes que estar delgada. Tienes que tener dinero, pero no puedes pedir dinero porque eso es grosero. Tienes que ser jefa, pero no puedes ser mala. Tienes que ser l¨ªder, pero no puedes aplastar las ideas de otras personas. Se supone que te encanta ser madre, pero no hables de tus hijos todo el maldito tiempo. [¡]¡±.
Esta es la l¨ªnea y el tono es la comedia. No es una historia de amor ni va sobre una princesa. Est¨¢ lejos de eso y esta es la historia que est¨¢ rompiendo r¨¦cords. Honestamente me habr¨ªa encantado ver una pel¨ªcula como esta a los trece a?os m¨¢s cerca de los dilemas existenciales y algunos de los problemas sociales. Esta es la historia tiene una estela rosa que por su paso M¨¦xico ha sido ¨²nica, como los hombres vestidos de rosa el d¨ªa del estreno. La misma actriz Margot Robbie, en una rueda de prensa en su visita a M¨¦xico dijo que hab¨ªa estado en los festivales de cine m¨¢s importantes del mundo, como Cannes, pero que nada se parec¨ªa al recibimiento que hab¨ªa tenido en el Estado de M¨¦xico y que era por mucho su mejor experiencia. ?Qu¨¦ hace que los gestos de colectividad en M¨¦xico destaquen entre los dem¨¢s? No lo s¨¦, pero ciertamente hay algo que a una peque?a escala viv¨ª el d¨ªa que fui a verla al cine.
Tambi¨¦n se ha criticado la pel¨ªcula. Que si es solo un comercial de Mattel, que si el feminismo blanco, que si es puro capitalismo, que si una cosa u otra. Uno de los tantos aciertos es que es una historia que se critica a s¨ª misma, como suele hacer el mejor sentido del humor: no se trata sobre los dem¨¢s, sino sobre uno mismo. Es una forma de autocr¨ªtica. Algo que me dej¨® pensando es que si Barbieland es un espejo invertido del patriarcado, en el que Ken o los hombres no son nadie, estamos ante la misma estructura y ese es el problema. No es una utop¨ªa, con una salida, sino el mismo problema al rev¨¦s. La estructura es lo problem¨¢tico, no que las mujeres lo ¡°dominen¡± o los hombres lo hagan, sino una sociedad de justa equidad. Pero que una pel¨ªcula de Barbie suscite conversaciones s¨²per serias casi marxistas sobre Barbie y Ken me parece un m¨¦rito mayor. Greta Gerwig no pudo haberlo hecho mejor. En la fila del cine, una chica con maquillaje rosa me dijo que hab¨ªa hasta tortillas rosas y me ense?¨® su celular. As¨ª que si viene Greta Gerwig a M¨¦xico podr¨¢ comer taquitos rosas o puede hacerlo usted, buen provecho¡
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