Tecnolog¨ªa y elecciones: la IA como actor en la democracia

La palabra Inteligencia Artificial (IA) est¨¢ en boca de todos ¨²ltimamente, no porque sea nueva esta tecnolog¨ªa, sino porque en los ¨²ltimos tiempos hemos visto avances prometedores en este ¨¢mbito, tras el lanzamiento del famoso ChatGPT.

Lo cierto es que para quienes no nacimos con una computadora en casa o un smartphone entre manos, ni con wifi, lo que est¨¢ sucediendo resuena como la gran revoluci¨®n que vivi¨® el mundo en los a?os ochenta o noventa, cuando aparecieron las primeras computadoras y la web se populariz¨®. No digo que sea lo mismo, pero para muchos la historia del ayer rima con lo que sucede hoy.

Como era de esperarse, las elecciones no han sido ajenas a la transformaci¨®n tecnol¨®gica que ha vivido el mundo. Las llamadas Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y Comunicaci¨®n, espec¨ªficamente las redes sociales, aunque tienen menos de 20 a?os ¡ªdesde la campa?a de Obama de 2008, quien innovar¨ªa en su uso¡ª, son hoy las herramientas preferidas por muchos pol¨ªticos a nivel internacional para darle proyecci¨®n a sus campa?as.

Esas redes sociales se han fusionado desde hace tiempo con los famosos algoritmos y la IA, que son los responsables de que nuestros tel¨¦fonos conozcan, muchas veces, mejor nuestras preferencias que nosotros mismos. Desde el punto de vista comercial, esto puede ser positivo al acercar bienes y servicios a la gente que lo necesita, as¨ª como para que las empresas conozcan su mercado y mejoren sus productos.

Sin embargo, esa simbiosis redes sociales/algoritmos/IA, trasladada al terreno electoral, no ha estado libre de generar problemas o retos para todas las democracias, incluso las m¨¢s consolidadas. Un estudio realizado por diversas universidades de Estados Unidos en colaboraci¨®n con Meta ha confirmado que los algoritmos no solo moldean el consumo, sino tambi¨¦n manipulan las creencias y preferencias electorales de la ciudadan¨ªa.

En esta manipulaci¨®n, la IA opera, por un lado, bajo la llamada microsegmentaci¨®n, que divide al electorado en funci¨®n de sus intereses, creencias y comportamientos. Aqu¨ª, la IA ha sido ¨²til para que los asesores de una campa?a y los pol¨ªticos ajusten sus mensajes en funci¨®n del grupo de ciudadanos con el que buscan posicionarse.

Por otro lado, con base en un microtargeting pol¨ªtico, la IA provee de informaci¨®n a los partidos pol¨ªticos relacionada con la predicci¨®n del comportamiento electoral y el tipo de mensajes que debe destinar a los votantes.

Desde 2012, en Estados Unidos, el equipo de campa?a de Barack Obama fue pionero en usar microsegmentaci¨®n basada en la IA para categorizar votantes en funci¨®n de su posibilidad de apoyar la candidatura y emitir mensajes personalizados a cada segmento. Ese mismo sistema ser¨ªa usado a?os despu¨¦s por Donald Trump, lo que origin¨® el esc¨¢ndalo de talla mundial conocido como el caso Cambridge Analytica.

Y la lista de nombres que hoy ocupan una jefatura de Gobierno gracias, en buena medida, al uso de la IA, los algoritmos y las redes sociales sigue con apellidos como Modi, Trudeau o Macron. Ahora bien, una cosa es la predicci¨®n y manipulaci¨®n de preferencias ciudadanas y otra m¨¢s preocupante es la creaci¨®n de material publicitario con la denominada IA generativa para potenciar la desinformaci¨®n que ya viv¨ªamos con las noticias falsas creadas por humanos.

En Estados Unidos, se difundi¨® un video falso creado con IA en el que aparec¨ªa Donald Trump abrazando a Anthony Fauci (un personaje muy criticado por el partido republicano) con la intenci¨®n de debilitar su posici¨®n al interior de dicho partido. En otro video de Tiktok aparec¨ªa supuestamente la senadora dem¨®crata Elizabeth Warren llamando a inhibir o prohibir el voto republicano en las elecciones venideras. Incluso ya se hizo un audio de una conversaci¨®n entre Ricardo Monreal y Benjamin Franklin sobre la coyuntura fronteriza entre EE UU y M¨¦xico.

La IA presenta retos para las autoridades electorales por la manipulaci¨®n y desinformaci¨®n que puede generar, pero tambi¨¦n est¨¢ contribuyendo a ayudar a la democracia: 1) identificando variaciones en las firmas de los quienes votan por correo o a distancia en EE UU para determinar si el voto es v¨¢lido o nulo; 2) para generar informaci¨®n ¨²til a los ciudadanos con chatbots que responden preguntas con informaci¨®n veraz; 3) para detectar noticias falsas hechas con otros modelos de IA y 4) para que la autoridad electoral fiscalice recursos de los agentes pol¨ªticos.

Y, ?qu¨¦ pueden hacer las autoridades electorales para enfrentar estos retos? Seguir apostando por la transformaci¨®n tecnol¨®gica, tanto del INE como de los Tribunales Electorales, para asegurar que la tecnolog¨ªa se ponga al servicio de nuestro sistema electoral y combata los problemas que est¨¢ generando la IA en beneficio de algunos grupos. En pocas palabras: usar la IA para combatir a la IA. Ese es el rumbo que debemos tomar en los pr¨®ximos a?os y la mayor parte de los gobiernos a nivel mundial ya est¨¢n tomando cartas en este asunto.

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