?Qu¨¦ nos dicen los reportajes sobre L¨®pez Obrador y el narco?
Si la DEA tiene la impresi¨®n de que L¨®pez Obrador ha sido omiso en la lucha contra los c¨¢rteles, su regalo de despedida es pintarlo como c¨®mplice de los criminales. Los reportajes no son producto de investigaciones exhaustivas sino de filtraciones de archivos
En la novela Goldfinger, el villano de ese nombre le dice a James Bond: ¡°Una vez es casualidad, dos es coincidencia, tres es acci¨®n enemiga¡±. Esta frase explica muy bien por qu¨¦ hay mentes absorbidas por conspiraciones, como la del escritor Ian Fleming o la del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, excepto que una es para el inofensivo gozo literario y la otra es para gobernar un pa¨ªs.
La publicaci¨®n de no una, no dos, sino ya tres reportajes sobre presuntos nexos de las campa?as de L¨®pez Obrador con c¨¢rteles del narcotr¨¢fico seguramente convencen al presidente de la frase alguna vez dicha al agente 007. Y, a juzgar por su reacci¨®n, le encaja perfectamente.
La secuencia de reportajes comenz¨® hace menos de un mes con tres textos simult¨¢neos en dos portales estadounidenses (ProPublica e InsightCrime) y la agencia de radio y televisi¨®n alemana DW, que daban cuenta de una investigaci¨®n de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) sobre supuestos pagos hechos por el C¨¢rtel de Sinaloa a la primera campa?a presidencial de L¨®pez Obrador en 2006.
Sigui¨® con una entrevista a Celso Ortega, l¨ªder de la banda de Los Ardillos en Guerrero, pero anteriormente operador de Los Zetas en Michoac¨¢n, que dijo que, tambi¨¦n en 2006, ese c¨¢rtel le entreg¨® dinero al hoy presidente.
Y, finalmente, el jueves pasado el diario New York Times public¨® detalles de otra investigaci¨®n de la DEA, pero esta m¨¢s reciente, sobre contactos de la campa?a de L¨®pez Obrador en 2018 con el C¨¢rtel de Sinaloa y Los Zetas.
La reacci¨®n del presidente se hizo viral cuando revel¨® el tel¨¦fono celular de una de las coautoras del reportaje del Times y, confrontado con una pregunta sobre violaci¨®n de sus datos personales, al declarar que por encima de la ley estaba su ¡°autoridad moral¡±.
Pero el presidente err¨® la respuesta porque el problema no es que periodistas hayan publicado investigaciones, sino por qu¨¦ el Gobierno de Estados Unidos lo estaba investigando.
El primero y el tercer reportaje tienen que ver con pesquisas de la DEA sobre la posible influencia del narcotr¨¢fico en las campa?as de L¨®pez Obrador. Esas pesquisas significan que hay al menos sospechas, pero el presidente se lanza contra el mensajero sin reparar en el fondo del asunto, que el Gobierno de Estados Unidos le est¨¢ mandando un mensaje.
Los reportajes no son producto de investigaciones exhaustivas de reporteros sino de filtraciones de archivos que, aunque se dieron por cerrados, en alg¨²n momento provocaron indagatorias. Varias voces han criticado la calidad de los reportajes, aunque tambi¨¦n hay que reconocer que el periodismo mexicano muchas veces se ha revolcado en filtraciones de autoridades mexicanas que no se pasan por ning¨²n tamiz.
La pregunta es: ?por qu¨¦ la DEA est¨¢ filtrando estos archivos? Los mismos reportajes admiten que las investigaciones se cerraron no por falta de elementos, sino para evitarle al Gobierno de Estados Unidos problemas pol¨ªticos, primero por lanzarse contra el principal pol¨ªtico de la oposici¨®n y luego contra el presidente de la Rep¨²blica. Otra pregunta es: ?por qu¨¦ en la recta final de la Administraci¨®n?
No ha sido ning¨²n secreto el descontento del Gobierno de Estados Unidos con la pol¨ªtica de combate a las drogas de L¨®pez Obrador, las restricciones a agentes de la DEA en M¨¦xico, la pasividad frente a la expansi¨®n de los c¨¢rteles y su eslogan de ¡°abrazos, no balazos¡±. Cuando el Gobierno de Joe Biden est¨¢ bajo fuego electoral por el creciente problema del tr¨¢fico de fentanilo, apuntar el dedo al sur de la frontera resulta conveniente.
Si los vecinos tienen la impresi¨®n de que L¨®pez Obrador ha sido omiso en la lucha contra los c¨¢rteles, su regalo de despedida es pintarlo como c¨®mplice de los criminales.
El problema para L¨®pez Obrador es que las investigaciones tienen asideros. ?Los c¨¢rteles del narcotr¨¢fico se han extendido en su Gobierno? S¨ª. ?Grupos criminales controlan cada vez m¨¢s territorio? Tambi¨¦n. ?El Gobierno ha preferido que otros se encarguen del problema? As¨ª parece con la anuencia para que obispos cat¨®licos de Guerrero medien una tregua entre c¨¢rteles.
M¨¢s razones: ?es cre¨ªble que el narco ha sobornado campa?as pol¨ªticas? Esas advertencias se han hecho desde la d¨¦cada de los 80. ?Es coherente que una campa?a haya recibido dinero de c¨¢rteles enfrentados entre s¨ª, como Sinaloa y Los Zetas? La contradicci¨®n solo es aparente, los c¨¢rteles son negocios que buscan proteger todos sus frentes.
Hay elementos que sustentan incluso lo que se han publicado, como el hecho de que un empresario, candidato del PRD a senador y cercano a la campa?a de L¨®pez Obrador en 2006, tuvo nexos con el C¨¢rtel de Sinaloa y fue desaparecido meses despu¨¦s de esa elecci¨®n.
Incluso todav¨ªa hay razones que hacen cre¨ªble la colusi¨®n del narco en el partido en el poder, cuando el exgobernador de Tamaulipas, Eugenio Hern¨¢ndez, imputado en Estados Unidos por lavado de dinero, busca ser candidato al Senado por el Partido Verde, aliado a Morena.
Hay tambi¨¦n elementos para dudar, como el hecho de que ninguno de los cabecillas de Los Zetas actualmente presos haya sido liberado en este sexenio, a pesar de que el reportaje del New York Times se?ala que la campa?a de L¨®pez Obrador habr¨ªa recibido en 2018 cuatro millones de d¨®lares para liberar a un fundador de este c¨¢rtel.
Pero todos estos reportajes pintan un escenario complicado para el presidente L¨®pez Obrador y el cierre de su sexenio: la p¨¦rdida de credibilidad, la erosi¨®n de su discurso de honestidad, y la violencia que ya est¨¢ empa?ando las elecciones de junio.
Pero L¨®pez Obrador ya no tiene tiempo de reparar esto. El sexenio ya se agot¨®. Y si la frase de Fleming no le es suficiente, hay otra de la sabidur¨ªa popular que le viene bien para hacerse la v¨ªctima: ¡°Una vez es chiste, dos es gracia, pero la tercera es chingadera¡±.
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