Memoria de la violencia
El empresario del m¨¢rmol Francisco Le¨®n desapareci¨® en febrero de 2007. Desde entonces no se supo nada de ¨¦l, pero su nombre regres¨® a las noticias hace unos d¨ªas. En retrospectiva, su desaparici¨®n fue presagio de una ola de violencia que nadie vio venir
Debi¨® de ser el 23 o el 24 de febrero de 2007 cuando una fuente de la mayor confianza me dijo que el empresario del m¨¢rmol metido a pol¨ªtico del PRD, Francisco Le¨®n, hab¨ªa sido secuestrado. Lo interceptaron cuando regresaba de visitar una de sus marmoleras en el ejido Pared¨®n, cerca de Saltillo. Iba con un ayudante y un chofer en su camioneta Escalade. No hab¨ªa ninguna comunicaci¨®n de los secuestradores. En su experiencia como polic¨ªa especializado en investigar secuestros, dej¨® entrever que el plagio podr¨ªa no ser para un rescate, pues el ayudante o el chofer habr¨ªan sido liberados para llevar un mensaje a la familia, ellos tambi¨¦n estaban desaparecidos. Nunca se volvi¨® a saber de los tres.
Record¨¦ el episodio la semana pasada cuando le¨ª los reportes que se?alaban al empresario, conocido popularmente como Pancho Le¨®n, como puente para que el C¨¢rtel de Sinaloa supuestamente canalizara millones de d¨®lares a la campa?a presidencial de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador en 2006. Fue como echar un vistazo al espejo retrovisor y advertir que, al paso de los a?os, ese hecho fue tambi¨¦n un presagio.
Le¨®n fue cercano a esa campa?a presidencial de 2006, como candidato a senador por Durango de la coalici¨®n formada por L¨®pez Obrador con el PRD y el PT. Adem¨¢s, se rumoraba una relaci¨®n personal, por ser contempor¨¢neos, con Sergio Villarreal Barrag¨¢n, alias El Grande, que hasta principios de 2007 controlaba las operaciones del C¨¢rtel de Sinaloa en La Laguna. La fuente que me pas¨® la informaci¨®n sobre el secuestro de Pancho Le¨®n me dijo que el caso deb¨ªamos verlo a la luz de lo que hab¨ªa pasado en La Laguna en los seis meses previos.
Yo era director editorial de El Siglo de Torre¨®n en ese entonces y de vez en cuando platicaba con este veterano polic¨ªa que advert¨ªa la penetraci¨®n del narcotr¨¢fico en La Laguna. Lo que no me dijo es que, en ese inicio de 2007, est¨¢bamos en el umbral de una ola de violencia que devorar¨ªa esta regi¨®n que comparten Coahuila y Durango.
Pancho Le¨®n hab¨ªa saltado a la escena p¨²blica el a?o anterior como candidato al Senado. Fue el hoy fallecido Manuel Camacho Sol¨ªs, entonces consejero cercano de L¨®pez Obrador, quien lo acerc¨® a la campa?a. Y Le¨®n entr¨® con energ¨ªa, pero sobre todo con dinero, con mucho dinero. En el cierre de campa?a de L¨®pez Obrador en La Laguna, puso a disposici¨®n del candidato 10 camionetas Hummer debidamente pintadas de amarillo perredista para que lucieran en el mitin del lecho seco del R¨ªo Nazas que ameniz¨® la Arrolladora Banda Lim¨®n, cuyo costo tambi¨¦n pag¨® el empresario.
Los reportes de una investigaci¨®n realizada por el Gobierno de Estados Unidos afirman que al final de ese evento, el candidato habl¨® por tel¨¦fono con ?dgar Vald¨¦s Villarreal, alias La Barbie, que en ese entonces trabajaba junto con El Grande y los hermanos Beltr¨¢n Leyva para la organizaci¨®n del Chapo Guzm¨¢n.
Le¨®n perdi¨® esa elecci¨®n (qued¨® en tercer lugar) pero le pic¨® el gusano de la pol¨ªtica. Medio a?o despu¨¦s, el 14 de enero de 2007 estaba en el vest¨ªbulo del hotel Posada del R¨ªo de su natal G¨®mez Palacio para recibir la visita de L¨®pez Obrador, que ya realizaba giras por todo el pa¨ªs para protestar el reci¨¦n instalado Gobierno de Felipe Calder¨®n. Le¨®n recibir¨ªa al excandidato, a su ¡°l¨ªder¡±, como le llamaba, junto con otras figuras del perredismo local. Ah¨ª estaba tambi¨¦n Jaime Meraz Mart¨ªnez, expresidente del comit¨¦ municipal del PRD y l¨ªder de taxistas, en sus ¨²ltimas horas de vida.
Tras dos horas de espera, una llamada avis¨® de que L¨®pez Obrador no hab¨ªa podido viajar de la ciudad de Durango por razones que nunca se explicaron. Pero Pancho Le¨®n no se desanim¨®. En un sal¨®n del hotel improvis¨® una rueda de prensa y lanz¨® su candidatura a la alcald¨ªa de G¨®mez Palacio, que tendr¨ªa elecciones en julio siguiente. Quer¨ªa anunciarlo con L¨®pez Obrador a su lado pero, aunque no ten¨ªa su presencia, s¨ª contaba con su respaldo.
Eso fue alrededor de las seis de la tarde. Poco despu¨¦s de las 8 de la noche dos hombres tocaron a la puerta en la casa de Jaime Meraz en G¨®mez Palacio. Un empleado abri¨® y fue acribillado. Los hombres entraron a la casa y mataron a Mar¨ªa de Jes¨²s Medina, esposa de Meraz, a su hijo Jaime Meraz Medina y finalmente al l¨ªder de taxistas. Descargaron 12 tiros de pistolas .9 mil¨ªmetros. La nuera de Meraz fue herida, pero logr¨® poner a salvo a cuatro ni?os que estaban en la casa.
Publicamos la noticia en la portada de El Siglo al d¨ªa siguiente, sin m¨¢s informaci¨®n que el parte policiaco, pero con asombro y sobre todo dudas sobre qu¨¦ significaba ese ataque. ?Ser¨ªa porque los taxis son una forma de distribuir droga? ?Hab¨ªa alg¨²n v¨ªnculo de Meraz con ese negocio? ?Por qu¨¦ la sa?a de irse contra la familia? Las investigaciones de la Procuradur¨ªa de Justicia de Durango no fueron m¨¢s all¨¢ de los peritajes. Lo que no sab¨ªamos era que la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) llevaba meses con el ojo puesto en La Laguna y tras el asesinato de Meraz, seis agentes llegaron de la Ciudad de M¨¦xico a investigar.
Menos de un mes despu¨¦s, el 9 de febrero, esos agentes recibieron un mensaje an¨®nimo sugiriendo que revisaran un predio en Ciudad Lerdo, junto a G¨®mez Palacio, pero terminaba con una advertencia: ¡°P¨¢renle¡±. Los agentes acudieron a revisar el predio y encontraron enterrados los cuerpos de cuatro personas, uno de ellos era agente de la misma AFI que hab¨ªa viajado de la Ciudad de M¨¦xico a La Laguna unos meses atr¨¢s. Otros dos eran los pilotos del avi¨®n en que hab¨ªa llegado y el otro nunca se identific¨®. Llevaban al menos tres meses muertos.
10 d¨ªas despu¨¦s del hallazgo de los cuerpos, el subprocurador estatal para La Laguna de Durango, Hugo Armando Res¨¦ndiz, y el delegado de la entonces Procuradur¨ªa (hoy Fiscal¨ªa) General de la Rep¨²blica en la regi¨®n, Miguel ?ngel Saavedra, fueron detenidos por la PGR por el asesinato de Meraz. En las investigaciones comenz¨® a aparecer el nombre de Sergio Villarreal Barrag¨¢n, ¡°El Grande¡±, se?alado por sobornar a los funcionarios para que le informaran sobre los operativos contra el C¨¢rtel de Sinaloa.
Ese era el panorama cuando supimos del secuestro de Pancho Le¨®n. Al platicarlo con algunos editores y reporteros del peri¨®dico, acordamos que tratar¨ªamos de confirmarlo y con base en eso decidir¨ªamos si ameritaba publicarlo. El 26 de febrero sus familiares reportaron la desaparici¨®n y el procurador de Coahuila nos lo confirm¨®, pero decidimos no publicarlo hasta no obtener la confirmaci¨®n por parte de la familia, lo que hizo un vocero el d¨ªa 27. El 28 de febrero el titular principal del diario fue: ¡°Desaparece empresario de G¨®mez Palacio¡±. El matiz estaba en el verbo, decidimos no usar ¡°secuestran¡± porque para ese momento ya no se esperaba una demanda de rescate. Le¨®n y sus colaboradores simplemente se hab¨ªan esfumado.
Despu¨¦s de publicar la nota volv¨ª a platicar con la fuente que me inform¨® por primera vez del plagio. Lo que hab¨ªa pasado en los meses previos le hac¨ªa temer lo peor para los meses siguientes. Como los cuerpos desenterrados en Lerdo, la podredumbre del narcotr¨¢fico estaba saliendo a la superficie. No pod¨ªa saber que en cinco a?os La Laguna se convertir¨ªa en la regi¨®n m¨¢s violenta del pa¨ªs por la disputa entre el C¨¢rtel de Sinaloa y Los Zetas, que dej¨® m¨¢s de 4.500 muertos y cientos de desaparecidos. De hecho, nunca lo supo. El polic¨ªa fue asesinado dos meses despu¨¦s y La Laguna nunca volvi¨® a ser la misma.
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