Jalisco: la naranja marchita y el ¨¢rbol seco
El Estado que hace menos de una d¨¦cada parec¨ªa estar a la vanguardia pol¨ªtica del pa¨ªs, hoy est¨¢ en medio de un resultado incierto y una compleja transici¨®n del poder
Jalisco parece una peque?a isla naranja en medio de la marea guinda que arras¨® al pa¨ªs el pasado domingo. Es una mancha naranja solo en el mapa de las elecciones locales, pues en las tres boletas federales, presidencia de la rep¨²blica, senado y diputados, los candidatos de Morena se llevaron casi todo y lo poco restante fua para los candidatos del frente.
?C¨®mo explicamos que Movimiento Ciudadano haya obtenido 40 por ciento de los votos para la gubernatura, frente a solo 27 por ciento para sus candidatos a senador, Alberto Esquer y Mirza Flores, y 17 por ciento para su candidato a presidente, Jorge ?lvarez M¨¢ynez? M¨¢s a¨²n, ?c¨®mo entendemos que MC vaya ganando la gubernatura y las cuatro alcald¨ªas m¨¢s importantes de la zona metropolitana por una diferencia m¨ªnima (Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tlajomulco) y perdido 16 de los 20 distritos para el congreso local?
Una explicaci¨®n es que Pablo Lemus fue mejor candidato, pero la principal es que el voto diferenciado es un fen¨®meno creciente en zonas urbanas. El voto diferenciado en la zona metropolitana de Guadalajara nos recuerda lo sucedido en Monterrey hace tres a?os en los que el poder qued¨® completamente fraccionado. Pablo Lemus est¨¢ 4% adelante, una diferencia no menor pero que Morena quiere judicializar, lo que podr¨ªa llevar a un largo litigio postelectoral con el consabido desgaste. Ese problema es menor comparado con los que enfrentar¨¢ para gobernar el estado que ha decidido fraccionar el voto y por tanto el poder. Lemus ser¨¢ un gobernador sin una mayor¨ªa en el Congreso local para aprobar leyes generales, presupuestos o nombrar un fiscal. Su ¨²nica opci¨®n ser¨¢ gobernar en acuerdo con el PAN y el PRI, en una especie de cohabitaci¨®n a la mexicana, si no quiere que le suceda lo mismo que al gobernador de Nuevo Le¨®n. A diferencia de Samuel Garc¨ªa, Lemus s¨ª tiene habilidades pol¨ªticas y una buena relaci¨®n con ambos partidos. Eso s¨ª, le van a cobrar caro el apoyo.
Adi¨®s al alfarismo
MC creci¨® en Jalisco de la mano de Enrique Alfaro. Fue ¨¦l quien desde 2012 convirti¨® a un partido menor y con olor a naftalina en un partido con imagen moderna y con posibilidad de gobernar un estado importante. En 2015 Alfaro logr¨® la alcald¨ªa de Guadalajara y llev¨® consigo a Pablo Lemus quien se convirti¨® en alcalde de Zapopan. El alfarismo se convirti¨® en la fuerza hegem¨®nica y en el im¨¢n que atrajo al partido a muchos liderazgos que lo vieron como el carro ganador.
En 2018 MC gan¨® la gubernatura, las alcald¨ªas metropolitanas, el Congreso local y aport¨® la mitad de los diputados federales a la bancada naranja. Nada se mov¨ªa en Jalisco si no era con el visto bueno del poderoso gobernador. Las miradas nacionales voltearon a Jalisco y vieron en Enrique Alfaro una opci¨®n fresca y distinta al lopezobradorismo y a los partidos tradicionales. Fue un espejismo. Al desgaste propio de un gobierno de talante autoritario se sum¨® el conflicto con el l¨ªder naranja, Dante Delgado, primero por el control del partido, luego por las definiciones pol¨ªticas de cara al proceso 2024. Perdieron ambos. Alfaro hizo saber una y otra vez que Pablo Lemus no era su candidato, pero nunca pudo hacer crecer a ninguna otra opci¨®n. Y, aunque al final termin¨® apoyando a Lemus, el alfarismo lleg¨® a la elecci¨®n del domingo desgastado y dividido.
Del grupo compacto del alfarismo de 2015 solo quedan con vida pol¨ªtica Hugo Luna, que ser¨¢ diputado federal y el senador Clemente Casta?eda. Alfaro ha anunciado su retiro de la vida pol¨ªtica lo que en la pr¨¢ctica significa que lo que queda de partido naranja en Jalisco girar¨¢ en torno a Lemus, que no ser¨¢ de entrada un gobernador con la fuerza que tuvo Alfaro.
Ya se sec¨® el arbolito
En aquel 2015 en que surgi¨® el alfarismo, otro movimiento atrajo las miradas de medios de todo el mundo a Jalisco: un grupo de j¨®venes autodenominados wikipol¨ªtica hab¨ªan decidido retar al sistema y propusieron una candidatura independiente. Contra todo pron¨®stico, Pedro Kumamoto se convirti¨® primero en candidato y despu¨¦s en diputado local por el distrito X. Con ese impulso compiti¨® por el senado en 2018. Pese a ser la opci¨®n m¨¢s votada en lo individual, lo arrasaron las alianzas. Eso llev¨® a los wikis a tomar una decisi¨®n controversial para un grupo que naci¨® con la idea de combatir el monopolio de poder de los partidos: crearon un partido al que llamaron Futuro.
Con esa marca Kumamoto compiti¨® por la alcald¨ªa de Zapopan en 2021. Perdi¨®. Para el 2024, sin estructuras en la mayor parte del estado y frente a una elecci¨®n polarizada, los ya no tan j¨®venes integrantes de Futuro decidieron aliarse con Morena para competir nuevamente por la alcald¨ªa de Zapopan. El resultado no pod¨ªa ser peor: Kumamoto perdi¨® la elecci¨®n en Zapopan y todo apunta que tambi¨¦n perdi¨® el registro de su partido. Sus antiguos votantes del distrito X, uno de los de m¨¢s alto nivel econ¨®mico y educativo del pa¨ªs, no le perdonaron su alianza con el obradorismo, le pasaron factura, y lo derrotaron de nuevo. Los votos que obtuvo los logr¨® con la marca Morena, no con Futuro. Kumamoto se qued¨® sin alcald¨ªa y sin partido, pues el nivel de votaci¨®n de Futuro, el partido del arbolito, no llegar¨¢ al 3 por ciento necesario para sobrevivir.
Jalisco, el Estado que hace menos de una d¨¦cada parec¨ªa estar a la vanguardia pol¨ªtica del pa¨ªs, hoy est¨¢ en medio de un resultado incierto y una compleja transici¨®n del poder.
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