Gabinete de curiosidades
Ser¨¢ interesante saber cu¨¢ntos de los actuales titulares del gabinete ser¨¢n incorporados a la nueva administraci¨®n. Muchos lo ven como el indicio esclarecedor del peso que tendr¨¢ o no L¨®pez Obrador
Dice mucho de cada presidencia la configuraci¨®n del equipo. De hecho no nace como tal, m¨¢s all¨¢ del llamado ¡°equipo compacto¡± que goza de la confianza del mandatario, sea por m¨¦ritos en la campa?a reci¨¦n terminada o por largos a?os de acompa?amiento. Pero el resto es el resultado de un reclutamiento variopinto, procedente de distintas fuentes y corrientes, que en el camino buscar¨¢n conformarse en un equipo.
Por lo mismo, les resulta m¨¢s f¨¢cil la integraci¨®n del gabinete a mandatarios que llegan a Palacio inmediatamente despu¨¦s de gobernar una entidad, como es el caso de Enrique Pe?a Nieto o de Claudia Sheinbaum, pues vienen arropados por una estructura que ha operado unida desde hace rato (para bien o para mal).
Ser¨¢ interesante saber cu¨¢ntos de los actuales titulares del gabinete ser¨¢n incorporados a la nueva administraci¨®n en la misma posici¨®n o en posiciones similares. Muchos contemplan el inminente anuncio como el indicio esclarecedor del peso que tendr¨¢ o no L¨®pez Obrador en los pr¨®ximos seis a?os. No es as¨ª, por muchas razones. En el mismo sentido, estamos a punto de saber cu¨¢l es la cuota a entregar al acuerdo planteado por el presidente respecto a las llamadas ¡°corcholatas¡± y la promesa de ser incorporados a tareas prominentes el siguiente sexenio.
En teor¨ªa, el triunfo del partido gobernante, que supone un relevo procedente del mismo grupo pol¨ªtico, favorecer¨ªa los gabinetes transexenales. Pero no siempre es as¨ª. Ernesto Zedillo fue el ¨²ltimo mandatario que hered¨® en lo sustantivo un gabinete de la administraci¨®n anterior. Pero no fue el caso de Felipe Calder¨®n que decidi¨® remover a los que acompa?aron a su correligionario Vicente Fox. Aunque lo de correligionario es un decir: ¡°ahora van a ver c¨®mo gobierna el PAN¡±, afirm¨® Calder¨®n con el obvio prop¨®sito de deslindarse de su antecesor.
Sin embargo, habr¨ªa que asegurarnos de no interpretar de m¨¢s la supuesta autonom¨ªa o dependencia de Sheinbaum respecto a L¨®pez Obrador a partir de la definici¨®n del gabinete. Los tiempos y las circunstancias fueron muy distintos para ambos.
Primero, porque el tabasque?o lleg¨® a la presidencia tras 12 a?os de pr¨¦dica en el desierto, con un equipo b¨¢sico y de menor jerarqu¨ªa pol¨ªtica por razones obvias. Claudia Sheinbaum, en cambio, se ve beneficiada de llegar con una estructura armada, la que gobern¨® la Ciudad de M¨¦xico los ¨²ltimos cinco a?os. Una diferencia sustancial en t¨¦rminos de cantidad, calidad y fogueo.
Segundo, L¨®pez Obrador dio inicio a un nuevo r¨¦gimen pero sin los cuadros necesarios para echarlo andar. El obradorismo carec¨ªa de las suficientes cabezas en muchas ¨¢reas profesionales, entre otras razones porque salvo la Ciudad de M¨¦xico pr¨¢cticamente no hab¨ªa gobernado. Y a lo largo del sexenio tampoco pudo nutrirse de nuevos elementos regionales, porque el partido comenz¨® a ganar uno tras otro los gobiernos estatales, que a su vez exigieron a sus propios operadores. En consecuencia el presidente reclut¨® gente de donde pudo, m¨¢s alla de la media docena de colaboradores que lo acompa?aba. Muchas de las nuevas incorporaciones fueron extra¨ªdas del PRI y los criterios terminaron siendo particularmente laxos: que tengan 90% de honestidad y 10% de experiencia, lleg¨® a decir un poco a la defensiva, frente al obvio contraste entre los curr¨ªculos y los perfiles de puesto.
Claudia Sheinbaum tiene mucha m¨¢s tela de d¨®nde cortar y los retos que enfrenta para generar prosperidad son distintos. Requerir¨¢ lealtad, s¨ª, pero mucho m¨¢s capacidad t¨¦cnica frente a las distintas responsabilidades. No s¨¦ si los obradoristas puros lo entiendan, pero desde luego el presidente as¨ª lo asume. Ella se beneficia de los seis a?os de experiencia con los que cuenta su movimiento en el poder e incluso del laboratorio que representan los gobiernos estatales, algo que L¨®pez Obrador no tuvo.
En esencia se perfilan tres ¡°semilleros¡± en la definici¨®n de lo que ser¨¢ el equipo gobernante. Uno, el grupo de la Ciudad de M¨¦xico. Dos, los procedentes de la actual administraci¨®n federal, varios de los cuales repetir¨¢n en el mismo puesto o reciclados, por no hablar de segundas parrillas ya fogueadas. Tres, miembros de la comunidad universitaria y de los sectores profesionales que la candidata incorpor¨® a lo largo de la campa?a. Recordemos que la mitad de la vida profesional de Sheinbaum transcurri¨® en la academia, la otra mitad en la alta administraci¨®n p¨²blica. Por otra parte, no parece que habr¨¢ gui?os a las tribus de la izquierda tradicional, como tampoco los tuvo el propio L¨®pez Obrador. Los m¨¢s encumbrados hoy, Mart¨ª Batres y Pablo G¨®mez, no comenzaron siendo protagonistas en el sexenio que termina, aunque se tuvo que echar mano del primero tras los malos resultados en la capital en las elecciones intermedias en 2021.
Se tratar¨¢ parcialmente de un gabinete de transici¨®n, para los primeros 18 o 24 meses. En parte porque es probable que algunas posiciones se definan a partir de un criterio temporal: dar tranquilidad a los mercados y a la opini¨®n p¨²blica para el momento del relevo. Claramente es el caso de la secretar¨ªa de Hacienda. Eso hacia afuera. Pero tambi¨¦n hay nombramientos obligados por la necesidad de enviar se?ales apaciguadoras dentro de la propia corriente obradorista. Tal ser¨ªa el caso de la aparente intenci¨®n de encontrarle lugar a Rosa Icela Rodr¨ªguez, de complicado desempe?o en la Secretar¨ªa de Seguridad, pero muy cercana al actual presidente. Se necesita alguna presencia de miembros del equipo anterior para hacer un relevo con continuidad y eliminar percepciones de una ruptura o cambio de giro.
Menci¨®n aparte merecen los casos de las cinco llamadas ¡°corcholatas¡± contra las que compiti¨® Sheinbaum: Marcelo Ebrard, Ad¨¢n Augusto L¨®pez, Ricardo Monreal, Gerardo Fern¨¢ndez Moro?a y Manuel Velasco. Como se recordar¨¢, exist¨ªa la promesa de L¨®pez Obrador de que los perdedores de la contienda interna tendr¨ªan un papel relevante en la siguiente administraci¨®n. La duda es si tal promesa se resuelve con la posici¨®n que todos han recibido en el poder legislativo. Al margen de que ella podr¨ªa entender que con eso ¡°est¨¢n pagados¡±, tampoco es descartable que, al margen de rencores, ponga por encima la posible utilidad pol¨ªtica de alguno de ellos en la operaci¨®n del Senado.
Pero no abriguemos dudas. El grueso de la casi treintena de posiciones de primer nivel entre ministerios, paraestatales y c¨ªrculos de Palacio recaer¨¢ en una mezcla definida por Claudia y su equipo. Pero el misterio est¨¢ en los detalles: cu¨¢n plural, cu¨¢n cercano o ajeno al obradorismo, a qu¨¦ corrientes, cu¨¢nta experiencia profesional, qu¨¦ balance entre t¨¦cnicos y pol¨ªticos. A punto de saberlo.
@jorgezepedap
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