Sheinbaum y el fantasma del 95%
Reformas van y reformas vienen y el ¨ªndice de impunidad, que ronda el 95% en pr¨¢cticamente todos los delitos, ha permanecido b¨¢sicamente igual por d¨¦cadas
El desencanto y escepticismo con el que los mexicanos nos aproximamos al tema de la justicia en el pa¨ªs tiene ra¨ªces profundas y justificadas. En ning¨²n momento en la historia de M¨¦xico hemos estado ni cerca de articular un sistema que logre que las v¨ªctimas de un delito accedan a la justicia. Jam¨¢s. Reformas van y reformas vienen y el ¨ªndice de impunidad ¨C que ronda el 95% en pr¨¢cticamente todos los delitos ¨C ha permanecido b¨¢sicamente igual por d¨¦cadas. En el pa¨ªs se roba, se mata, se asalta, se viola, se golpea, se secuestra y se defrauda con casi total impunidad. En M¨¦xico, de cada 100 delitos cometidos se denuncian alrededor de 6 y de esos que se denuncian, se resuelven 14.
Los n¨²meros var¨ªan de Estado a Estado, pero tomemos el ejemplo de Ciudad de M¨¦xico. En la capital del pa¨ªs solo 1 de cada 10 delitos son denunciados. Esto es, la ¡°cifra negra¡± es del 90% y poco cambia en el tiempo: era de 92% en 2012 y segu¨ªa siendo de 92% en 2022, de acuerdo con datos que arroj¨® la Encuesta Nacional de Victimizaci¨®n y Percepci¨®n de Seguridad P¨²blica del INEGI 2023. A la denuncia, cuando existe, le sigue en teor¨ªa una investigaci¨®n. Sin embargo, la cadena de impunidad se va fortaleciendo paso a paso con otro dato contundente: por cada 100 denuncias presentadas se abren solamente 7 carpetas de investigaci¨®n. Y la cereza en el pastel: menos del 6% de estas carpetas llegan a una conclusi¨®n. La probabilidad de que se castigue la comisi¨®n de un delito en la capital del pa¨ªs es de menos del 1%.
Por ello, era absolutamente previsible que la opini¨®n p¨²blica sobre la pertinencia de una nueva reforma al Poder Judicial ronde el 80%, seg¨²n las encuestas encargadas por Morena para conocer del tema y empujar la iniciativa propuesta en febrero pasado por el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Sorprende, de hecho, que no haya sido del 100%. La demanda ciudadana por justicia es comprensible y fundada. El asunto es que la iniciativa de reforma que est¨¢ sobre la mesa y que ha sido adoptada como propia por la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ayudar¨¢ en poco o nada a mejorar el acceso del ciudadano com¨²n a la justicia por el simple hecho de que su foco no est¨¢ puesto ah¨ª.
M¨¢s del 90% de los delitos que se cometen en M¨¦xico caen en el ¨¢mbito de acci¨®n de los poderes judiciales locales, no el federal, que es hacia donde apunta la iniciativa presidencial. Es en el ¨¢mbito local en d¨®nde tendr¨ªan que concentrarse los esfuerzos de reforma, porque es ah¨ª en d¨®nde est¨¢n el grueso de los delitos y de las injusticias cometidas cotidianamente en contra de las millones de v¨ªctimas que acumula M¨¦xico. Solo por eso, la prioridad de quien hoy tiene una contundente mayor¨ªa debiera ser invertir todos y cada uno de sus recursos pol¨ªticos en dar los primeros pasos para construir un pa¨ªs con justicia y paz. El debate centrado en la aprobaci¨®n de la elecci¨®n por voto popular de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte secuestra una discusi¨®n vital para el pa¨ªs y nos deja en las tan bien conocidas esquinas opuestas de la polarizaci¨®n, cada quien rumiando ad nauseam sus datos y preocupaciones.
La reforma de justicia que requiere el pa¨ªs no es la presentada por L¨®pez Obrador y para suceder necesita de un liderazgo y legitimidad inmensamente fuertes. Esta reforma pasa por garantizar la autonom¨ªa de las fiscal¨ªas, incluida la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica, invertir en sus capacidades de investigaci¨®n, fortalecer y ampliar el servicio profesional de carrera, dignificar sus instalaciones y condiciones de trabajo y por supuesto, implementar los mejores mecanismos para terminar con el nepotismo, la corrupci¨®n y algunas de las peores lacras que nos tienen en el estado en el que estamos en materia de justicia.
Nada de esto ser¨¢ sencillo, pero es una batalla que la virtual presidenta electa podr¨ªa dar, si quiere. Las condiciones est¨¢n dadas para que lo haga. De lo contrario, lo podemos adelantar desde ahora: a su sexenio lo perseguir¨¢ de principio a fin el fantasma del 95% de impunidad (al que probablemente se le sumen otros problemas m¨¢s que hoy solo conocemos en teor¨ªa).
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