El PAN contra Claudia Sheinbaum
La actual gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, emprendi¨® una vendetta en contra de su antecesor para contentar al predecesor de Corral
La gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, meti¨® a su partido en un berenjenal. La panista decidi¨® llevar a fondo una vendetta en contra de su antecesor Javier Corral, morenista de ¨²ltima hora, pero como sea miembro de la casta dorada de hoy. ?Qu¨¦ pretende el PAN con esto?
El mi¨¦rcoles bien entrada la noche estall¨® algo que se cocin¨® a?os atr¨¢s. En redes sociales, el periodista Ciro G¨®mez Leyva dio la primicia: el gobierno chihuahuense trataba ¡ªen presente porque esa parte ocurri¨® en tiempo real¡ª de detener a Corral en la colonia Roma.
Lo que sigui¨® fue un aquelarre. Cual Cantinflas en El Gendarme Desconocido, el encargado de la fiscal¨ªa capitalina, que desde?¨® toda formalidad en al menos un caso similar (su embate contra el fiscal de Morelos), se aperson¨® para impedir que Corral fuera llevado a su estado natal.
Es un antecedente funesto, pero nada il¨®gico. Ulises Lara solo tiene una chamba: cuidar desde la fiscal¨ªa los intereses de Morena. Y en eso emple¨® su tiempo nocturno del mi¨¦rcoles. Fue y liber¨®, como si fuera juez, a un buscado por las autoridades chihuahuenses.
Quienes van muy lejos son aquellos que dicen que Lara obstruy¨® la justicia. En la Chihuahua de Maru Campos no es posible aseverar eso. Su administraci¨®n ha dado muestras claras de que, como lo advirti¨®, ah¨ª s¨ª, Corral, ella obedece al priismo de C¨¦sar Duarte, al que liber¨® recientemente.
Dicho de otra forma. La actual gobernadora emprendi¨® una vendetta en contra de su antecesor para contentar al predecesor de Corral. Una disculpa por el trabalenguas. Pero no es dable pensar que esa, ya de por s¨ª excesiva, es la ¨²nica motivaci¨®n de la mandataria panista.
Detener a Corral era tambi¨¦n una ofrenda de Maru Campos a Manlio Fabio Beltrones, agraviado por el otrora gobernador panista porque en 2017 le detuvo a un cercano colaborador (Alejandro Guti¨¦rrez); por cierto, en un aquelarre parecido al que se intent¨® el mi¨¦rcoles.
Campos pretend¨ªa, pues, una carambola. Pagarle a Duarte y congraciarse con el grupo de Beltrones. No sobra decir que los mimos que ha tenido la administraci¨®n de la gobernadora con C¨¦sar Duarte, quien por a?os fue pr¨®fugo de la justicia, enervan a la opini¨®n p¨²blica.
Mas lejos est¨¢ ¨¦ste de ser un pleito local. El intento de aprehensi¨®n de Corral es el primer esc¨¢ndalo con el que tendr¨¢ que lidiar Claudia Sheinbaum, pues el exgobernador de Chihuahua es parte de su equipo y ni m¨¢s ni menos a quien encarg¨® un esquema anticorrupci¨®n.
Y encima, Campos decidi¨® lanzarse contra su adversario, ni m¨¢s ni menos, la v¨ªspera de la jornada en que el Tribunal Electoral dar¨ªa a Sheinbaum su constancia de mayor¨ªa. Las primeras planas de los d¨ªas siguientes ya no fueron privilegiadamente para la presidenta electa. Vaya desaf¨ªo.
El esc¨¢ndalo es alimentado por ambas partes. Corral, que se sab¨ªa perseguido de tiempo atr¨¢s, intenta prender una hoguera para, siguiendo al dedillo el manual morenista, clamar una conjura pol¨ªtica-medi¨¢tica en su contra.
Las autoridades de Chihuahua, por su parte, exhibiendo nocturnidad y alevos¨ªa en su actuar. Tanto brinco de la oposici¨®n al defender el actual sistema judicial (del que por cierto ese estado fue pionero), para acabar intentando un madruguete digno del mism¨ªsimo Arturo Durazo.
Porque el fondo del asunto no son los 98 millones del supuesto desv¨ªo del que se acusa a Corral. Se pretendi¨® y se pretende, al alegar que ahora es un pr¨®fugo de la justicia, impedirle que tome posesi¨®n como senador para que pueda ser sujeto de la venganza de Campos y compa?¨ªa.
Esa decisi¨®n no puede ser interpretada sin el contexto de que el exmandatario chihuahuense logr¨® met¨¦rsele en el ¨¢nimo tanto a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, con quien al inicio del sexenio tuvo enorme distancia, como a la hoy presidenta electa.
Panista por d¨¦cadas, nunca quedar¨¢ claro si la migraci¨®n a Morena de quien en su momento con vehemencia interpret¨® el credo de G¨®mez Morin fue por convicci¨®n genuina o mero olfato pol¨ªtico de que ah¨ª encontrar¨ªa el refugio que necesitaba tras el triunfo de Campos.
Porque Corral ¡ªque dej¨® en Chihuahua varios sectores agraviados, y deudas como la justicia para la periodista Miroslava Breach, asesinada en su periodo por ligas panistas¡ª, siempre desconfi¨® de Maru Campos y sus nexos duartistas. Y a pesar de resistirse, al entonces gobernador el PAN nacional se la impuso como candidata a sucederle. Con la nueva gobernadora en el puesto, bien pronto supo fundados sus temores.
Lo que no es tan claro es qu¨¦ gana el PAN con este lance que de lleno le enfrenta con el pr¨®ximo gobierno. Acci¨®n Nacional tendr¨¢ que hacerse cargo desde ya de una nueva animosidad: no la de Corral, sino de la presidenta electa y de un Congreso morenista.
Aunque Corral no pretende un cargo en la administraci¨®n de la presidenta, s¨ª es un cuadro con interlocuci¨®n y acceso en el c¨ªrculo cercano a ¨¦sta. Si no pensaron en eso al ir contra ¨¦l, raro. Si s¨ª pensaron (lo cual ser¨ªa obvio), ?qu¨¦ c¨¢lculos hicieron?
Hay sobre esa idoneidad entre costos y ganancia de detener a Corral una explicaci¨®n electoral que, sin embargo, no basta: si Maru Campos quiso congraciarse con el electorado no morenista de su entidad, si pretendi¨® cazar una bruja para lucrar en futuros comicios, qu¨¦ caro le saldr¨¢.
Como casi todas y todos los gobernadores, Campos estuvo en M¨¦xico este mes para revisar con la presidenta electa obras y prioridades de la Rep¨²blica. Morena no pasa por alto las ofensas pol¨ªticas, y ¡ªculpable o no¡ª Corral es parte del equipo de la futura mandataria.
En esa aventura que ha emprendido, sin embargo, Maru Campos no ir¨¢ sola. Con ella van en paquete forzosamente las otras tres gubernaturas panistas (la de Aguascalientes y las de Quer¨¦taro y Guanajuato, en esta habr¨¢ renovaci¨®n de titular, por cierto).
Y, desde luego, el casi fantasmal dirigente de Acci¨®n Nacional, Marko Cort¨¦s, que con su poco protagonismo pareciera intentar hacerse a un lado del esc¨¢ndalo postrero de su dirigencia, que entregar¨¢ en pocas semanas.
Por el affaire Corral, el blanquiazul ser¨¢ orillado a tomar una decisi¨®n. O dejan sola a Campos, o la respaldan con todo. A saber si ella les dio con anticipaci¨®n la posibilidad de opinar sobre el problem¨®n en que los iba a meter.
Campos deber¨¢ lidiar con el fiasco de su intento de aprehensi¨®n y con la severidad que, ya lo va a entender en carne propia, caracteriza a la pr¨®xima presidenta, que no va a permitir que le digan que ese a quien encarg¨® un plan anticorrupci¨®n es un corrupto.
Visto lo visto, la gobernadora chihuahuense, una prianista donde los haya, intent¨® llevar a cabo una venganza contra Corral de ra¨ªces tricolores y aderezada por su personal toque blanquiazul porque no ten¨ªa de otra: porque no se manda sola.
Campos fue por Corral, incluso en un territorio tan ajeno a Chihuahua como es la Ciudad de M¨¦xico, porque no puede negarse. Se lo deb¨ªa a quienes le ayudaron en su carrera; y la ventana para pagar se cierra si el exgobernador obtiene un fuero de seis a?os como senador.
Las cuitas de la gobernadora tendr¨¢n repercusiones nacionales. Otras autoridades estatales panistas se ver¨¢n forzadas a decidir si dejan sola a su colega o si apechugan y por a?os pagan el desaf¨ªo de Maru Campos a Claudia Sheinbaum.
Vaya forma del PAN de arrancar el sexenio claudista. Cualquiera dir¨ªa que volvieron al origen. Que como en el arranque de los a?os noventa, con un escaso pu?ado de gubernaturas intentar¨¢n ponerse frente a frente con un partido hegem¨®nico. Pensar tal cosa es demasiado.
Este PAN no tiene la legitimidad del de don Luis H. ?lvarez o de Carlos Castillo Peraza. Es el de Maru Campos y su tacto de seda con C¨¦sar Duarte, es el de Marko Cort¨¦s y sus notar¨ªas, el de Jorge Romero y el c¨¢rtel inmobiliario. Sin prestigio y contra Sheinbaum. Y todo por Corral. Suerte.
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