La vieja estrategia priista de la nueva transformaci¨®n. M?j?'?y

Cada vez que, en diferentes circunstancias, se establecen comparaciones y semejanzas entre el partido Morena y el partido que gobern¨® casi todo el siglo XX, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), los simpatizantes del primero se apresuran a descalificar tal comparaci¨®n. En teor¨ªa, el PRI es uno de los grandes antagonistas de Morena y actualmente se considera un partido de oposici¨®n; en los hechos, una buena parte de los pol¨ªticos del PRI han sido acogidos dentro de Morena. A nivel local, es m¨¢s que evidente, la mayor¨ªa de las personas que operaba para el PRI lo hace ahora para Morena, quienes pasaban a repartir propaganda para el partido tricolor lo hacen ahora para el partido guinda. Si quieres tener alg¨²n futuro dentro de la clase pol¨ªtica mexicana, la decisi¨®n es clara, las oportunidades para participar del Estado prosperan dentro del partido que fund¨® Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, as¨ª lo entendieron incluso entidades pol¨ªticas de peligrosa ideolog¨ªa como el Partido Verde de M¨¦xico, por cierto, una verg¨¹enza para los partidos ecologistas del mundo.

Para viejas familias que controlan la pol¨ªtica local en diferentes estados, aliarse con Morena es cuesti¨®n de sobrevivencia, les permite seguir operando, mantener a salvo sus negocios y su zona de influencia a cambio de votar a favor de la Cuarta Transformaci¨®n en el poder legislativo, conseguir votos para el partido oficialista y resolver asuntos que no trastoquen radicalmente sus propios intereses; esto ha sido as¨ª en el caso de los Murat en Oaxaca y supongo que as¨ª ser¨¢ ahora para los expanistas Yunes en Veracruz, los antes ac¨¦rrimos enemigos del presidente de la rep¨²blica.

El escenario legislativo previo a la aprobaci¨®n de la reforma judicial en el Senado parec¨ªa complicado para Morena y sus aliados. Lograr la mayor¨ªa calificada se ve¨ªa cada vez m¨¢s cerca despu¨¦s de que dos senadores del PRD se hab¨ªan sumado a la coalici¨®n oficialista, pero a¨²n faltaba un voto decisivo.

Intercambiando opiniones con el polit¨®logo Armando Luna Franco, me pronostic¨® que lo m¨¢s probable era que Morena utilizara la vieja estrategia confiable del PRI, armar una carpeta con todo lo necesario para presionar a alg¨²n senador de la oposici¨®n para conseguir que votara a favor de la reforma o se ausentara por alguna vaga raz¨®n. ¡°Es de manual, les prometen luego impunidad¡± me dijo. Y as¨ª sucedi¨®, mientras las negociaciones hab¨ªan comenzado, el presidente del senado de la LXVI Legislatura, Gerardo Fern¨¢ndez Noro?a, comenz¨® a deslizar que con 85 votos se cumpl¨ªa con los dos tercios necesarios para obtener la mayor¨ªa calificada necesaria y as¨ª aprobar la reforma judicial. Esta pretensi¨®n mantuvo ocupada a las voces de la oposici¨®n, mientras que la vieja estrategia del PRI se pon¨ªa en acci¨®n. Se negoci¨® con el ac¨¦rrimo rival de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, con una de las familias que tal vez m¨¢s lo odia y con uno de los caciques m¨¢s corruptos de la clase pol¨ªtica mexicana. A¨²n m¨¢s, Yunes Linares fue acusado de proteger a la red de pederastas que denunci¨® la periodista Lydia Cacho, denuncia por la cual sigue exiliada.

Despu¨¦s de unas horas en los que el senador Yunes desapareci¨® sin responder a las llamadas de los compa?eros de su bancada, la estrategia se consum¨®. Primero fue Yunes padre quien dio la cara, luego Yunes hijo quien finalmente vot¨® a favor de la reforma judicial, acusado de traici¨®n por los panistas. Al mismo tiempo, justo un senador sin suplente del partido opositor Movimiento Ciudadano desapareci¨®, m¨¢s tarde dijo que ¡°la familia es primero¡± y que por esa raz¨®n decidi¨® acompa?ar a su padre a una diligencia legal que le impidi¨® presentarse a la votaci¨®n.

Era este tal vez el Plan B por si Yunes no aceptaba. Lo m¨¢s grotesco de este espect¨¢culo fue que Yunes padre apareci¨® escoltado por senadores de Morena y recibido por esa bancada entre aplausos, besos y abrazos. ?Era necesario recibir de este modo a uno de los pol¨ªticos m¨¢s corruptos de los que se tenga memoria? ?No es este recibimiento un insulto a todo el dolor causado por los abusos y las injusticias de los Yunes? ?No es una bofetada a las v¨ªctimas?.

La aplicaci¨®n de la vieja estrategia del PRI por parte de la nueva transformaci¨®n fue televisada, la vimos todos en vivo, en nuestras pantallas se nos fue entregando minuto a minuto, nos dimos cuenta c¨®mo se negoci¨® un voto a cambio de impunidad, no lo ocultaron mucho, estaban orgullosos de ello, se re¨ªan y se pavoneaban. Se saben impunes. Saben que esto no tendr¨¢ ning¨²n costo en las elecciones.

El priismo no est¨¢ necesariamente ligado a un partido pol¨ªtico por lo visto, el priismo es un modo de existencia de la pol¨ªtica mexicana, el PRI es el nombre de una serie de mecanismos, de un modo de hacer las cosas, de un sistema de estrategias y rituales, el PRI no es ya ese cascar¨®n sin vida que dirige Alito Moreno, el PRI es un modus operandi y el PRI duerme muy profundo, ontol¨®gicamente, dentro de la clase pol¨ªtica de este pa¨ªs.

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