La Oposici¨®n a Sheinbaum
PAN, PRI y MC enfrentan el reto de sus vidas. Hasta ayer, esos tres partidos gastaron la ¨²ltima etapa de su existencia en torno a un personaje que entr¨® a retiro la noche de este lunes
Circula un equ¨ªvoco que reza que la oposici¨®n a Claudia Sheinbaum hay que buscarla en las filas de Morena y sus r¨¦moras. No entiendo a qu¨¦ se debe tal confusi¨®n, pero m¨¢s valdr¨ªa que opositores reales s¨ª tengan claras misi¨®n y nueva ruta.
En Morena et al no habr¨¢ oposici¨®n a la presidenta. Lo que en cambio s¨ª veremos, con seguridad, son escaramuzas por ¡°fuego amigo¡±. Sheinbaum est¨¢ rodeada de comisarios de su predecesor. Gente que se cree tan merecedora de conducir la naci¨®n como ella.
Esos personajes, tanto los m¨¢s obvios ¡ªJes¨²s Ram¨ªrez, v. gr.¡ª como otros menos visibles ¡ªentre ellos algunos que intentaron aferrarse al hueso gubernamental¡ª, no evitar¨¢n la tentaci¨®n de asumirse como ex¨¦getas del obradorismo para enmendarle la plana a la nueva jefa.
Ser¨¢n, por definici¨®n, adoradores de la vela perpetua al tabasque?o. Y como tales, constituir¨¢n un valladar para una presidenta que, apremiada por distintas coyunturas, podr¨ªa optar, a quererlo o no, por cosas que parezcan o sean contrarias al gelatinoso ideario morenista.
En todo caso, esos que se resistan a Sheinbaum desde el obradorismo no pueden ser, en forma alguna, representantes del 40% del electorado que no eligi¨® a la candidata de Morena, que no comulga con el cambio de r¨¦gimen y ve al Plan C como intento antidemocr¨¢tico.
De forma que oposici¨®n como tal solo puede ser la que acudi¨® a las urnas, hizo campa?a o simplemente encontr¨® afinidad con lo que propon¨ªan las dos alternativas a Sheinbaum en la boleta.
Esa que pasados los comicios ha resistido chantajes y amenazas del obradorismo al aprobar el Plan C. Esos que aun sin militar en partido alguno, rechaza tal presi¨®n desde el gobierno a quien piensa distinto.
Esa que si bien tuvo algunos momentos de efectiva contenci¨®n al oficialismo en el sexenio anterior, no puede estar en absoluto satisfecha con su estrategia y mucho menos con los resultados electorales de la misma.
Quiz¨¢ la confusi¨®n sobre d¨®nde est¨¢n los opositores a Sheinbaum provenga de una realidad sombr¨ªa, del reconocimiento de que fuera de Morena no hay ni con qui¨¦n ni con qu¨¦ disputarle a la presidenta sus argumentos, propuestas o decisiones. De que no sirve la oposici¨®n.
Pero lo anterior dista de ser exacto. Muestra de ello fueron los desfiguros de Morena para conseguir el voto que le hac¨ªa falta en el Senado para reformas constitucionales. Tan pod¨ªa armarse el bloqueo opositor que el oficialismo trag¨® feos sapos para fichar un ¨ªdem.
Oposici¨®n hay, y sirve lo suficiente como para, en el mejor momento del obradorismo, es decir en los comicios del 2 de junio, haber retenido gubernaturas clave como la de Guanajuato y la de Jalisco. Y, lo mismo, para ser gobierno en las capitales de la mitad del pa¨ªs.
Cosa muy distinta es si la oposici¨®n sabe qu¨¦ har¨¢ para no ser borrada en los comicios de 2027, cuando se renuevan quince gubernaturas, y para ser clave en la era Sheinbaum, periodo en que de arranque sus votos en el Congreso no bloquean iniciativa alguna.
Porque es precisamente este ¨²ltimo factor, que su peso en el legislativo es apenas simb¨®lico, el que obliga a los partidos de oposici¨®n a no desaprovechar, como en 2018, la derrota, a articular el reposicionamiento pol¨ªtico que les devuelva algo de credibilidad.
PAN, PRI y MC enfrentan el reto de sus vidas. No hay exceso ret¨®rico en la frase. Hasta ayer, esos tres partidos gastaron la ¨²ltima etapa de su existencia en torno a un personaje que entr¨® a retiro la noche de este lunes. Y frente a ese pol¨ªtico la derrota de ese tr¨ªo es ya historia.
La coyuntura obliga a la oposici¨®n partidista a repensar el momento. Mas no ser¨¢ sencillo, pues cada uno de esos partidos tiene, como es p¨²blico, severos problemas internos; padecen secuelas de sendas luchas intestinas que complicar¨¢n su reposicionamiento externo.
Acci¨®n Nacional renovar¨¢ su dirigencia pero el proceso parece irremediablemente viciado. El dirigente Marko Cort¨¦s nunca entendi¨® que insistir en su modelo de perpetuidad en la persona de Jorge Romero es lo peor que le puede pasar a un PAN urgido de limpieza.
El PAN est¨¢ lastrado por sospechas de corrupci¨®n, entre otras cosas por el llamado cartel inmobiliario del que Romero es protagonista, y Cort¨¦s entregar¨¢ la estafeta de la peor manera posible: desacreditado por enjuagues en Coahuila, y por haber dado candidaturas a traidores.
En vez de hacerse a un lado, Cort¨¦s insiste en imponer a un sucesor de su cuadra, neg¨¢ndole a los blanquiazules la posibilidad de hacer una elecci¨®n de dirigencia que les haga nuevamente presentables ante el electorado y la opini¨®n p¨²blica.
Por su lado, el PRI est¨¢ en los tribunales litigando la legalidad del nuevo y pol¨¦mico periodo de Alejandro Alito Moreno, quien a pesar de las derrotas antes de pensar en irse ¨¦l, ech¨® del tricolor, primero de la estructura y luego del partido mismo, a figuras que le retaron.
Si bien Moreno puede alegar que en septiembre el PRI no se dobl¨® al calor del Plan C ¡ªmientras el PAN ve¨ªa que de sus filas sali¨® el voto traidor y los de MC siguen sin convencer por la ausencia de uno de sus senadores¡ª, eso no alcanza para borr¨®n y cuenta nueva.
La cantidad de derrotas estatales del PRI en tiempos de Moreno (perdi¨® once, retuvo dos) daba para que tiempo atr¨¢s se hubiera ido de la dirigencia, no para que todav¨ªa dispute en los tribunales su permanencia.
Su habilidad para retener el control interno es inversamente proporcional al ¨¦xito del tricolor en su periodo. Y lo mismo con su imagen externa.
Finalmente, Movimiento Ciudadano tiene mucho que remendar luego de la elecci¨®n en donde se fractur¨® el partido con recelos desde uno de sus bastiones ¡ªJalisco¡ª y dolorosas derrotas en el otro terru?o, Nuevo Le¨®n.
Parte de los saldos por el mal resultado electoral es que el l¨ªder emecista Dante Delgado no pudo llegar al Senado y su capacidad se va a extra?ar en esa c¨¢mara. Podr¨¢ en cambio dedicarse a reformular la estrategia para que no caigan en la irrelevancia en tres a?os m¨¢s.
Con eso a cuestas, los partidos de la oposici¨®n tienen que iniciar este martes una nueva era. La estrategia donde definir¨¢n cada uno en lo particular su posicionamiento frente a la presidenta Claudia Sheinbaum, y su oferta de mediano plazo frente al electorado.
En su cierre de campa?a, la hoy presidenta dijo que en su gobierno habr¨ªa espacio para escuchar a los que pensaran distinto. Nadie sabe cu¨¢nto de eso ser¨¢ realidad, y menos al principio, cuando las fuerzas de Morena sienten que no necesitan negociar nada, revisar nada.
Exigir a la presidenta que cumpla pasa, necesariamente, por una oposici¨®n digna de ese di¨¢logo, ya sea porque trae propuestas razonables, ret¨®rica eficaz, legitimidad suficiente y, por supuesto, sinton¨ªa con lo que quiere la mayor¨ªa de las y los mexicanos.
Si en cambio persisten en lo que no les funcion¨® desde 2018, incluidas mareas rosas, podr¨ªan dar sustancia al equ¨ªvoco de quienes creen que hoy, como en su tiempo con el viejo PRI, la ¨²nica v¨ªa para reformar al sistema es desde el interior. Oposici¨®n en Morena.
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