Garc¨ªa Luna: el castigo que M¨¦xico nunca impuso
El hecho de que nunca nadie en M¨¦xico toc¨® al exsecretario de Seguridad es producto de la debilidad de nuestro sistema de justicia, pero tampoco se puede justificar con argumentos de la t¨ªpica narrativa del oficialismo actual
Desde que Genaro Garc¨ªa Luna fue detenido hace casi cinco a?os hay un hecho obvio que pocas veces ha sido mencionado, mucho menos por quienes celebraron el arresto y ahora la sentencia de 38 a?os de c¨¢rcel: M¨¦xico no tuvo nada que ver en la investigaci¨®n, detenci¨®n, juicio y condena del exsecretario de Seguridad P¨²blica de M¨¦xico.
Los nexos de Garc¨ªa Luna con el Cartel de Sinaloa, que fiscales de Estados Unidos encontraron y probaron ante un juez y un jurado de ese pa¨ªs, nunca fueron investigados de manera formal en M¨¦xico. No lo hizo, por supuesto, el Gobierno de Felipe Calder¨®n, en donde Garc¨ªa Luna fue el arquitecto de su pol¨ªtica de seguridad, a pesar de que esos se?alamientos ven¨ªan desde esas ¨¦pocas. Tampoco el de Enrique Pe?a Nieto, que desmantel¨® la estrategia de su antecesor pero nunca toc¨® a quien la dise?¨®.
Pero es indispensable notar que tampoco lo hizo el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Algunos argumentan que no tuvo tiempo, que Estados Unidos se anticip¨®, pero las fechas no cuadran. Garc¨ªa Luna fue detenido en Dallas el 9 de diciembre de 2019, cuando L¨®pez Obrador ya ten¨ªa un a?o en la Presidencia. En ese a?o, la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica jam¨¢s movi¨® un dedo contra el exsecretario de Seguridad, pese a que en su tribuna ma?anera el entonces presidente lo fustigaba como emblema de la corrupci¨®n desde el primer d¨ªa.
Peor a¨²n, L¨®pez Obrador actu¨® con doble rasero. Cuando la misma fiscal¨ªa que investig¨® y detuvo a Garc¨ªa Luna en Estados Unidos investig¨® y detuvo al general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa del Gobierno de Pe?a Nieto por supuestos nexos con el narcotr¨¢fico, el Gobierno intervino en su defensa y logr¨® que fuera liberado antes de que hubiera un juicio. Eso a pesar de que tanto Garc¨ªa Luna como Cienfuegos hab¨ªan sido piezas clave en lo que se calificaba como una estrategia de seguridad fracasada y corrupta.
Esa es una incongruencia fundamental que no puede ser pasada de largo simplemente porque se celebra que Garc¨ªa Luna tendr¨¢ castigo por su actuaci¨®n. Ese castigo no lo pudieron aplicar las instituciones mexicanas, ni siquiera cuando al frente estaba un presidente convencido de que Garc¨ªa Luna hab¨ªa sido m¨¢s parte del problema que de la soluci¨®n de la narcoviolencia en M¨¦xico.
Sin duda, el hecho de que nunca nadie en M¨¦xico toc¨® a Garc¨ªa Luna es producto de la debilidad de nuestro sistema de justicia. Pero tampoco se puede justificar con argumentos de la t¨ªpica narrativa del oficialismo actual. Cuando not¨¦ en redes sociales que todo el proceso corri¨® a cargo de Estados Unidos, varias personas respondieron con una defensa de la reforma al Poder Judicial: en M¨¦xico los jueces son corruptos y cualquiera hubiera soltado a Garc¨ªa Luna.
Supongamos que eso es posible, hasta probable. Pero la respuesta confirma a¨²n m¨¢s la cr¨ªtica a la omisi¨®n del Gobierno mexicano: un juez no puede ver un proceso penal hasta que un ministerio p¨²blico se lo ponga enfrente. Y ning¨²n ministerio p¨²blico llev¨® a un juez una carpeta de investigaci¨®n contra el exsecretario de Seguridad P¨²blica. Si de algo debe servir esto es recordar que la reforma judicial de nada sirve si no se reforman las fiscal¨ªas, un tema en el que el Gobierno de L¨®pez Obrador no se movi¨® y el de Claudia Sheinbaum apenas anunci¨®.
Genaro Garc¨ªa Luna es responsable de mucho m¨¢s que haber ayudado a un c¨¢rtel del narcotr¨¢fico. Fue su criterio el que decid¨ªa a d¨®nde iba la Polic¨ªa Federal y con qu¨¦ ¨®rdenes, sin que eso tuviera mayor impacto en la seguridad de una regi¨®n.
En Coahuila, donde vivo, Garc¨ªa Luna tuvo dos momentos ¡°estelares¡±. En 2010, cuando el alcalde de Torre¨®n despidi¨® a toda la Polic¨ªa municipal infiltrada por los Zetas, autoridades y empresarios le hicieron repetidos llamados para que mandara m¨¢s polic¨ªas federales a llenar el hueco. Su respuesta no fue mandar m¨¢s, sino retirar a los que ya estaban. Al a?o siguiente, una unidad especial de la Polic¨ªa Federal le filtr¨® a Miguel ?ngel Trevi?o, jefe de los Zetas, informaci¨®n sobre c¨®mo la DEA hab¨ªa intervenido su tel¨¦fono, lo que llev¨® a la llamada ¡°masacre de Allende¡±.
Su apuesta a un modelo de Polic¨ªa Federal civil pudo haber sido la correcta, pero su manejo de la corporaci¨®n que creci¨® a m¨¢s de 30.000 elementos permiti¨® la corrupci¨®n y la infiltraci¨®n del crimen organizado y podemos tomarlo con el antecedente directo de la creaci¨®n de la Guardia Nacional y la decisi¨®n de militarizar la seguridad p¨²blica a nivel federal.
Si realmente se quiere celebrar la sentencia contra Garc¨ªa Luna, lo que toca es revisar a fondo todas las redes de complicidad que dej¨® su paso por la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica, pero tambi¨¦n atacar las complicidades que incluso ahora existen entre funcionarios y el crimen organizado. Sin eso, cualquier celebraci¨®n ser¨¢ hueca.
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