Las cartas de M¨¦xico ante Trump
La econom¨ªa de Estados Unidos es m¨¢s dependiente de M¨¦xico de lo que el republicano est¨¢ dispuesto a aceptar
Ante las duras amenazas de Trump de imponer sanciones comerciales y realizar deportaciones masivas, M¨¦xico debe responder con sosiego. Estados Unidos depende m¨¢s de M¨¦xico de lo que Trump vocifera. Tiene cartas con que negociar.
Como ha mostrado el Peterson Institute for International Economics, el programa de deportaciones y aranceles de Trump ocasionar¨ªan que la econom¨ªa de Estados Unidos se contrajera entre 2,8 y 9,7 puntos, una recesi¨®n hasta cuatro veces superior a la de la pandemia. Las ideas de Trump ser¨ªan un desastre para su propio partido, pues adem¨¢s de una crisis econ¨®mica, crear¨ªan un incremento inflacionario de entre 4 y 7 puntos anuales, tan solo durante los dos primeros a?os de su Administraci¨®n. Esto es grave considerando que una de las principales razones detr¨¢s del voto Trumpista fue el disgusto con el aumento en precios observado en los ¨²ltimos a?os.
Si Estados Unidos hiere a M¨¦xico, se estar¨¢ hiriendo a s¨ª mismo. Por ello, si Trump implementa sanciones, m¨¢s que entrar en p¨¢nico, M¨¦xico debe reaccionar como el adulto en la habitaci¨®n, implementar sanciones equiparables y permitir que Estados Unidos experimente las consecuencias.
A diferencia de lo que Trump dice, la relaci¨®n comercial de Estados Unidos con M¨¦xico no reduce la cantidad de empleos disponibles para los ciudadanos estadounidenses, los aumenta. De hecho, por cada 131 empleos que las empresas estadounidenses crean en M¨¦xico, se generan 333 empleos en Estados Unidos debido a aumentos en la productividad.
M¨¢s a¨²n, la inversi¨®n mexicana en Estados Unidos ¡ªque existe gracias a la relaci¨®n comercial¡ª es responsable de la generaci¨®n de 123.000 empleos en Estados Unidos, seg¨²n estimados del Wilson Center. No es verdad que solo Estados Unidos invierta en M¨¦xico, M¨¦xico tambi¨¦n invierte de vuelta y genera efectos muy positivos para los estadounidenses. Tampoco es cierto que los trabajadores migrantes mexicanos reduzcan la cantidad de trabajos disponibles en Estados Unidos. Seg¨²n datos del economista americano Michael Clemens, por cada 10 trabajadores migrantes deportados, se pierden entre 1 y 2 estadounidenses debido a que las empresas reducen sus ingresos.
Sin embargo, independientemente de que los datos sean contundentes en mostrar que Estados Unidos se beneficia por su relaci¨®n con M¨¦xico, lo cierto es que el Trumpismo lleg¨® para quedarse. Trump ha sembrado una profunda desconfianza hacia la globalizaci¨®n y hacia M¨¦xico, que ha causado que las herramientas diplom¨¢ticas, que anteriormente funcionaban para posicionar positivamente la relaci¨®n bilateral, hayan perdido eficacia.
Es tiempo de dise?ar nuevas estrategias para defender a M¨¦xico en la arena internacional.
Un camino prometedor es usar el sistema judicial estadounidense para impulsar la agenda mexicana. Por ejemplo, las reclamaciones legales de M¨¦xico hacia la industria armament¨ªstica Estados Unidos han tenido un impacto medi¨¢tico significativo y han llevado el tema a los m¨¢s altos tribunales. Crear un equipo de legal de alto nivel que lleve temas a las cortes estadounidenses tiene gran potencial de impacto.
Otro camino que tendr¨ªa a¨²n m¨¢s fuerza ser¨ªa crear una organizaci¨®n sin fines de lucro similar al American Israel Public Affairs Committee. Un centro que organice a los mexicanos viviendo en Estados Unidos para convertirlos en un grupo de presi¨®n bipartidista que impulse la agenda de M¨¦xico en la arena internacional. Morena piensa que lo anterior est¨¢ en curso por medio de los comit¨¦s del partido, pero no es as¨ª. Los comit¨¦s no operan de manera ordenada, no tienen una agenda estrat¨¦gica y no sirven m¨¢s que para realizar organizaci¨®n pol¨ªtica mexicana.
No se trata de hablar de pol¨ªtica mexicana en Estados Unidos, sino de tomar la pol¨ªtica de Estados Unidos por sorpresa. Lo que se necesita es un grupo de cabildeo profesional que tenga una super-PAC y pueda financiar a candidatos afines a la agenda mexicana. El grupo podr¨ªa tener oficinas regionales de naturaleza multipartidista y debe buscar tener interlocuci¨®n con autoridades de manera constante y cultivar perfiles de candidatos afines a M¨¦xico que puedan ganar elecciones en el futuro. En esa misma l¨ªnea es imperante que M¨¦xico comience a operar una mejor imagen de s¨ª mismo en el extranjero. Urge reconquistar espacios como el Mexico Institute, The Dialogue, el Center for Mexico-U.S. Studies y otros centros de pensamiento que en su momento serv¨ªan como interlocutores de las ideas del Gobierno mexicano, pero ahora se han desalineado.
Esos espacios, anteriormente afines con la agenda gubernamental, ahora han sido utilizados mayormente por fuerzas opositoras. Esto no ha sucedido porque los centro tengan mala fe, o sean inherentemente opositores, sino porque el Gobierno mexicano no ha hecho un esfuerzo por dialogar con ellos, ni por tener enviados que puedan articular las bondades de su agenda en el extranjero.
Por su parte, Sheinbaum podr¨ªa considerar jugar la carta de l¨ªder fuerte y popular, atributos que Trump suele admira en sus contrapartes. A Trump se le debe reconocer como un l¨ªder leg¨ªtimo, pero tambi¨¦n se debe jugar con su ego y proveerlo de ganancias cosm¨¦ticas que el presidente de Estados Unidos pueda vender a sus electores como grandes victorias.
Trump no busca destruir la econom¨ªa mexicana. Busca algo mucho m¨¢s mundano que el gobierno mexicano puede estrat¨¦gicamente darle a cuentagotas: popularidad, triunfos medi¨¢ticos y la figura de l¨ªder fuerte.
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