Trump, ?y ahora qu¨¦?

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Al viernes pasado le sigui¨® un ligero ¨¢nimo de celebraci¨®n. Una especie de suspiro de alivio. Se hab¨ªa sobrevivido a la primera semana ¡ªturbulenta¡ª de Donald Trump en el poder. No sin perder como m¨ªnimo la tranquilidad y la certidumbre. Con numerosas dificultades, M¨¦xico ya hab¨ªa superado una primera presidencia del republicano. Las dudas sobre el segundo mandato eran ¡ªo son¡ª infinitas. Los m¨¢s optimistas pensaban que ya le conoc¨ªan. Mucha amenaza, un poco menos de acci¨®n. Los m¨¢s pesimistas, quiz¨¢s m¨¢s acertados, alertaron contra la catarata de ¨®rdenes ejecutivas que hab¨ªan sido prometidas y que vieron la luz el mismo lunes de la toma de posesi¨®n. Las nuevas preocupaciones ahora tienen nombre: deportaciones, aranceles, terrorismo. Pero el fin de semana hab¨ªa llegado. Dos d¨ªas que pod¨ªan servir de respiro para procesar tanta cosa. Sin embargo, Trump pinch¨® los planes otra vez para enviar una peque?a muestra de lo que ser¨¢n los pr¨®ximos cuatro a?os: ni un d¨ªa de paz.

Despu¨¦s de dos meses y medio de especulaciones sobre c¨®mo ser¨ªa, la segunda presidencia ya es una realidad. Ya lleg¨®, ?y ahora? ?Qu¨¦ se hace? Una forma de responder a la avalancha trumpista fue la de Gustavo Petro, que este fin de semana bloque¨® el aterrizaje de dos vuelos cargados de personas deportadas por Estados Unidos. La imposici¨®n de aranceles del 25% a todas las importaciones de Colombia hizo ceder al latinoamericano un ratito m¨¢s tarde y aceptar todos los vuelos colmados de migrantes colombianos. Esa amenaza del 25% de aranceles, que tambi¨¦n persigue a M¨¦xico, estaba latente. Pero, hasta este domingo, solo era una amenaza. Okey, Trump ya demostr¨® que lo puede hacer real entre el brunch y la cena. Alerta para Colombia, pero tambi¨¦n para el resto de Am¨¦rica Latina.

Los inminentes aranceles, previstos para el 1 de febrero en el caso de M¨¦xico, son solo uno de los primeros retos que enfrenta a Claudia Sheinbaum, que pidi¨® esta semana tener la ¡°cabeza fr¨ªa¡±. El m¨¢s apremiante en este momento es el de los migrantes deportados. A diferencia de Colombia, M¨¦xico comparte con Estados Unidos unos 3.100 kil¨®metros de frontera. La presidenta dijo este lunes que en siete d¨ªas ya hab¨ªan recibido m¨¢s de 4.000 personas deportadas. El abrumador n¨²mero es el motivo por el que el Gobierno envi¨® a decenas de funcionarios ¡ªmuchos sin experiencia en el tema¡ª a las ciudades fronterizas para atender una crisis que ya asfixiaba al pa¨ªs. Y eso que Trump ha dicho que las medidas que tom¨® son ¡°solo el comienzo¡±. Cuesta imaginar hoy lo que queda por delante en los pr¨®ximos a?os.

La tercera amenaza es la que abre el debate por los c¨¢rteles de la droga. Entre tanto documento que firm¨® el republicano la semana pasada, hab¨ªa uno que abr¨ªa un nuevo escenario en territorio mexicano. Trump decidi¨® catalogar a estos grupos del crimen organizado como organizaciones terroristas. No se trata de una cuesti¨®n meramente ret¨®rica. La medida le da un poder sin precedentes del que todav¨ªa se desconocen los l¨ªmites. M¨¦xico se pregunta hoy si la designaci¨®n abre la puerta a una intervenci¨®n militar en su territorio. Nadie sabe con mucha certeza qu¨¦ pasar¨¢, si la guerra contra el fentanilo decantar¨¢ en una invasi¨®n de agentes de la DEA o solo traer¨¢ las cl¨¢sicas sanciones del Departamento del Tesoro. De momento solo es un elemento que a?ade m¨¢s presi¨®n a la relaci¨®n bilateral. ?Como si necesitara un ingrediente extra!

Pero, ?cu¨¢l es el plan de Sheinbaum a largo plazo? La pregunta del mill¨®n. Esa y otra enorme inc¨®gnita: ?qui¨¦n va a negociar con el Gobierno trumpista lo que se viene? ?Va a ser Altagracia G¨®mez? ?Va a ser Marcelo Ebrard? Las cosas se ven m¨¢s oscuras sin la relaci¨®n amistosa de L¨®pez Obrador y Trump sobre la mesa. Tampoco existe un lazo fuerte con la nueva Administraci¨®n estadounidense que vaya a salvar al Gobierno morenista. Las preocupaciones son todas. Tantas que casi toda la pol¨ªtica nacional, excepto algunos personajes secundarios, fren¨® su agenda un momento para atender la nueva realidad. Las pugnas internas del partido guinda pasaron a un segundo plano y las radios que suelen ser cr¨ªticas con el Ejecutivo dejaron a un lado su tema preferido, la reforma judicial, por un segundo. Todos miran ahora atentos a Palacio Nacional, a ver si sale de all¨ª alg¨²n gesto que indique hacia d¨®nde hay que caminar.