13 minutos dentro de la ley
En el lugar al que no llega la justicia, ni las im¨¢genes de un v¨ªdeo, ni el periodismo que las publica, se quedan las familias de los muertos con informes llenos de eufemismos
El 2 de julio de 2019, EL PA?S inform¨® de la muerte de Iliass Tahiri en un centro de menores de Almer¨ªa gestionado por Ginso, una asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro fundada por un empresario (¡°?No suena raro que un arquitecto con empresas de construcci¨®n cree una asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro con la que consigue contratos de obra?¡±. ¡°No, y es legal¡±). Fuentes de la investigaci¨®n dieron esta informaci¨®n entonces: ¡°Tras permanecer atado m¨¢s de media hora, todo indica que el chaval ha muerto de un infarto, no presenta signos de violencia¡±. Pocas cosas m¨¢s peligrosas que un ¡°todo indica¡±. Desplaza la sospecha sin un solo hecho: siga por ah¨ª, no le digo por qu¨¦, f¨ªese de m¨ª. El peri¨®dico recordaba entonces que en otro centro de menores gestionado por la misma asociaci¨®n en la Comunidad de Madrid, en 2011, se produjo la muerte de otro chico, Ram¨®n Barrios, por ¡°un cuadro cl¨ªnico de excitaci¨®n previa al fallecimiento como desencadenante de una muerte con causa indeterminada y sin signos de violencia¡±, seg¨²n el informe forense; ¡°varios ataques de angustia y despu¨¦s un ataque al coraz¨®n¡±, dijo el Gobierno madrile?o. Ten¨ªa 19 a?os.
En los ¨²ltimos tiempos se ha hecho menci¨®n a denuncias tanto de j¨®venes recluidos y de extrabajadores, a abusos como los difundidos en 2015 (dos menores atados boca abajo en una cama) en esos centros gestionados por Ginso mediante concesi¨®n. Ese a?o, 2015, la Polic¨ªa Nacional condecor¨® a Ginso con la Cruz de la Orden al M¨¦rito Policial. Todo archivado, todo resuelto entre eufemismos: son protocolos de contenci¨®n, m¨¦todos de sujeci¨®n mec¨¢nica. Pr¨¢cticas legales. Por ah¨ª se iba la muerte de Ilias Tahiri, ya archivada por la juez tras descartar el forense la asfixia que s¨ª aparec¨ªa en un informe preliminar (¡°signos muy evidentes con livideces extensas de color azul oscuro¡±), se?alar que tard¨® en ser inmovilizado cuatro minutos y concluir que la causa probable de la ¡°muerte violenta accidental¡± fue una ¡°arritmia cardiaca¡±. Ten¨ªa 18 a?os.
El v¨ªdeo que public¨® este martes la periodista Patricia Ortega Dolz en EL PA?S demuestra que Iliass Tahiri fue introducido esposado en una habitaci¨®n por seis personas que lo ataron a la cama y se colocaron encima de ¨¦l con uno de ellos presion¨¢ndole con la rodilla una zona cercana a la cabeza. Que no tardaron cuatro minutos en inmovilizarlo porque no hab¨ªa nada que inmovilizar: la v¨ªctima no opuso resistencia. Que estuvieron 13 minutos encima de ¨¦l. Y que cuando se fueron sacando de encima, el chico estaba muerto.
La noticia pone el foco sobre muertes anteriores, como la de Barrios de 2011, y sobre abusos denunciados sistem¨¢ticamente y mayormente olvidados. El v¨ªdeo demuestra asuntos igualmente inc¨®modos: no s¨®lo la muerte, sino la impunidad que la rodea. Uno sabe que vive en un Estado de derecho porque el crimen tiene un precio: al criminal se le castiga; a la v¨ªctima, o su familia, se le hace justicia. Esto demuestra el v¨ªdeo: que han fallado uno a uno ¨Cdesde los centros estatales puestos en manos privadas hasta la justicia¨C todos los eslabones que deb¨ªan garantizar a los padres de Iliass Tahiri el esclarecimiento de la muerte de su hijo. Esto tambi¨¦n demuestra el v¨ªdeo: que no sabemos lo que pasa cuando no hay im¨¢genes, o cuando las hay y se destruyen. Y en ese lugar al que no llega la justicia, ni las im¨¢genes de un v¨ªdeo, ni el periodismo que las publica, se quedan las familias de los muertos con informes llenos de eufemismos, personal conjurado para contar la misma versi¨®n y la seguridad de que unas muertes se archivan antes que otras dependiendo de si se producen o no bajo la tutela del Estado, si tu familia tiene recursos o no, si tu madre habla o no espa?ol, o si tu vida importa tan poco como para achac¨¢rsela al coraz¨®n cuando tienes 18 a?os.
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