El sue?o perdido del Rey
Todo lo resumi¨® ya Cristina de Borb¨®n: ¡°Me educaron en lo que ten¨ªa que hacer, pero nunca me dijeron lo que no deb¨ªa hacer¡±. Porque resulta que hab¨ªa que dec¨ªrselo
Poco antes de las cinco de la ma?ana del viernes 13 de abril de 2012, el rey de Espa?a, Juan Carlos I, se levant¨® de la cama en un campamento de Botsuana, donde estaba cazando elefantes, tropez¨® contra un escal¨®n y se rompi¨® la cadera. Ten¨ªa 74 a?os y era intocable. Desde ese d¨ªa, mientras Espa?a se pregunta qu¨¦ jefe de Estado se da unas vacaciones de lujo para matar animales en ?frica con cinco millones de parados y hasta d¨®nde llega la sombra de la mujer que lo acompa?aba, ¨¦l probablemente se haga otras preguntas: ad¨®nde carallo iba en mitad de la noche, por qu¨¦ no encendi¨® la luz, por qu¨¦ no dej¨® el agua en la mesilla, por qu¨¦ no fue al ba?o antes de dormir o qu¨¦ necesidad, en fin, hab¨ªa de levantarse. Uno puede, dijo De Quincey, cometer el m¨¢s aberrante de los cr¨ªmenes, pero corre el riesgo de acabar faltando un d¨ªa a misa.
Es conocido todo lo que pas¨® despu¨¦s: nada que no hubiese pasado antes, pero publicado. La declaraci¨®n que Corinna Larsen hizo al fiscal que investiga si los 65 millones de euros que el rey de Arabia Saud¨ª dio al rey Juan Carlos I fue una sobrecomisi¨®n por las obras del AVE a La Meca, revelada por EL PA?S, tiene el mismo sentido exacto que la monarqu¨ªa en Espa?a: se exige fe a falta de razones; fe en que un rey extranjero d¨¦ ese dinero porque s¨ª, fe en que el siguiente monarca espa?ol salga mejor. Hay que creer, por tanto, que el dinero se lo regal¨® el rey saud¨ª a Juan Carlos I a cambio de nada, y ¨¦ste a su vez se lo regal¨® a Corinna Larsen ¡°por gratitud y amor¡±. Con semejante euforia respecto a esos 65 millones lo sospechoso no es que Corinna se los quedase, sino que no los regalase al aparcacoches del hotel Connaught. Es posible que, vistas las declaraciones, el asunto acabe en un fastuoso ¡°circulen¡±, uno m¨¢s, aun siendo destripado un modus operandi que, entre bancos suizos que no indagan a fondo el origen del ingreso (la higi¨¦nica y muy valorada Arabia Saud¨ª), fundaciones, estructuras ad hoc y para¨ªsos fiscales, no recuerda tanto a una millonaria historia de amor como a un manual de instrucciones de blanqueo de capitales. Todo lo resumi¨® ya Cristina de Borb¨®n en medio del esc¨¢ndalo Noos, seg¨²n revelaci¨®n de Ana Romero en su Final de partida (La Esfera, 2015): ¡°Me educaron en lo que ten¨ªa que hacer, pero nunca me dijeron lo que no deb¨ªa hacer¡±. Porque resulta que hab¨ªa que dec¨ªrselo.
La consecuencia de la bancarrota moral del juancarlismo, ese movimiento social fundado por pudorosos, ha desembocado en el republicanismo pragm¨¢tico (d¨ªcese de los que se proclaman republicanos sin tocar nada ¡°porque con Felipe VI estamos muy bien¡±, como los catalanes que quieren el refer¨¦ndum ¡°para votar no¡±; no discuto su existencia: en la final de Mil¨¢n hab¨ªa madridistas a los que no les importaba que ganase el Atleti ¡°porque el f¨²tbol se lo debe¡±). Y han dejado al anterior Rey ¡ªal que hace 10 a?os colocaban por encima de monarqu¨ªas y rep¨²blicas¡ª viejo, enfermo, cansado y pendiente no ya de que la sociedad espa?ola le crea, sino de que lo haga un juez. ?Qu¨¦ hubiera pasado si aquella noche no hubiese tropezado con un escal¨®n? Insomne a las cinco de la ma?ana en un campamento de Botsuana, no deja de tener gracia que en su ¨²ltimo discurso oficial antes de irse de safari dijese que el paro juvenil de Espa?a le hac¨ªa ¡°perder el sue?o¡±. Mira que si fue eso.
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