En el manifiesto #liberteofuturo (#liberaelfuturo), lanzado el domingo 5 de julio, escribimos: ¡°Lanzamos este movimiento porque no queremos que nos maten como si fu¨¦ramos ganado. Ya sea en el campo o en la ciudad, queremos vivir como selva ¡ªen pie¡ª y luchar¡±. S¨ª, queremos luchar por el futuro del presente, en el presente. Nosotr@s, que hemos sido tan competentes imagin¨¢ndonos el fin del mundo ¡ªdesde el apocalipsis b¨ªblico hasta las pel¨ªculas de zombis, desde los virus (ahora hemos tenido una muestra) hasta un ataque alien¨ªgena, ...
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En el manifiesto #liberteofuturo (#liberaelfuturo), lanzado el domingo 5 de julio, escribimos: ¡°Lanzamos este movimiento porque no queremos que nos maten como si fu¨¦ramos ganado. Ya sea en el campo o en la ciudad, queremos vivir como selva ¡ªen pie¡ª y luchar¡±. S¨ª, queremos luchar por el futuro del presente, en el presente. Nosotr@s, que hemos sido tan competentes imagin¨¢ndonos el fin del mundo ¡ªdesde el apocalipsis b¨ªblico hasta las pel¨ªculas de zombis, desde los virus (ahora hemos tenido una muestra) hasta un ataque alien¨ªgena, desde el dominio de la inteligencia artificial hasta el holocausto nuclear¡ª, tenemos que ser capaces de imaginar el fin del capitalismo. Tenemos que ser capaces, principalmente, de imaginar un futuro donde podamos y queramos vivir. Imaginar es una acci¨®n pol¨ªtica. Imaginar es un instrumento de resistencia. Imaginar el futuro es empezar a crear el presente.
?C¨®mo empez¨® este movimiento? Por el espanto y por el deseo, como en general casi todo empieza. La pandemia estaba tomando forma en el mundo, Italia viv¨ªa escenas de peste y Brasil solo anunciaba su primer caso. Pero ya hab¨ªa quienes hablaban del regreso a la normalidad. Este fue nuestro espanto. Como personas conscientes de la crisis clim¨¢tica, de la destrucci¨®n acelerada de la biodiversidad y de la desigualdad abismal, ya esper¨¢bamos que llegara el tiempo de las pandemias. Sin embargo, existe una gran diferencia entre prever lo que suceder¨¢ ante la destrucci¨®n persistente de la naturaleza ¡ªa partir del conocimiento de los pueblos ind¨ªgenas y de las investigaciones cient¨ªficas¡ª y vivir lo que est¨¢ sucediendo. El espanto era por vivir la pandemia, pero tambi¨¦n por lo que se dise?aba como la ¡°vuelta a la normalidad¡± posterior a la pandemia. ?Normalidad para qui¨¦n?, fue nuestra primera pregunta.
Sab¨ªamos que, con la recesi¨®n que se anunciaba, las corporaciones que dominan el mundo, as¨ª como los gobernantes, pol¨ªticos, economistas y ejecutivos a los que financian, har¨ªan restallar el l¨¢tigo en la espalda del ganado humano en que nos convirti¨® el capitalismo neoliberal. El discurso sobre retomar y acelerar la producci¨®n vendr¨ªa con toda su fantasmagor¨ªa. Y la anormalidad que ya vivimos podr¨ªa ¡ªy puede¡ª convertirse en una anormalidad a¨²n m¨¢s mortal, que brutalice a¨²n m¨¢s los cuerpos humanos y no humanos.
En aquel momento, marzo de 2020, todos nuestros esfuerzos se centraron en crear acciones y campa?as para proteger a quienes m¨¢s afectar¨ªa la pandemia. Nos movilizamos para atenuar el sufrimiento del presente inmediato, promoviendo colectas en internet para comprar cestas b¨¢sicas ecol¨®gicas, con productos de productores locales de comunidades vulnerables, y presionando para fortalecer la sanidad p¨²blica. Sin embargo, nos dimos cuenta de que tendr¨ªamos que hacer m¨¢s. Tendr¨ªamos que disputar el futuro en el presente.
Este movimiento empez¨® con dos personas hablando por WhatsApp, otras se unieron en una primera reuni¨®n por Zoom en abril y hoy, tres meses despu¨¦s, somos much@s. Cada cual haciendo lo que sabe hacer mejor y tod@s aprendiendo a hacer lo que no saben, porque estos tiempos son as¨ª, como he escrito durante a?os en este espacio: no basta hacer lo que sabemos, tambi¨¦n tenemos que hacer lo que no sabemos. Es el desaf¨ªo de este momento.
Nuestro movimiento no tiene due?o. Ni permitiremos que lo capturen. Somos Yo+1+. Esta es la ecuaci¨®n de la rebeli¨®n, creada por ?lio Alves da Silva, un poeta y pescador del Medio Xing¨², en la Amazonia. ¡°Yo solo no puedo hacer nada, solo cuento como uno. Pero, si llamo a uno m¨¢s, ya empezamos a poder. Y si ese uno llama a uno m¨¢s y a uno m¨¢s y... Entonces podemos¡±. Como algunos pensadores han se?alado, no solo el virus puede propagarse a una velocidad vertiginosa, sino tambi¨¦n las ideas. Boca a boca. Por lo tanto, invitamos a tod@s a unirse a nosotr@s en el movimiento por la liberaci¨®n del futuro.
Antes de explicar c¨®mo participar, quiero hablar sobre por qu¨¦ entendemos que el futuro, hoy, est¨¢ secuestrado.
Nosotr@s, los que hoy estamos vivos, nunca nos hemos enfrentado a una amenaza como la del coronavirus. Si tantos repiten que el mundo ya no ser¨¢ el mismo, y no lo ser¨¢, ?cu¨¢l es el mundo que queremos?
La necesidad imperiosa de la emergencia es luchar por la vida amenazada por el virus. Sin embargo, cabe hacer algo todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil: luchar por el futuro posvirus. La interrupci¨®n de la normalidad para pocos, de la anormalidad para la mayor¨ªa, que el virus ha provocado puede ser una oportunidad para dise?ar una sociedad basada en otros principios, capaz de detener la cat¨¢strofe clim¨¢tica y promover la justicia racial y entre especies. Lo peor que nos puede pasar despu¨¦s de la pandemia es precisamente volver a la anormalidad que nos aplasta. Lo que muchos llaman nueva normalidad, y que nosotr@s entendemos que es una ¡°nueva anormalidad¡±.
Incluso bastiones de la prensa liberal, como la revista The Economist y el peri¨®dico Financial Times, ambos nacidos en la cuna del capitalismo, han anunciado que es necesario dar un paso atr¨¢s. Una mayor intervenci¨®n del Estado y pol¨ªticas como ofrecer una renta b¨¢sica y tasar las fortunas, anteriormente consideradas ¡°ex¨®ticas¡± por estos medios, se han incluido en el enfoque del nuevo contrato social en el mundo pospand¨¦mico. Conceder un poco para garantizar que nada cambie esencialmente es un viejo truco. Sin embargo, ya podemos ver que las viejas fuerzas se est¨¢n reorganizando para intentar mantenerlo todo no solo como era, sino explotando a¨²n m¨¢s a los mismos de siempre: nosotr@s.
Sabemos que, en una crisis, las personas se aferran a lo que conocen. Aunque lo que conozcan sea muy malo, les reconforta m¨¢s conocer su propia minusval¨ªa que arriesgarse a lo desconocido, que puede traerles una miseria con la que no tienen intimidad. El sentimiento de desamparo es muy dif¨ªcil de aguantar. Por lo tanto, es muy probable que todas las ¡°buenas¡± intenciones ¡ªpersonales, corporativas, gubernamentales (para aquellos que tienen un Gobierno m¨ªnimamente decente)¡ª desaparezcan junto con la amenaza del virus, si se encuentra la vacuna, y la gente retome sus puestos en las jaulas de cada d¨ªa. Hasta la pr¨®xima pandemia o el pr¨®ximo desaf¨ªo de la emergencia clim¨¢tica en curso. O puede ser incluso peor: las personas pueden aceptar la p¨¦rdida de m¨¢s derechos y dar m¨¢s poder a quienes nos oprimen en un intento por salvarse del pr¨®ximo virus o la pr¨®xima cat¨¢strofe. Y vendr¨¢n si no se produce un cambio radical en la forma de vivir.
Sin embargo, el virus ha revelado un secreto, como se?al¨® el fil¨®sofo franc¨¦s Bruno Latour en un art¨ªculo que ¡°se hizo viral¡±. Con el virus, hemos descubierto que quienes afirmaban que era imposible dejar de producir, reducir el n¨²mero de vuelos, aumentar las inversiones gubernamentales o cambiar radicalmente los h¨¢bitos simplemente ment¨ªan. El mundo ha cambiado en semanas en nombre de la vida. Tambi¨¦n en nombre de la vida necesitamos mantener las buenas pr¨¢cticas que han surgido en este per¨ªodo y presionar como nunca antes por otro tipo de sociedad, tejida con otros hilos.
En el sistema capitalista, el planeta, supuestamente a disposici¨®n de los consumidores, se ha consumido; especies enteras se han destruido y otras se han sometido para que sus cuerpos se consuman a un ritmo de producci¨®n industrial. As¨ª, naces para ¡ªconsumiendo tu cuerpo y tu tiempo¡ª ser consumido y consumirte. Y as¨ª, desde la revoluci¨®n industrial, cuando empez¨® un proceso cada vez m¨¢s r¨¢pido de emisi¨®n de CO2 al quemar combustibles f¨®siles (carb¨®n, petr¨®leo, etc.), los humanos se han convertido en una fuerza de destrucci¨®n del planeta. Pero cuidado: no todos los humanos, sino la minor¨ªa dominante.
Presionadas por el colapso de la naturaleza que han provocado y la evidencia de que habr¨¢ m¨¢s pandemias, las grandes corporaciones que controlan el mundo y los que se benefician de ellas ahora intentan reinventar el sistema de destrucci¨®n, como ya hicieron en el pasado, para mantener el control y seguir enriqueci¨¦ndose. Y tienen muchas posibilidades de conseguirlo.
Queremos evitar que reorganicen la anormalidad. Y queremos hacerlo por el camino m¨¢s radical, el de la imaginaci¨®n. Rescatando la posibilidad de volver a imaginar otros mundos posibles. Aislamiento f¨ªsico, s¨ª. Aislamiento social, nunca.
?Y por qu¨¦ ¡°liberar¡± el futuro? Porque entendemos que el futuro ¡ªal igual que nosotr@s ¡ª ha sido secuestrado por los d¨¦spotas elegidos que ahora gobiernan parte del mundo.
?C¨®mo result¨® elegido Jair Bolsonaro, el man¨ªaco que intenta matar a casi tod@s, excepto a su familia y amigos? Como Donald Trump y otros: vendiendo un pasado que nunca ha existido. Los d¨¦spotas elegidos, como Bolsonaro, Trump y toda la panda de perversos y mentirosos, venden el regreso a lo que nunca sucedi¨®. Un pasado en el que hab¨ªa paz y cada uno aceptaba pasivamente su lugar, lo que significa que los negros aceptaban pasivamente su lugar subalterno, los ind¨ªgenas aceptaban pasivamente su lugar subalterno, las mujeres aceptaban pasivamente su lugar subalterno, tod@s aceptaban pasivamente que el g¨¦nero era binario o, de lo contrario, era desviaci¨®n. Un pasado donde todo estaba en su lugar y tod@s sab¨ªan el lugar de cada cosa y todo estaba pac¨ªficamente determinado.
Pero sabemos que no hab¨ªa paz en ese pasado. Que estaba cosido con conflictos, con sometimientos, con eliminaciones y exterminios. Los d¨¦spotas elegidos como Trump y Bolsonaro limpian los conflictos y las muertes de este pasado y lo envuelven para ofrec¨¦rselo a una poblaci¨®n asustada con un mundo movedizo, una poblaci¨®n asustada con las insurrecciones de los que siempre hab¨ªan sido considerados subhumanidades, como dice el pensador ind¨ªgena Ailton Krenak, los que siempre han estado en la periferia de la vida p¨²blica y privada y han comenzado a disputar el centro.
Pero ?por qu¨¦ los d¨¦spotas elegidos ofrecen un pasado que nunca ha existido? Ah¨ª est¨¢ otro secreto que queremos revelar al mundo. La respuesta es que no tienen un futuro que ofrecer. El futuro es la crisis clim¨¢tica, que se esfuerzan por negar, pero est¨¢ sucediendo. El futuro es hostil. Para conquistar el poder y mantenerlo, tienen que vender un pasado que nunca ha existido y negar vehementemente el futuro. Es muy importante entender que solo conquistan y mantienen el poder negando el futuro.
No son negacionistas de la crisis clim¨¢tica porque creen que no existe. Son negacionistas porque no pueden ofrecer un futuro precisamente porque est¨¢n al servicio de corporaciones transnacionales y grupos locales que producen la crisis clim¨¢tica. Este es el punto d¨¦bil de esta extrema derecha asesina, en algunos casos fascista, que hoy gobierna Brasil y otros pa¨ªses del mundo: cuando niegan la crisis clim¨¢tica ¡ªporque solo pueden negarla¡ª, tambi¨¦n tienen que negar el futuro.
Esta es la fisura que ha abierto la pandemia. De repente, el mundo se detuvo. Cuando los pueblos ind¨ªgenas, los cient¨ªficos y los adolescentes gritaban que hab¨ªa que reducir la producci¨®n para salvar nuestra vida en el planeta, que hab¨ªa que cambiar la forma en que vivimos, los gobernantes y las grandes corporaciones dijeron que era imposible. ?Qu¨¦ ha demostrado la pandemia? Que s¨ª que es posible. Y que se puede hacer r¨¢pidamente. En unas pocas semanas, sucedi¨® lo imposible.
Esta es tambi¨¦n la raz¨®n de que economistas neoliberales al servicio de gobiernos neoliberales, as¨ª como la media docena de personas que representan (esa mistificaci¨®n) llamada mercado, intentan recolocar r¨¢pidamente el discurso de la vuelta a la normalidad, el discurso de la producci¨®n y del crecimiento, para mostrar que es posible cambiarlo todo, pero solo por un corto per¨ªodo de tiempo. Luego, hay que correr y recuperar la producci¨®n y las ganancias perdidas. A expensas, como todos saben, de nuestros cuerpos. El ¡°sacrificio¡± es de la mayor¨ªa para que la minor¨ªa mantenga sus privilegios. ?O alguien era feliz y pr¨®spero antes de la pandemia, estaba alegremente en paz con su tiempo secuestrado por la prisi¨®n del modelo 24 (horas al d¨ªa) x 7 (d¨ªas a la semana)?
Hoy, solo 2.153 personas ¡ªa veces olvidamos que los multimillonarios son personas, con nombre y apellidos¡ª concentran m¨¢s riqueza material que el 60% de los otros 7.790.000.000 seres humanos que habitan el planeta. Mira la diferencia en el n¨²mero de decimales. Representan una fracci¨®n tan insignificante del conjunto de la poblaci¨®n global que los n¨²meros no logran hacerlos visibles como porcentaje. Sin embargo, la desigualdad racial, social, de g¨¦nero y de especie que causan es brutalmente visible.
Nosotr@s, del movimiento de liberaci¨®n del futuro, queremos que el mundo no sea solo para 0,00003%, o 1 multimillonario por cada 3,7 millones de personas.
No podemos rendirnos a la vuelta de la normalidad que corrompe la naturaleza y condena a miles de millones de personas a la pobreza. No debemos permitir que se siga destruyendo la Amazonia, cada vez m¨¢s cerca del punto sin retorno. Las ideas tienen que circular. Imaginar el futuro es cambiar el presente.
Y entendemos que, al liberar el futuro, tambi¨¦n dejamos de ser rehenes. Mientras el futuro est¨¦ secuestrado, nosotr@s tambi¨¦n estaremos subyugados, encarcelados en un presente continuo, en un bucle eterno, viviendo en espasmos. Nuestro instrumento es la imaginaci¨®n. No es casualidad que, en Brasil, Jair Bolsonaro, su clan y sus fan¨¢ticos ataquen tanto el arte. El arte promueve la imaginaci¨®n y siempre es el primero en ser atacado por gobiernos y gobernantes autoritarios, que necesitan controlar los corazones y las mentes para imponer su proyecto de poder. Fue as¨ª en el nazismo, es as¨ª en el bolsonarismo. La imaginaci¨®n es el arte del pensamiento. Y con ella empezaremos a rescatar el futuro. Imaginar no es un acto pasivo, al contrario. Imaginar es actuar: imagina+a(c)ci¨®n.
No podemos olvidar el secreto que ha revelado la pandemia: que es posible parar y, sobre todo, que es posible cambiar. Y recordemos, como mantra, todos los d¨ªas, las palabras de Ailton Krenak: ¡°El futuro es ahora, puede que no haya ma?ana¡±.
Lanzamos algunas bases para la sociedad que queremos crear, basadas en principios que no son negociables: 1) con racismo no hay democracia, como se?ala, en Brasil, el manifiesto antirracista de la Coalici¨®n Negra por Derechos; 2) con especismo (que es el racismo con otras especies) no hay democracia; 3) es imperioso eliminar la desigualdad racial, social, de g¨¦nero y entre especies; 4) rescatar el futuro es una responsabilidad colectiva de tod@s l@s que est¨¢n viv@s en este momento; 5) nos entendemos como naturaleza y queremos un mundo para todos los humanos y no humanos que habitan el planeta; 6) la Amazonia, como concepto amplio, es el centro del mundo.
Lucharemos.
A partir de cinco propuestas para posponer el fin del mundo, sugerimos que cada un@ haga preguntas y respuestas en v¨ªdeos, cinco v¨ªdeos de m¨¢ximo un minuto cada uno. Estos son los puntos de partida: 1) Ant¨ªdotos contra el fin del mundo: imag¨ªnate c¨®mo quieres vivir; 2) Democracia: prop¨®n pol¨ªticas p¨²blicas, cambios en las leyes y regulaciones para reducir las desigualdades de raza, g¨¦nero y clase y para que la democracia sea m¨¢s que votar en cada elecci¨®n; 3) Consumo: se?ala alternativas para eliminar las pr¨¢cticas de consumo que esclavizan a nuestra especie y a otras ; 4) Emergencia clim¨¢tica: prop¨®n acciones para impedir la destrucci¨®n de la naturaleza y asegurar la continuidad de todas las formas de vida en el planeta; 5) Insurrecci¨®n: define la mejor acci¨®n de desobediencia civil para crear el futuro en el que quieres vivir. Puedes hacer un v¨ªdeo para cada tema o elegir solo aquellos puntos con los que te identificas m¨¢s. O bien puedes responder solo una pregunta:
?Qu¨¦ futuro quieres liberar?
Los v¨ªdeos deben publicarse con las etiquetas #LiberteOFuturo, #LiberaElFuturo y #FreeTheFuture. Y enviarse al m¨®vil y al correo electr¨®nico indicados en nuestra plataforma.
Cada un@ est¨¢ invitad@ a unirse a nosotr@s, imaginando el futuro y promoviendo acciones con la imaginaci¨®n. Entra en nuestra plataforma, hazla tuya, s¨¦ +1, y llama a +1. Junta a tu grupo de amigos, a tu familia, tu colectivo, tu organizaci¨®n, tu empresa, tu equipo de f¨²tbol, tus colegas del bar, tu grupo de la iglesia y crea futuros. Si quieres ir un paso m¨¢s all¨¢, inscr¨ªbete en los ¡°laboratorios sociales que liberan el futuro¡±. Aqu¨ª est¨¢ nuestra direcci¨®n: www.liberteofuturo.net y www.freethefuturo.net. B¨²scanos en las redes: Instagram, Facebook y Twitter: @liberteofuturo. Encu¨¦ntranos por las etiquetas #liberteofuturo y #freethefuture. Nuestra plataforma ya est¨¢ empezando a convertirse en un escaparate de la imaginaci¨®n del futuro en este momento hist¨®rico, una colecci¨®n de pensamientos que podr¨¢n inspirar acciones y estimular estudios. Estamos creando un gran museo vivo sobre la imaginaci¨®n.
Para quien crea que es dif¨ªcil, s¨ª que es dif¨ªcil. Pero sin duda no es m¨¢s dif¨ªcil que vivir en un presente sin futuro. A los esc¨¦pticos les quiero decir lo siguiente. En marzo, nada de esto exist¨ªa. Y hoy ya somos decenas y creamos belleza. Incluso antes de que se lanzara, nuestra plataforma ya ten¨ªa m¨¢s de 200 v¨ªdeos de personas imaginando el futuro. Nos hemos atrevido. Hemos sumado lo que sab¨ªamos y nos hemos atrevido a hacer lo que no sab¨ªamos. Hemos creado algo que no exist¨ªa. El futuro que empezamos a imaginar hace tres meses ya es presente.
?Vienes con nosotr@s a liberar el futuro?
Eliane Brum es columnista de EL PA?S y +1 del movimiento #LiberaElFuturo.
Traducci¨®n del portugu¨¦s de Meritxell Almarza