Futuro

En una realidad delirante como la del capitalismo sin fronteras, ha irrumpido de s¨²bito una realidad real, aunque modesta, que es la covid-19. No sabemos qu¨¦ hacer con ella porque en la realidad delirante ¨¦ramos personajes y en la realidad real somos personas. Imaginen que en la trama de Crimen y castigo, por poner un ejemplo, penetrara el virus de la polio y atacara a Raskolnikov. ?Qu¨¦ har¨ªa el personaje de Dostoievski con esa variante argumental? Enloquecer¨ªa el pobre ¡ªm¨¢s, si cabe¡ª y echar¨ªa a perder el relato porque esa enfermedad real alterar¨ªa gravemente la l¨®gica interna de la historia irreal. Nosotros viv¨ªamos en una ficci¨®n en la que de vez en cuando aparec¨ªan grietas provocadas por la entrada de la verdad. Pero el edificio, mal que bien, aguantaba gracias al sacrificio de muchos que soportaban los abusos de unos pocos. En cualquier caso, esa cosa llamada cohesi¨®n social se manten¨ªa pese a las desigualdades galopantes.

La covid-19 no es una grieta, es un boquete en toda regla, un agujero negro que se traga cuanto pasa por sus bordes, incluidos los delirios financieros del liberalismo econ¨®mico, de los que a la mayor¨ªa solo nos llegaban las migajas. El relato fant¨¢stico anterior, contaminado por la intrusi¨®n de una subtrama costumbrista, se tambalea como una torre sin cimientos. No hay lector que se lo crea. Corremos el peligro de que la gente comience a cerrar el libro de su vida y de la nuestra, de nuestras vidas, y lo abandone en cualquier parte o lo tire a la basura, desde donde quiz¨¢ llegue a una librer¨ªa de viejo en la que dormir¨¢ durante a?os o siglos o milenios, hasta que una mano del futuro lo rescate y se asombre, al leerlo, de lo locos que est¨¢bamos. Ello, en el caso de que exista el futuro.