Agentes sociales, agentes de convivencia
Un diagn¨®stico y unas propuestas concertadas sobre Europa reforzar¨ªan la confianza que necesitamos
Sostiene Safranski que el objetivo esencial de la pol¨ªtica es promover la convivencia y aliviar el malestar. Nada de alcanzar la felicidad ni mucho menos el para¨ªso. Nada de glamour. Simplemente, aliviar el malestar, y para ello no hay mejor invento, en verdad, que el Estado de bienestar, o si lo preferimos: una gesti¨®n razonable y compasiva del malestar.
Es bueno no olvidar que para que haya Estado de bienestar lo primero que tiene que haber es Estado; y ello, que duda cabe, pone en primer lugar de ocupaciones y preocupaciones el reforzamiento institucional de Espa?a.
Bastante antes de Acemoglu y Robinson ya nos hab¨ªa advertido Adam Smith que en un pa¨ªs sus instituciones son m¨¢s importantes que sus materias primas. E incluso mucho antes exhortaba Her¨¢clito a los ciudadanos a defender las leyes con m¨¢s ah¨ªnco que las murallas. As¨ª es, y con ello entramos en materia.
Es cierto que la situaci¨®n es endiabladamente compleja y fluctuante y que vivimos embarcados hacia un futuro incierto, pero justamente es esta inseguridad la que nos obliga a no exagerar la inquietud. A esforzarnos por aportar una m¨ªnima predictibilidad, una m¨ªnima seguridad jur¨ªdica. Ayudar a conseguir aquello que para Weber era consustancial a la democracia: ¡°El c¨¢lculo racional de costes y beneficios¡±; pues sin ¨¦l es muy dif¨ªcil invertir y sin inversi¨®n es muy dif¨ªcil crear riqueza y sin riqueza no hay bienestar. Y de esta manera se cierra el c¨ªrculo.
Uno tiene la sensaci¨®n de que no estamos por la labor. Que m¨¢s bien nos empe?amos en lo contrario. Seguimos dedicados a ali?arnos un buen enemigo, a empu?ar con firmeza la flam¨ªgera espada de la justicia y si cae la breva de meter a alguien en la c¨¢rcel, pues mejor.
Y todo esto para bastante poco nos vale, para nada sirve. Y adem¨¢s, la tenaz cacer¨ªa de culpables nos impide cumplir con la primera obligaci¨®n, la de comprender. Lo primero, comprender, que dec¨ªa Pascal. Y sin comprender jam¨¢s haremos un diagn¨®stico compartido, imprescindible para gestionar nuestra inh¨®spita realidad. Si tenemos que encontrar al malo nos quedamos sin tiempo para lo importante.
A la postre, el reforzamiento institucional conduce al respeto procesal, a tener presente que la verdad se encuentra en el procedimiento de b¨²squeda y que siempre los medios condicionan los fines. Normas b¨¢sicas de higiene democr¨¢tica para andar por casa, que gobierne quien m¨¢s votos obtiene y que las mociones de censura sean constructivas y no punitivas.
?Y ahora? Vamos a seguir con los ERTE, y no est¨¢ mal. Pero seamos sensatos, las medidas paliativas son necesarias, pero no curan, lo que de verdad interesa es superar la situaci¨®n que permite los ERTE. Lo deseable es que dejen de ser necesarios lo antes posible, y para ello la ¨²nica herramienta de trabajo me parece que se llama Europa. Nuestra actual situaci¨®n pol¨ªtica da la sensaci¨®n que no ayuda mucho ni a conseguir ni a gestionar las ayudas. No parece que vaya a mejorar el entendimiento.
Ante este estado de cosas cabr¨ªa una llamada de auxilio a sindicatos y organizaciones empresariales. A CC OO, UGT, CEOE y Cepyme. Y al hilo de ello, un recordatorio que nunca viene mal. Suele decir Garamendi que la infraestructura m¨¢s poderosa de este pa¨ªs es el di¨¢logo social. Yo tambi¨¦n lo creo. Existe un displicente olvido del m¨¦rito de los interlocutores sociales durante los ¨²ltimos 45 a?os. Han pactado de todo y sobre todo y han acordado siempre. Han sometido el conflicto a la raz¨®n; es decir: han gestionado el conflicto de manera razonada y razonable, lo que exige un reconocimiento inicial y trascendental: el reconocimiento de la necesidad del otro. La obviedad de que no se puede pactar en solitario.
Siempre han registrado realidad y gracias a ello los espa?oles somos m¨¢s pr¨®speros y m¨¢s tolerantes. Tienen que estar orgullosos de su historia y de su compromiso. Conste mi agradecimiento.
Es necesario, y est¨¢ muy bien, que sigan hablando de los ERTE, de teletrabajo, de conciliaci¨®n... de lo que se tercie. Est¨¢ muy bien que sigan haciendo lo que cada d¨ªa hacen; que s¨¦ yo, pero ahora mismo habr¨¢ unas 4.000 mesas en las distintas empresas espa?olas intentando negociar para arreglar un poquito las cosas.
Est¨¢ muy bien, pero quiz¨¢s ahora se pueda hacer algo m¨¢s. No hay que olvidar que son sujetos constitucionales ¡ªart¨ªculo 7 de la Constituci¨®n¡ª y que por ende representan y defienden ¡°intereses generales¡±. Y esa representaci¨®n, esa defensa, obliga a aportar esperanza. Seguro que un diagn¨®stico compartido y unas propuestas concertadas de los agentes sociales sobre Europa reforzar¨ªan la confianza. Confianza que es justo lo que necesitamos y de lo que venimos hablando hasta ahora. L¨¦ase: convivencia.
Marcos Pe?a fue presidente del Consejo Econ¨®mico y Social.
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