Escalonemos la entrada al trabajo
Adem¨¢s de constituir una medida eventualmente ¨²til contra la propagaci¨®n del virus, flexibilizar horarios suele resultar positivo tanto para los trabajadores como para las empresas
Adem¨¢s de las medidas duras contra el contagio que tanto cuestan, las hay m¨¢s suaves. Pero en ocasiones eficaces, f¨¢ciles de entender y adoptables por acuerdo social de base, y a nivel local. Por ejemplo, ahora insistimos en el peligro de los aerosoles y la consiguiente conveniencia de la ventilaci¨®n, la m¨¢xima vida posible al aire libre y el higienismo: algo que arrastra una tradici¨®n de siglos.
Otra, aunque con menor grado de verificaci¨®n, es reducir la densidad de ocupaci¨®n del transporte p¨²blico. Empresas del ramo y autoridades niegan que sea un foco de contagio. Pero esa aseveraci¨®n es dif¨ªcil de comprobar, porque el car¨¢cter epis¨®dico de cada viaje no contribuye a recolectar evidencias.
En sentido contrario, la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo incluy¨® en abril, entre sus recomendaciones para una vuelta segura a la actividad laboral, facilitar que los trabajadores se desplacen a su puesto en medios de transporte privados y aplicar horarios flexibles. Un m¨¦todo m¨¢s sencillo y accesible para alcanzar el mismo objetivo ser¨ªa forjar pactos entre las patronales, los sindicatos y los gobiernos locales para segmentar en dos o tres franjas la entrada al tajo: las empresas municipales de transporte se autoorganizar¨ªan mejor.
Adem¨¢s de constituir una medida eventualmente ¨²til contra la propagaci¨®n de esta segunda ola ¡ªy en el peor de los casos, inocua¡ª, este m¨¦todo sintoniza con la tendencia continuada a flexibilizar horarios. Que suele resultar positiva tanto para los trabajadores (pues se organizan mejor su vida) como para las empresas (ya que mejoran su clima laboral interno).
El paradigma de la jornada estricta de ocho horas y el horario laboral r¨ªgido acusa un retroceso desde hace a?os, por imperativo de otras necesidades sociales: los permisos de maternidad/paternidad, las nuevas normas y convenios para la mejor conciliaci¨®n de la vida laboral y familiar y la explosi¨®n del teletrabajo desde el estallido del coronavirus son hitos de esa secuencia.
Los tiempos modernos de hoy no son ya los de Charles Chaplin. Son los de los horarios fijos variables (varios modelos con diferentes horas, de los que se acaba escogiendo uno), flotantes (el trabajador elige entre m¨¢rgenes fijados por la empresa), o libres (jornada a elecci¨®n), que compaginen mayor libertad con igual o mayor eficacia productiva. Importan m¨¢s los resultados y la satisfacci¨®n que faciliten la consecuci¨®n de los objetivos, que el amarre a un ¨²nico reloj de entradas y salidas.
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