Lealtad por encima de la verdad
Lo que deber¨ªa ser un combate contra la infecci¨®n enseguida se torn¨® en una lucha por la hegemon¨ªa del discurso
Cuando en un futuro incierto analicemos estos convulsos tiempos de pandemia habr¨¢ que reservar un cap¨ªtulo a la gesti¨®n de la propagaci¨®n del virus en Madrid. A la gesti¨®n ret¨®rica, se entiende. Porque lo que deber¨ªa ser un combate contra la infecci¨®n enseguida se torn¨® en una lucha por la hegemon¨ªa del discurso. Palabras en vez de acciones, desuni¨®n y mutua incomprensi¨®n frente a la unidad que habr¨ªa que presuponer en algo tan decisivo como es la preservaci¨®n de la salud. Pero aqu¨ª no hay equidistancias que valgan, lo chirriante, lo que entrar¨¢ en los anales de las perplejidades pol¨ªticas, est¨¢ siendo la actitud de D¨ªaz Ayuso.
En primer lugar, como ejemplo de un libertarismo estadounidense trasnochado, la supuesta libertad del sujeto como l¨ªmite de toda acci¨®n que busque un fin social (aunque es posible que nuestra presidenta sea libertaria sin saberlo). Toda medida que tome un gobierno ¡°social-comunista¡± es totalitaria por definici¨®n (pobre Macron y todos los que aplican restricciones a¨²n m¨¢s severas, a sus ojos deben de ser estalinistas duros). No creo, sin embargo, que sea una cuesti¨®n ideol¨®gica. M¨¢s bien se trata de encubrir la inacci¨®n de su Gobierno durante el periodo de la desescalada, de poner un velo sobre su propio fracaso cuando al fin consigui¨® lo que tanto hab¨ªa demandado al Estado. Y aqu¨ª la receta que siempre funciona es el recurso a la victimizaci¨®n. No es que uno sea ineficaz o inepto, es la propaganda del otro lo que le presenta como tal. Luego, en una sorprendente pirueta, cuando desde arriba se interviene para resolver en lo posible el desaguisado, la culpa se traslada a quien trata de arreglarlo. Ya lo hemos visto en otros como Trump, la mejor defensa es un ataque. La propia responsabilidad se diluye dentro de un discurso que consiga ocultarla detr¨¢s del combate partidista, manteniendo bien lubricado ret¨®ricamente el antagonismo primario.
La ¨²nica ventaja que tiene esta pandemia es que permite compararnos, evaluar el rendimiento de cada pa¨ªs o administraci¨®n concreta. Incluso incorporando eximentes como poblaci¨®n, forma de vida, movilidad, Madrid se encuentra, a partir de todos los datos objetivables, a la cola de todas las regiones de nuestro entorno. Podr¨¢ discutirse el c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª, pero el resultado no es opinable, los n¨²meros son los que son. Y ahora resulta que el problema son las medidas, ciertamente leves en t¨¦rminos comparados, para enmendarlo.
Lo curioso es que a Ayuso esta estrategia de enfrentamiento desbocado le puede acabar funcionando. En situaciones de polarizaci¨®n extrema lo importante no son los hechos, sino su manipulaci¨®n para ajustarlos a la propia posici¨®n pol¨ªtica, y la apelaci¨®n a la identidad y cohesi¨®n del grupo reverdeciendo la satanizaci¨®n del adversario: del mal, el Gobierno, no puede derivarse ning¨²n bien; me critican, luego cabalgamos. As¨ª es como la lealtad a la propia facci¨®n acaba poni¨¦ndose por encima de la verdad f¨¢ctica. Porque, adem¨¢s, solo hay una verdad, la ¡°nuestra¡±. Esta es nuestra tragedia ¡ªla del nosotros ampliado ahora¡ª, que estamos hu¨¦rfanos de liderazgos que no traten de sacar alg¨²n provecho partidista de este desastre, les basta con encontrar el relato que mantenga prietas las filas. O, y esto es casi peor, que ya no se sepa bien qui¨¦n lidera qu¨¦.
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