Expectativas por la semana de la movilizaci¨®n

Comienza una semana determinante en materia pol¨ªtica y de movilizaci¨®n social en Colombia. El lunes pasado, miles de ind¨ªgenas, campesinos y poblaci¨®n afrodescendiente march¨® en Bogot¨¢, en lo que se conoce como la minga del suroccidente. Desde hace cerca de una d¨¦cada no marchaban en la capital colombiana. Igualmente, en las ¨²ltimas horas comenz¨® el paro de maestros, o del sindicado de maestros, Fecode, y este mi¨¦rcoles se dar¨¢ el gran paro nacional convocado por m¨²ltiples organizaciones sociales y sindicatos. Los convocantes aspiran a sacar miles de personas.

La estrategia del Gobierno nacional con el fin de minimizar el impacto de las manifestaciones se ha centrado en tres ejes. Por un lado, han argumentado el inconveniente de marchar en medio de una pandemia y han dicho que es un riesgo o foco de contagio. En segundo lugar, han manifestado que el Gobierno no se re¨²ne bajo presi¨®n y que el presidente Iv¨¢n Duque no cae en chantajes. Por ¨²ltimo, desde algunos sectores se ha acudido a una estrategia de estigmatizaci¨®n, acusando principalmente a la minga de una supuesta infiltraci¨®n de organizaciones criminales y grupos armados ilegales. Pocos creyeron en esta hip¨®tesis. De hecho, el domingo, mientras la minga llegaba a Bogot¨¢, miles de personas salieron a recibirlos.

La semana de movilizaci¨®n ser¨¢ determinante para, al menos, cuatro cosas. Por un lado, para el 2021 y la agitaci¨®n social en un a?o prelectoral. En segundo lugar, para la carrera presidencial y pol¨ªtica del a?o 2022: todos los sectores pol¨ªticos se est¨¢n intentado acomodar en el regreso de las movilizaciones sociales. En tercer lugar, para determinar la fortaleza del Gobierno Duque y su capacidad de maniobra en los menos de dos a?os que le quedan. Por ¨²ltimo, para el propio movimiento social: qu¨¦ tanta gente le tiene miedo al virus y a la violencia policial es la pregunta que se hacen expertos y analistas.

En Am¨¦rica Latina, todo parece indicar, arranca una nueva etapa de movilizaciones. Ya comenz¨® Chile, y ahora Colombia parece retomarlas. La intenci¨®n del Gobierno es que salga la menor cantidad de personas, y con ello lograr evitar una crisis pol¨ªtica m¨¢s profunda de la que ya existe. Aspiran a que eso les permita no tener 18 meses continuos de crisis pol¨ªtica. Por ello, tambi¨¦n, el partido de Gobierno ha implementado la estrategia de satanizar la oposici¨®n y la protesta social, acusando de que hay un riesgo de ¡°volvernos Venezuela¡±, ¡°ojo con el 22¡±, ¡°cuidado con el neochavismo¡±. Dicha estrategia fue bastante exitosa para las elecciones del 2018, pero nadie sabe si ser¨¢ exitosa para el 2022. Lo cierto es que los que han gobernado en Colombia son la derecha m¨¢s fuerte, y son ellos, los que han estado en el poder mientras el pa¨ªs entra en la crisis m¨¢s profunda en m¨¢s de dos d¨¦cadas.

Ser¨¢n horas dif¨ªciles, y un verdadero term¨®metro social y pol¨ªtico. Seguramente desde el jueves vendr¨¢n las evaluaciones y los sectores pol¨ªticos har¨¢n sus interpretaciones. En todo caso hay dos conclusiones. Por un lado, nadie apuesta a que los pr¨®ximos 18 meses ser¨¢n tranquilos, ser¨¢ un viacrucis para el Gobierno. En segundo lugar, nadie tiene muy claro qui¨¦n o qui¨¦nes capitalizar¨¢n lo que surja de la protesta social: ser¨¢ un nuevo mapa pol¨ªtico o se repetir¨¢ el del 2018, esa es la pregunta.