Paso necesario

El Gobierno ha decidido decretar de nuevo el estado de alarma para frenar la expansi¨®n del virus en Espa?a. Se trata de una decisi¨®n acertada, a la vista de la inquietante evoluci¨®n de los datos sobre la pandemia y la consiguiente necesidad de adoptar medidas restrictivas de la libertad para reducir los contagios. El estado de alarma es el paraguas legal que ofrece la Constituci¨®n para situaciones de este tipo y permitir¨¢ aplicar con seguridad jur¨ªdica las medidas requeridas. Es, por lo tanto, un paso id¨®neo y necesario. En paralelo, tambi¨¦n parece razonable la intenci¨®n del Gobierno de obtener una amplia rev¨¢lida ¡ªhasta mayo¡ª cuando expire el pr¨®ximo 9 de noviembre la validez del decreto publicado ayer en el Bolet¨ªn Oficial del Estado. La Constituci¨®n establece que el Ejecutivo puede activar el estado de alarma durante un m¨¢ximo de 15 d¨ªas, y la eventual pr¨®rroga requiere la autorizaci¨®n del Congreso. Resulta l¨®gico intentar evitar el calvario de negociaciones para renovaciones quincenales que se produjo en la primera ola.

Por otra parte, el Ejecutivo ha perfilado en su declaraci¨®n algunas disposiciones dirigidas a facilitar el consenso tanto en el arco parlamentario como a escala territorial, lo cual es un gesto apreciable para favorecer la tan importante unidad pol¨ªtica en el combate contra el virus. El decreto prev¨¦ un confinamiento nocturno desde las 23.00 hasta las 6.00 (salvo en Canarias). Es esta la medida ejecutiva central adoptada por el Gobierno, con la intenci¨®n de limitar las interacciones sociales que son fuente importante de la expansi¨®n del virus. Y ya en este primer apartado, el Ejecutivo tiende la mano a las comunidades aut¨®nomas con la posibilidad de adelantar o retrasar una hora su aplicaci¨®n, en un claro gesto hacia las reticencias de Gobiernos auton¨®micos como el de Madrid. Una restricci¨®n a la movilidad a partir de la medianoche tendr¨ªa un efecto muy limitado y ser¨ªa por tanto una medida insatisfactoria. Pero la importancia de un amplio consenso pol¨ªtico es tal, que esta concesi¨®n debe aceptarse en aras de un respaldo amplio a la totalidad de la iniciativa.

Tambi¨¦n parece adecuado que el decreto no concentre la capacidad de decisi¨®n en un ¨®rgano centralizado dependiente del Gobierno y otorgue por tanto una amplia capacidad a las autonom¨ªas y al Consejo Interterritorial de Salud. El decreto prev¨¦, entre otras cosas, la posibilidad de limitar la movilidad entre regiones, pero deja a las mismas la competencia para activar la medida. La misma flexibilidad se establece para otras posibles acciones de combate contra el virus.

La gesti¨®n de la pandemia por parte del Gobierno de Pedro S¨¢nchez puede y debe ser criticada. Los malos datos registrados en Espa?a tanto en la primera como en la segunda oleada son, en buena medida, su responsabilidad. Pero, en una situaci¨®n como la actual, la activaci¨®n del estado de alarma tal y como se plantea es una medida l¨®gica, necesaria y absolutamente constitucional. La utilizaci¨®n de esquemas similares no es ni tan siquiera objeto de debate en otros importantes pa¨ªses europeos. Es de esperar que las fuerzas pol¨ªticas, y en especial el principal partido de la oposici¨®n, la apoyen en una necesaria muestra de unidad. El l¨ªder del Partido Popular, Pablo Casado, tiene ahora la oportunidad de demostrar que los votos de moderaci¨®n y centrismo que exhibi¨® en la moci¨®n de censura impulsada por Vox son un proyecto pol¨ªtico real y no una pirueta t¨¢ctica m¨¢s.