Hito con sombras
El respaldo al estado de alarma es positivo pero este contiene aspectos preocupantes
La holgada aprobaci¨®n de la pr¨®rroga del estado de alarma que se produjo ayer en el Congreso es buena noticia en un escenario de conflictos pol¨ªticos, ascenso de los contagios y tensi¨®n en la capacidad hospitalaria del pa¨ªs. El Gobierno deb¨ªa actuar tras la petici¨®n del estado de alarma por parte de la mayor¨ªa de las comunidades aut¨®nomas y activar la herramienta jur¨ªdica apropiada para tomar medidas m¨¢s restrictivas. La opci¨®n adoptada es un paso adelante con respecto a la ca¨®tica situaci¨®n anterior, pero dista de ser ¨®ptima. Tal y como est¨¢ formulado, el decreto provoca inquietudes.
En primer lugar, el texto entrega a las comunidades aut¨®nomas la autoridad para determinar la activaci¨®n y modulaci¨®n de las medidas restrictivas. El decreto no fija criterios generales claros, as¨ª que los poderes territoriales tienen libertad para aplicar o no los confinamientos perimetrales, la limitaci¨®n de las reuniones y, a partir del 9 de noviembre, tambi¨¦n el toque de queda. El Gobierno central, por tanto, delega en las comunidades un poder sobre la restricci¨®n de derechos fundamentales que no est¨¢ claro que pueda delegar, lo que genera serias inquietudes: en t¨¦rminos de inseguridad jur¨ªdica sobre qui¨¦n puede restringir las libertades individuales y los derechos fundamentales; de establecimiento de un antecedente que podr¨ªa en el futuro resultar peligroso y de ineficacia, al permitir la inacci¨®n de autoridades recalcitrantes.
El Ejecutivo acierta en no haber querido centralizar la gesti¨®n de la crisis. La arquitectura institucional auton¨®mica debe ser defendida y puesta en valor; pero esta delegaci¨®n est¨¢ lejos de resultar ideal. La necesidad de obtener apoyos en el Congreso de fuerzas pol¨ªticas territoriales ¡ªexacerbada por las insistentes negativas del PP en el pasado¡ª ha desempe?ado sin duda un papel en esta decisi¨®n. El caso alem¨¢n ¡ªdonde los Estados federados se pusieron de acuerdo en cuesti¨®n de horas en medidas m¨¢s restrictivas que las espa?olas¡ª evidencia las deficiencias y las m¨²ltiples responsabilidades de las fuerzas pol¨ªticas espa?olas: un poder central ineficiente en la coordinaci¨®n y que tiende a confundir la negociaci¨®n con la adhesi¨®n; poderes auton¨®micos recalcitrantes y un PP que hasta ahora no ha ofrecido garant¨ªa de negociaci¨®n moderada y por tanto aboca a buscar otro tipo de apoyos.
En segundo lugar, las medidas adoptadas ser¨¢n con toda probabilidad insuficientes. Basta comprobar el duro confinamiento domiciliario al que vuelve Francia o los cierres de actividades en Alemania e Italia para evidenciar el corto alcance de las medidas espa?olas. El actual estado de alarma no ampara restricciones m¨¢s contundentes, con lo cual se abre un desagradable escenario de temprano regreso a la casilla de salida.
En tercer lugar, en el plano puramente pol¨ªtico, es inexplicable que el presidente Pedro S¨¢nchez no defendiera en persona el estado de alarma m¨¢s largo de la democracia, que durar¨¢ en principio hasta mayo y que solo le obligar¨¢ a responder cada dos meses ante el Parlamento. La sede de la soberan¨ªa que representa a todos los ciudadanos y que tantas veces se ha devaluado en los ¨²ltimos meses con tonos insultantes y crispados merec¨ªa su intervenci¨®n. A Pablo Casado cabe reprochar no tanto la abstenci¨®n sino su apoyo a la desconcertante actuaci¨®n de la presidenta de la Comunidad de Madrid, cuya huida hacia adelante no parece tener l¨ªmites. Las referencias de Casado a los liderazgos de Macron y Merkel ocultan cosas importantes: que Francia es un pa¨ªs presidencialista y centralizado; que en Alemania la labor de coordinaci¨®n de Merkel se ve facilitada por la leal cooperaci¨®n de los Estados federados, cosa que aqu¨ª no se ha dado.
Otras formaciones s¨ª votaron a favor, con lo que la pr¨®rroga fue aprobada por 194 s¨ªes, una cifra notable. Pero en un escenario en que la pandemia se ha convertido en terreno de lucha pol¨ªtica, la necesidad de la concreci¨®n y la claridad es may¨²scula. Precisamente una indefinici¨®n del texto ¡ªque establece la aplicaci¨®n de las medidas durante al menos siete d¨ªas, sin especificar que estos son consecutivos¡ª ha facilitado la err¨¢tica actuaci¨®n de Madrid en cuanto al cierre perimetral. La pr¨®rroga de ayer es un paso adelante. Pero corre el peligro de que los hechos ¡ªpand¨¦micos y pol¨ªticos¡ª lo dejen pronto atr¨¢s.
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