Pecados

De c¨®mo se form¨® la lengua espa?ola a partir del lat¨ªn, muchos sabios han escrito grandes obras esclarecedoras. Nada, sin embargo, sustituye la lectura de unas notas manuscritas que se sit¨²an en el origen mismo, en el umbral que lleva del lat¨ªn al romance. Y ese documento, las Glosas Silenses, lo acaba de publicar Beltenebros en edici¨®n monumental, gracias a un valioso grupo de expertos.

En sus escritos dejan los sabios establecido que el manuscrito data de finales del siglo XI, que estaba en el monasterio de Silos, pero no fue escrito all¨ª, que en el siglo XIX lo salvaron seis monjes benedictinos y que hasta ahora no se hab¨ªa publicado exento de las Glosas Emilianenses. Pero es que las Silenses son un penitencial que ordena las penitencias correspondientes a los pecados m¨¢s comunes y cada castigo viene graduado seg¨²n raz¨®n.

Esta singularidad hace que el documento sea decisivo para quienes se interesan por la vida social del medievo europeo, ya que recoge los agravios m¨¢s frecuentes o¨ªdos por los cl¨¦rigos en sus garitas. A su inestimable valor cient¨ªfico hay que a?adir un uso como pauta de punici¨®n personal.

El primero de los castigos rese?ados es la embriaguez de los obispos, lo que da que pensar, pero lo m¨¢s curioso, sin embargo, es el extenso apartado de pecados sexuales. As¨ª, cuando se peca con animales antes de cumplir los 20 a?os, son 15 de penitencia, en cambio, si es con ¡°ganado menor¡± te caen 25. Hay castigos severos para quien ¡°fornica con la madre y con la hija¡± y el mismo para quien ¡°fornica con una mujer muerta¡±, que es: ¡°toda la vida¡±. Y as¨ª cien m¨¢s.